La breve persecución y detención de un ladrón de autos en pleno barrio porteño de Vélez Sarsfield, que en principio no indicaba nada fuera de lo común, permitió desentrañar una increíble y escabrosa historia detrás. Luego de que los efectivos de la Policía de la Ciudad lograron dar con el delincuente, descubrieron que haberse llevado el vehículo era lo menos grave que había hecho: además de robar, el sospechoso tenía una orden de captura internacional de Interpol por estar acusado de asesinar a tiros a un hombre en Colombia en 2015.
Según confirmaron fuentes policiales Infobae, la insólita secuencia comenzó después de que personal de la Comisaría Vecinal 10A recibiera una alerta: un delincuente había robado un Renault Fluence sobre la avenida Carrasco al 200 y huyó. La Policía, entonces, montó un operativo cerrojo en toda la zona hasta que finalmente, a la altura de la avenida Miguel Calixto del Corro al 100, a muy pocas cuadras del lugar del asalto, lograron detener al delincuente.
Al momento del arresto, el ladrón les dio información sobre su identidad. Dijo que su nombre era Brayan González Olivares, que tenía 27 y que era argentino de nacimiento. Sin embargo, la mentira le duró poco. Apenas llegaron a la comisaría, Olivares se quebró y dijo que en realidad su nacionalidad era colombiana. Esto cambiaría el foco de la investigación para siempre.
Para terminar de corroborar sus dichos e identificar fehacientemente al detenido, los investigadores consultaron en diferentes sistemas informáticos y corroboraron no se trataba de un ladrón más. El joven delincuente era buscado por Interpol con Alerta Roja por causas graves en Bogotá. No sólo lo requerían por el crimen sino también tráfico de armas o municiones.
Al cotejar la huellas dactilares con las bases de datos, las autoridades argentinas de Interpol detectaron coincidencia con un prófugo buscado en Colombia con alertas rojas desde mayo de 2019, por un hecho de Fabricación, Tráfico, Porte ilegal de armas y municiones y homicidio.
Por qué lo buscaban en Colombia
Fuentes consultadas ratificaron que desde Colombia llegó la información de que efectivamente las huellas dactilares que enviaron desde la Argentina coincidían con las de la persona buscada, aunque no lo tenían registrado con el nombre que le había dado a los policías porteños. Después se pudo saber que en realidad es un joven nacido en el 12 de mayo de 1994 en el país caribeño y sus verdaderos apellidos son Niño Camargo.
El joven, que acá vivía en Pampa al 3700, barrio de Belgrano, está acusado de haberle disparado a otro hombre, identificado como Oscar Andrés Uribe Castro, en la ciudad de Bogotá el 14 de septiembre de 2015. Uribe Castro murió.
Niño Camargo fue hallado culpable y, tras una sentencia condenatoria por parte de un Juzgado Penal de esa ciudad, se ordenó el 4 de marzo de 2019 su inmediata detención. Como no lo encontraron para que pudiera pagar en la cárcel lo que había hecho, el 24 de mayo de 2019 se libró una orden de captura internacional, con la Alerta Roja de Interpol.
Finalmente, poco más de dos años después, la Policía de la Ciudad lo arrestó en Vélez Sarsfield. En la causa intervino el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°4, a cargo del juez Ariel Lijo, quien dispuso remitirlo a la sede del Servicio Penitenciario Federal y realizar los trámites de extradición.
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