El 17 de mayo de este año, el Ministeiro de Seguridad de la Nación remitió a la PROCUNAR, el ala de la Procuración que investiga delitos de narcotráfico, una denuncia anónima realizada por un gendarme chaqueño: el hombre había señalado a gendarmes en el Escuadrón N°1 de Roque Sáenz Peña, la segunda mayor ciudad de la provincia, a 170 kilómetros de Resistencia. Según su acusación, un grupo de efectivos realizaban procedimiento falsos para quitarle droga a narcos, causas fabricadas. Entre ellos señaló, puntualmente, al subalferez Enzo Aguirre.
Esta semana, cinco efectivos de Gendarmería fueron detenidos o imputados, incluido Aguirre y el comandante Principal Cristian Daniel Marangón y el comandante Julio César Perdaza, el jefe y subjefe del escuadrón Roque Sáenz Peña, además de un administrativo. La esposa de Aguirre, también gendarme, fue acusada de encubrimiento al descartar un teléfono en un allanamiento, según confirmaron fuentes con acceso a la causa a Infobae, pero su vínculo podría eximirla de cualquier pena.
El denunciante aseguró en su denuncia: “Viene una pareja en moto y cuando ve el control de GNA, se dan a la fuga y en ese instante, los mismo tiran una mochila, la cual contiene varios kilos de cocaína y marihuana”.
El gendarme, creyendo que no le harían caso, luego hace una exposición en la Policía de Chaco. Esa exposición es enviada al jefe del cual dependía el escuadrón de los gendarmes acusados para un sumario administrativo. Sin embargo, la PROCUNAR comenzó su expediente, con el fiscal Diego Iglesias, el secretario Martín Uriona y el fiscal chaqueño Federico Carniel. Un cotejo de los libros del escuadrón reveló, por lo menos, cinco procedimientos sospechosos que se condecían con la denuncia original. La droga no estaba en depósitos, no era droga incautada que desaparecía: era, directamente, una entrega narco.
Luego, otro gendarme habló. En junio, un sargento declaró en la causa y señaló a los acusados, aseguró que se negó a participar en procedimientos que él consideraba “armados.” Un sumario del 25 de enero de este año con Aguirre como jefe de patrulla habla de un procedimiento de un kilo de cocaína, redactado como un simple descarte por temor, un acta, al parecer, dibujada. Otro gendarme luego dio su testimonio: aseguró que fue ordenado por uno de los imputados a callarse la boca si lo citaban a declarar.
Hubo conversaciones interceptadas que no dejaban nada a la imaginación. Uno de los gendarmes detenidos aseguró, según un documento judicial: “Vos sabes que es jugarse en hacer un procedimiento armado. Eso no se debe hacer, ¿pero quién saca el preventivo? ¿El escuadrón o yo?…”.
Posteriormente, agregó: “Es para el Escuadrón, ¿Por qué? Porque vos le das al Escuadrón un procedimiento de marihuana, el jefe está contento, el jefe de Agrupación está contento, los de la Región están contentos. Entonces mantenés ahí el equilibrio, cuando no hay nada se busca hacer algo”. El último procedimiento sospechoso ocurrió según actas el 15 de julio: casi 17 kilos de hierba en la costa del Río Bermejo. “Al respecto, se conoció que personal del GOIP del Escuadrón 1 “Roque Sáenz Peña”, para justificar su salida durante varios días al norte de la provincia de Chaco, había registrado en el Libro de Novedades de la Guardia de Prevención que debían realizar tareas de campo”, afirma el expediente, otro dibujo.
Sobre el jefe y subjefe, la PROCUNAR creen que están totalmente al tanto de las maniobras y que incluso participan. Sobre Marangón, creen estaría relacionado a la venta ilegal de cigarrillos y que parte del dinero obtenido podría ser utilizado para comprar droga.
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