En el caso de Rosario, hablar de una cuestión macro no tiene sentido: el crimen es la coyuntura. El asesinato de Carlos Argüelles, el imputado arrepentido que delató a su ex jefe, el temido capo Esteban Lindor Alvarado, le puso una cara a la violencia mafiosa de la ciudad más conflictiva de la Argentina. En los cálculos usuales del hampa, matar a un arrepentido es demasiado. Ninguna organización criminal se atreve a tanto. Para colmo, el mismo día del asesinato de Argüelles hubo otros seis homicidios en la periferia rosarina y en la zona de Villa Gobernador Gálvez. Un chico de cuatro años fue baleado en los brazos en la calle Bielsa, en medio de un ataque sicario, con veinte vainas servidas en el suelo. Todo esto, al filo de las PASO del próximo domingo, con un clima político de alta volatilidad y la atención depositada en la posibilidad de tiroteos en el día de elecciones.
Así, según confirmaron a Infobae fuentes que conocen directamente las negociaciones, el Ministerio de Seguridad enviará 160 efectivos de las fuerzas federales a la ciudad. Se espera su llegada “entre hoy y mañana”, asegura un funcionario de peso, con la presencia del subsecretario de intervención federal Luis Morales y jefes de los grupos tácticos Alacrán y Albatros de Gendarmería y Prefectura.
La decisión había sido tomada de forma previa al homicidio de Argüelles, sin embargo, el crimen aceleró el proceso. Se espera la presencia de Morales en la sede de Gobierno de Santa Fe mañana mismo por la mañana.
Funcionarios santafesinos son escépticos ante el movimiento: “Es crimen organizado, no se quieren meter”. “Duplicamos el personal que había. Activamos causas judiciales dormidas y creamos una unidad ministerial con personal propio en Rosario, todo articulado con la provincia, municipios y el Poder Judicial”, replican desde la cartera de Gelly y Obes. “No hay puteadas. El clima es feo, pero nadie está puteando”, dice con franqueza un oficial de alto rango.
La Policía Federal conforma la mayor parte del nuevo envío, luego de meses de presencia sostenida en la zona, con uno de los operativos narco más significativos de la historia reciente. En junio de este año, incautaron 369 kilos de cocaína de alta pureza en la zona de Villa Gobernador Gálvez, con otros allanamientos vinculados en zonas como Rosario, Albarellos y Arroyo Seco.
La droga fue hallada en el interior de un BMW modelo X5. Hubo cinco detenidos por el caso, con un narcotraficante apodado “El Bostero” como principal sospechoso, en un caso investigado por la Fiscalía Federal N°2 de Santa Fe con tareas que comenzaron en 2019.
Por lo pronto, se desconocen qué funciones cumplirán los efectivos o a qué objetivos serán destinados. La propuesta ciertamente no es nueva: los envíos de personal de fuerzas federales fueron vistos en el pasado como un roce político o un signo de debilidad o intromisión. No parece ser el caso en la actualidad, dado el riesgo de una crisis de imagen ante más sangre derramada, con 113 crimenes violentos en los primeros seis meses de 2021 según el Ministerio de Seguridad provincial. Los grupos Albatros y Alacrán ya fueron destinados al operativo de vigilancia del juicio a Ariel “Guille” Cantero, jefe de Los Monos.
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