Un hombre fue asesinado hoy tras ser apuñalado en la localidad santafesina de Villa Gobernador Gálvez, que se suma a la saga de seis homicidios cometidos en menos de 24 horas ocurrida al principio de esta semana en la ciudad de Rosario, informaron fuentes judiciales.
El hecho ocurrió alrededor de las 4 de esta madrugada en la zona de calle Soldado Aguirre y Sarmiento de Villa Gobernador Gálvez, ciudad lindera a Rosario. Según informó el Ministerio Público de la Acusación (MPA), la víctima, de sexo masculino, aún no pudo ser identificada.
De acuerdo a las primeras averiguaciones, el hombre fue encontrado por vecinos de la zona tirado en la vía pública. Tras dar aviso a la Policía, personal médico de la fuerza constató su muerte como consecuencia de “heridas de arma blanca en zona superior del cuerpo”, detallaron desde la Fiscalía de Homicidios Dolosos. El crimen se sumó a los seis asesinatos ocurridos entre el lunes y el martes pasados en Rosario y Villa Gobernador Gálvez, que volvió a colocar a esas ciudades del sur de Santa Fe en la agenda nacional por la violencia con la que operan organizaciones criminales.
Sin embargo, y si bien aún no se determinó el motivo de crimen de esta madrugada, los investigadores indicaron que no posee las mismas características de crímenes mediante sicarios que tuvieron los anteriores. El fiscal del caso, Ademar Bianchini, solicitó el relevamiento de la escena del hecho y la toma de declaraciones a posibles testigos del crimen, y envió el cuerpo de la víctima para su identificación y autopsia al Instituto Médico Legal de Rosario.
La saga de crímenes en la ciudad santafesina se iniciaron 6 de septiembre de 2021, a las 18.50. Carlos Argüelles, históricamente vinculado al capo narco Esteban Lindor Alvarado por procesar sus autos gemelos para cometer ilícitos y convertido en arrepentido ante la Justicia, falleció tras recibir dos tiros en la cabeza y uno en el pecho frente a su hijo en las inmediaciones de su taller de la zona oeste de Rosario. Su crimen no fue el único en las últimas 24 horas en el Gran Rosario: hubo otros cuatro muertos y una balacera que terminó con un nene de 4 años herido en la ciudad más violenta del país.
Por el homicidio de Argüelles hubo cuatro detenidos (tres hombres y una mujer) que cayeron a bordo de un Volkswagen Fox con una bomba molotov con la que presuntamente buscaban incendiar el auto con el que -presuntamente- habían atacado a Argüelles. El mecánico se había rehusado a ser testigo protegido y sólo tenía custodia en su casa, no en su trabajo.
El crimen de Argüelles fue el primero de un baño de sangre que tiñó Rosario y Villa Gobernador Gávez, que integra el mismo departamento. El mismo lunes 6 de septiembre en que la conmoción por el homicidio de Argüelles acaparaba las miradas, a las 19.40, en una playa de estacionamiento en el cruce de Mendoza y la colectora Juan Manuel de Rosas, Damián Rodríguez, del barrio 7 de Septiembre, fue encontrado asesinado a balazos en medio de un patrullaje de la Comisaría N°22, de acuerdo a la información policial. El caso quedó a cargo de la Fiscalía de Homicidios Dolosos.
A las 22.15, la Policía provincial encontró otro cadáver luego de una alerta al 911. El cuerpo de la tercera víctima de ese lunes sangriento fue hallado en la esquina de Manantiales y Pasaje 1801. La moto de la víctima estaba en tirada en una calle de tierra: había 12 vainas servidas en el suelo.
Poco más de una hora después, a las 23.17, la Policía de Villa Gobernador Gálvez, que es parte del Gran Rosario, fue alertada a través del 911 de otro hecho de violencia. Fue en Mármol al 2900, un tiroteo en un supuesto robo en el barrio Fonavi. El cuerpo de Federico Rampello, de 25, fue identificado por su ex pareja de 19 años. La víctima tenía causas previas por violencia de género contra la misma ex novia que reconoció su cadáver, secuestro de arma de fuego y otra por andar en una moto con pedido de captura.
Cuarenta y tres minutos después del alerta por la cuarta víctima, en Bielsa al 6000, de nuevo en Rosario, y al filo de la medianoche, un nene de 4 años fue baleado por sicarios frente a su padre: los testigos indicaron que dispararon desde una moto negra de baja cilindrada más de 20 veces y que uno de los tiradores llegó a entrar al lugar. El chico recibió balazos en ambos brazos y fue trasladado por su padre a un hospital cercano. Se levantaron de la escena del ataque seis vainas servidas.
Esas víctimas no fueron las únicas de una jornada sangrienta: otro hombre que había sido baleado al 25 de agosto pasado por dos hombres en moto y continuaba internado en estado reservado: había recibido seis tiros en tórax y abdomen. Murió a mediados de la tarde.
Quienes conocen la escena del crimen en Rosario hablan de un clima particularmente revuelto por dos motivos. Uno es la ola de traslados de capos detenidos en el penal de Piñero a dependencias del Servicio Penitenciario Federal -entre ellos Lindor Alvarado- luego de la feroz fuga ocurrida el 27 de junio pasado, donde ocho detenidos atravesaron el alambrado del perímetro después de que un grupo comando se enfrentara a tiros de ametralladora con los guardias penitenciarios.
¿El otro? También, se habla de procesos penales de otro nivel, causas de guante blanco por lavado de activos que generaron rumores y preocupaciones en la City rosarina que involucran a figuras de poder, entre ellas, la causa del ex fiscal Gustavo Ponce Asahad.
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