(Noticia en desarrollo) Julián Ovejero volvió a su barrio con un secreto brutal en su consciencia. Había regresado al asentamiento La Bombilla en la periferia de San Miguel de Tucumán tras vivir un tiempo en España. Regresó a una vieja propiedad de su familia y formó una nueva pareja. Esta noche, cayó.
Poco después de las 19 horas del jueves, la división Interpol de la Policía Federal lo arrestó tras dos meses de investigación. La Justicia española lo buscaba por uno de los crímenes más feroces de la historia ibérica reciente, el asesinato de Najuzaith Zahell Díaz, un ingeniero informático y artista portorriqueño de 34 años asesinado en febrero de 2018 en su departamento de la zona madrileña de Carabanchel, un crimen hasta hoy irresuelto.
Un amigo de Najuzaith llegó a su casa tras días de no poder encontrarlo. Un cerrajero tuvo que abrir la puerta. Así, encontró el cuerpo, boca abajo en su cama. La autopsia posterior reveló que fue degollado, con 40 puñaladas en todo su cuerpo. La hipótesis histórica del caso fue que Najuzaith había conocido a su asesino en la aplicación de citas Grindr. En ese encuentro, el sospechoso lo mató. La Policía Nacional identificó a Ovejero gracias a una pericia de ADN y a cámaras de seguridad de la zona del hecho, según confirmaron fuentes
La división local de Interpol comenzó a intercambiar información con la Unidad de Fugitivos de la Policía Nacional española. Así, descubrieron que Ovejero había ingresado al país a través de Bolivia, de forma clandestina. Ya en Argentina, había cubierto sus rastros relativamente bien a pesar de la circular roja que pesaba sobre su cabeza. Con 26 años, no tenía un empleo en blanco, pedidos para planes sociales, deudas bancarias o de tarjetas de crédito, ningún alta visible en el sistema que pudiera delatar su presencia. Sin embargo, no cambió su aspecto. Los policías que lo arrestaron lo notaron casi idéntico a su foto en ficha policial, solo que un poco mayor. Su nueva pareja, que según investigadores no tiene ningún vínculo con el hecho, fue la pista que llevó a su captura.
En el proceso intervino el Juzgado Federal N°2 de Tucumán con el magistrado Fernando Poviña y la secretaria Karina Salas. Así, podrá comenzar el proceso de extradición de Ovejero, el único sospechoso de un crimen emblemático para la comunidad LGBTQ española. “El asesinato de Grindr”, llamaron los diarios ibéricos al caso del informático portorriqueño, recordado hasta hoy por su mecánica y su particular saña hacia la víctima.
Así, la división Interpol logra otra captura resonante de un prófugo radicado en Argentina y buscado desde Europa por hechos resonantes. En abril, capturaron a Zvjezdan Begic, un importante delincuente nacido en Montenegro acusado de integrar la temida organización internacional de ladrones de joyas Pink Panthers. El hombre se encontraba prófugo de la Justicia, ya que pesaba sobre él una condena de 15 años de prisión en Francia. También era buscado por un robo en Milán.
Ingresó al país por la triple frontera, con un pasaporte falso de la Unión Europea. Una vez que cruzó la frontera, se instaló en Buenos Aires y falsificó su DNI argentino. Vivía en un departamento ubicado en el cruce de la avenida Del Libertador y Ramallo, en el barrio porteño de Núñez, donde fue detenido. Aquí, vivía junto a su mujer argentina, con la que tuvo un hijo.
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