Christopher Michel Chareun, de 26 años, oriundo de San Telmo, empleado en los papeles por una empresa dedicada a procesar carne hasta junio de este año, beneficiario del IFE, está acusado de ser el cabecilla de una peligrosa banda que asaltó al menos siete supermercados en distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires durante el año 2019. Fue detenido la semana pasada en la ciudad de Cañuelas por la Policía de la Ciudad, luego de que allanaran su departamento de la calle Azopardohace poco más de un mes.
Todos los robos, según confirmaron fuentes policiales a Infobae, siguieron un patrón: fueron cometidos en locales de Carrefour Express. Chareun era presuntamente el único miembro de la banda que todavía no había sido capturado. Sus dos cómplices cayeron en 2020.
El primero de los episodios que le imputan a la banda ocurrió en un comercio situado en la calle Inclán al 2500, en San Cristóbal. Después asaltaron una sucursal en Carlos Calvo 1800, también en el mismo barrio. El tercer asalto tuvo lugar en un comercio de la avenida Directorio al 400 de Caballito y el siguiente en la calle México 1500, barrio porteño de Monserrat. El asalto número cinco que se les adjudica sucedió en Defensa al 1400, en San Telmo, mientras que el sexto ocurrió en la avenida Juan Bautista Alberdi al 4800, en Parque Avellaneda. El robo que cierra la serie tuvo lugar en la calle A. Figueroa al 39, en Villa Crespo.
En cada de uno de los asaltos, de acuerdo con lo que pudieron establecer los investigadores, la banda actuó con violencia y empleó armas de fuego para concretar el plan. Finalmente, el pasado 6 de agosto -por orden del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 47, a cargo de Luis Schelgel- se le encomendó a la División Capturas y Búsqueda de Prófugos de la Policía de la Ciudad que detuviera a Chareun por ser el líder de la banda. Sin embargo, cuando los efectivos llegaron al único domicilio que el joven de 26 años tenía registrado, el de la calle Azopardo, en San Telmo, no lo encontraron.
A partir de que el delincuente no fue hallado en su casa, la Policía comenzó una investigación que permitió conocer el método que el sospechoso usó para mantenerse prófugo de la Justicia y burlar a la Policía. Tras un seguimiento en perfiles de redes sociales, se estableció que Chareun cambiaba su apariencia y sus lugares de escondite, que solían ser casas de amigos y parientes domiciliados en el Gran Buenos Aires.
Fue así que los integrantes de la Policía porteña, con apoyo de sus pares bonaerenses, dieron con el imputado el 31 de agosto pasado cuando caminaba por la vía pública de Cañuelas e iba a la casa de un primo. Al comprobar que se trataba de Chareun, los oficiales se comunicaron con el Juzgado del caso, quien dispuso la detención y el traslado del imputado a la comisaría 1º de esa ciudad bonaerense, desde donde luego fue derivado a una dependencia policial dentro del ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.
A Chareun lo buscaban hace tiempo. Su defensa pidió una eximición de prisión. Sin embargo, la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital le negó esa posibilidad.
Según se detalla en esa resolución del 16 de julio pasado, los antecedentes del joven de 26 años fueron motivo suficiente para no otorgarle el beneficio. Según el fallo al que accedió Infobae, estaba imputado por los delitos de robo agravado por haber sido cometido con un arma y de robo doblemente agravado por haber sido cometido con un arma cuya aptitud para el disparo no pudo tenerse por acreditada, además de haber sido cometido en poblado y en banda, todos en concurso real.
No fue lo único. El 15 de octubre de 2019, fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº 14 a la pena de un año y diez meses de prisión en suspenso por el delito de robo mediante el uso de un arma de utilería y otra de fuego. Por este hecho había sido liberado el 21 de junio anterior.
Además, el 26 de junio de 2017 el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 3 del Departamento Judicial de Mercedes, provincia de Buenos Aires, le concedió la suspensión de juicio a prueba por otro hecho, por el plazo de dos años y seis meses, período en el que se vio involucrado en la serie de robos que ahora se le imputan.
El fallo es claro y da cuenta de la violencia empleada por el delincuente y su banda. “Se llevaron a cabo mediante violentos despojos, en algunos casos en horas de la noche, acompañado por uno o dos de los coimputados y mediante la exhibición de armas de fuego en distintas sucursales de una cadena de supermercados, que suelen ser muy concurridas”, afirma la resolución de Casación.
Además consideraron que podía haber entorpecimiento de la investigación y “se vislumbra riesgo de presión en las víctimas y testigos, pues podría fácilmente presentarse en el lugar y amedrentarlos”. Finalmente, sostuvieron que “su arraigo es incierto”, ya que desde entonces ya se sabía que el sospechoso no vivía en el único domicilio que había reportado. Y así fue. Lo detuvieron cuando se ocultaba en la casa de un primo, a casi 65 kilómetros de distancia.
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