Juan José Anfuso, vecino de Isidro Casanova, tenía 46 años, era papá de una nena de 4 y portero de un colegio en la zona Oeste del Conurbano Bonaerense. Pero, además, manejaba un Uber en su tiempo libre. Esta mañana, mientras trabajaba para la aplicación de viajes, su coche chocó contra otro que estaba estacionado en Ciudad Evita: cuando fueron a verlo descubrieron que lo habían baleado: estaba muerto.
Los investigadores sospechan que podrían haberlo asesinado en el marco de un robo. Lo cierto es que el crimen del chofer de Uber en el partido La Matanza ocurrió un día después de que un policía que trabajaba como conductor de la aplicación matara a dos delincuentes que intentaron robarle en la localidad bonaerense de González Catán.
En este caso ocurrió durante la madrugada de este martes en la zona de monoblocks de la localidad de Ciudad Evita y la víctima fue atacado dentro de su auto Chevrolet Onix gris, en un aparente robo.
Eran las 7, cuando un llamado al 911 alertó por un vehículo que había chocado contra otro que estaba estacionado en el cruce de la avenida Central y la calle 900, el mismo lugar donde el mes pasado despidieron a los tiros en el cortejo fúnebre a un vendedor ambulante de 21 años que había sido asesinado en una pelea por una deuda de dinero.
De inmediato, se dirigieron al lugar efectivos de la Comisaría 3° de La Matanza, creyendo que todo se trataba sólo de un accidente. Sin embargo, al llegar, los policías constataron que el Onix tenía varios impactos de bala y que el chofer estaba muerto.
Según las primera pericias, Anfunso tenía un disparo con orificio de entrada y salida en su axila izquierda, que le produjo la muerte. Una fuente del caso detalló a la agencia Télam que en el Chevrolet, además, “un disparo ingresó por la ventanilla del conductor y otro por la luneta, y salió por el parabrisas”.
Al parecer, el hombre había sido baleado unas cuadras antes y consiguió manejar hasta el lugar donde impactó contra el otro auto. Es que a unos 150 metros de la zona donde chocó se encontraron seis vainas servidas y un plomo calibre 9 milímetros. La autopsia establecerá si la víctima recibió más disparos.
La investigación recayó en manos del fiscal Marcos Borghi, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción especializada en Homicidios de La Matanza, quien calificó al expediente como homicidio y ordenó el secuestro del auto.
Por el momento, se investiga si fue un sólo atacante involucrado en el crimen del chofer de Uber, o varios. La hipótesis es que Anfuso habría sido asaltado, aunque el robo no se llegó a concretar, ya que dentro del auto quedó la billetera, dinero en efectivo y el teléfono celular de la víctima.
El episodio ocurrió en el mismo partido donde un oficial de la Policía Bonaerense de 26 años que, en su franco y vestido de civil, trabajaba como chofer de Uber mató a dos sospechosos que intentaron asaltarlo cuando trasladaba a una pasajera en González Catán.
Apenas unos minutos después de la medianoche del lunes, los dos hombres abordaron al oficial, integrante del Grupo de Prevención Motorizada de la Policía Bonaerense, en el cruce de Tomas Valle e Inca. En su relato, el conductor dijo que vio a uno de los sospechosos armado y aseguró que dio la voz de alto, sin bajarse de Volkwagen Gol negro que manejaba.
Luego, efectuó una serie de disparos contra los dos delincuentes a través de los cristales del coche. Miguel Ángel Servían, de 33 años, y su acompañante que estaba tratando de ser identificado, murieron en el acto. El fiscal Gastón Duplaá, de la UFI especializada en Homicidios de La Matanza en turno, ordenó que las pericias quedaran a cargo de la Gendarmería Nacional y, por el momento, no adoptó ningún temperamento contra el policía: considera que actuó en legítima defensa.
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