La falsa médica Mónica Cristina María Rímolo, conocida públicamente con su nombre ficticio “Giselle” y por haber sido pareja de Silvio Soldán, abandonó este miércoles la cárcel de mujeres de Ezeiza, luego de que la jueza María Jimena Monsalve le concediera la libertad condicional. Uno de los requisitos que le impuso la Justicia es un bozal mediático y en redes sociales: no puede hablar de la causa.
Rímolo fue condenada en 2012 a 9 años de cárcel por homicidio culposo, ejercicio ilegal de la medicina, estafa en más de 70 ocasiones y tráfico de medicamentos peligrosos. Luego, se mantuvo en libertad varios años hasta ser detenida en 2017. Según supo Infobae, la magistrada le concedió el beneficio porque “cumplió las 2/3 partes de la condena”.
De esta manera, la falsa médica dejó este miércoles la casa N°5 del Instituto abierto de pre-egreso “Juana Azurduy” del complejo penitenciario de Ezeiza, donde pasó sus últimos días de encierro. Se trata de un grupo de viviendas, dentro del predio carcelario, en el que se alojan las mujeres que tienen buena conducta y están cerca de recibir la libertad.
Ahora, ya en libertad condicional, la ex mujer del conductor Soldán deberá cumplir una serie de requisitos que le impone la Justicia. Según precisaron fuentes del caso a Infobae, Rímolo no puede hablar públicamente de la causa ni siquiera referirse a ello en las redes sociales. Además, está obligada a seguir un tratamiento psiquiátrico. “En caso de no cumplir, regresa a la cárcel”, informaron las fuentes.
Rímolo se hizo famosa de la mano de su ex pareja a finales de los años 90. Cuando se presentaba, mostraba credenciales de ser nutricionista y homeópata, luego se comprobó que no tenía título. En 2001, una cámara oculta realizada por el programa Telenoche la dejó expuesta ante la sociedad. Allí se la veía dentro de su clínica “Cidene” recetando medicamentos que había contrabandeado.
La denuncia formal en la Justicia fue presentada por la familia de Lilian Díaz, que el 30 de junio de 2001 murió producto de la ingesta de una serie de medicamentos que Rímolo le recetó para, supuestamente, bajar de peso.
En total, Rímolo fue detenida tres veces. La primera vez que conoció las celdas del penal de mujeres de Ezeiza fue en 2002, un año después de la denuncia. Para poder salir pagó una fianza de $300 mil. Pasaron dos años en los que la causa avanzó y, nuevamente, pidieron su detención en 2004, aunque duró pocos meses porque otra vez pagó: fueron $100 mil los que le permitieron recuperar la libertad.
Recién en el año 2012, el Tribunal Oral Criminal N°7 la encontró culpable. La pena impuesta por los jueces fue de 9 años de prisión, aunque por las apelaciones de sus abogados, siguió libre hasta que en 2017, cuando la Corte Suprema de Justicia confirmó lo actuado y la Policía la arrestó en la casa de Don Torcuato que compartía con su pareja de ese entonces, Juan Gainedú.
A principios de abril pasado, Rímolo había recibido el beneficio de salidas transitorias con monitoreo satelital por un plazo de 48 horas al mes. En ese momento, para poder acceder al mismo, la mujer indicó como residencia la vivienda de Gainedú, ubicada en la calle Las Casuarinas.
Para darle el beneficio, la jueza Monsalve se apoyó en distintos informes del servicio penitenciario, favorables a Rímolo en cuanto a su labor y conducta: “Ha venido cumpliendo de forma satisfactoria con los objetivos establecidos desde las distintas áreas (trabajo y educación). El Consejo Correccional la calificó con conducta ejemplar diez (10) y concepto muy bueno siete (7), y consideró –mediante Acta nº 118/20– por unanimidad propiciar la concesión de las salidas transitorias”, se resaltó en el fallo.
También se tomó en cuenta que participó del taller de costura mientras el coronavirus lo permitió. Sin embargo, días más tarde, agradeció la oportunidad pero aclaró que prefería no dejar la cárcel y quedarse adentro. Hasta que finalmente, en las últimas horas, logró la condicional.
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