El misterio del chofer brasileño que cayó con más de dos toneladas de marihuana en su camión

Un informante delató a la Policía de la Ciudad que Carlos Buizez se había fugado de una cárcel de su país y que se refugiaba en Misiones como conductor de envíos de droga. El sticker del gorila en los panes de hierba y la sombra del narco “King Kong”

Guardar
Carlos Buizez tras su arresto.
Carlos Buizez tras su arresto.

El buchón e informante que cantó contra Carlos Alberto Biazuz cantó la canción completa. Básicamente, le dijo a la división Lucha Contra el Crimen Organizado de la Policía de la Ciudad que Biazuz, de 52 años, oriundo de Brasil, se había fugado de un penal de su país y que se había refugiado en un hotel de Misiones, para convertirse en un transportista narco, un camionero de la ruta clandestina hacia Capital Federal para trasladar grandes cargamentos de marihuana prensada del Paraguay, una pista que la división de la fuerza porteña seguía hace meses.

Entonces, los efectivos esperaron, dejaron que Biazuz encendiera el motor del Scania que conducía. Así, lo capturaron en Entre Ríos sobre el kilómetro 27 de la ruta nacional 14, al filo de la provincia de Buenos Aires, mientras intentaba cruzar el puente de Zárate. El camionero intentó escapar el seguimiento del escuadrón de brigadas; fuentes del caso aseguraron a Infobae que conducía su carga con vehículos de apoyo que luego huyeron.

Arrestaron al conductor y constataron su identidad, un número de documento brasileño ligado a Carlos figura en el sumario policial del día. Luego, los detectives treparon al acoplado del Scania. Lo que hallaron era pura planta: 2700 panes de hierba, 2070 kilos, con un curioso sticker sobre la cinta de embalar, algo que suele verse en paquetes de cocaína, pero no de marihuana paraguaya. La figura en el sticker era la de un simio, un gorila de lomo plateado.

Así, el misterio de Carlos, traicionado por un buchón, se volvía doble.

Video: el camión de Carlos y la carga.

A comienzos de esta semana, altas fuentes en el Estado confirmaban a Infobae que esperaban una señal de la Justicia brasileña para constatar si Carlos Biazuz efectivamente se había fugado de una cárcel brasileña, si había un pedido de captura sobre su cabeza. El nombre puede encontrarse a simple vista en registros judiciales de ese país, hay al menos un homónimo cuya defensa registró en marzo de 2015 un hábeas corpus en el Tribunal Regional Federal de la 5° Región, ubicado en la ciudad de Recife, tras un arresto por uso clandestino de telecomunicaciones.

Después está el camión mismo, parte de un problema anacrónico e interminable que tiene como protagonista a la mayor commodity ilegal del Cono Sur. Los grandes envíos de marihuana prensada siguen llegando a la Ciudad y al conurbano. Ciertas señales deberían revertir la tendencia. La megacausa que investigó el negocio de la ciudad correntina de Itatí y que llevó a la cárcel a políticos y comisarios terminó con condenas de más de diez años para los jefes narco involucrados.

Por otra parte, cada vez más dealers que ofrecen un menú de estupefacientes completo eligen el autocultivo, los cogollos secos suelen verse en incautaciones con frecuencia, en reemplazo del prensado. Pero, para el gran mercado, el sistema de megaenvíos desde la Triple Frontera sigue siendo la respuesta.

El ministro porteño Marcelo D'Alessandro con la carga de Biazuz.
El ministro porteño Marcelo D'Alessandro con la carga de Biazuz.

El Juzgado Federal N°4 de Ariel Lijo con el secretario Diego Arce investiga desde hace tiempo las líneas de provisión y los convoys que alimentan al negocio de transas de las villas porteñas, con detenciones como la de Ramón Maximiliano Aguilar, un reincidente arrestado en Villa Ortúzar en agosto de 2020 con diez kilos de cocaína ocultos en su auto que ya había sido condenado en 2014 por integrar una banda dedicada a comprar y reacondicionar camionetas robadas para canjearlas por droga.

En marzo de 2021, Lijo logró otro golpe con la Policía porteña, cuando detuvieron en la zona de Cardales a otro chofer brasileño que llevaba uno de los lotes más grandes de la historia reciente, más de cinco toneladas de hierba. Como a Carlos Biazuz, otro dato anónimo había entregado a su compatriota. En octubre pasado, el Juzgado Federal N°4 había secuestrado otras cinco toneladas. Los ladrillos llevaban etiquetas con la caricatura de Lionel Messi; otras, con la cara de Pablo Escobar Gaviria. Otras decían: “Verdelandia, made in Paraguay”.

Ahora, ¿quién es el patrón de Biazuz, el dueño de la hierba que llevaba? La respuesta quizás esté en los stickers mismos.

Gorilas en el humo: el sticker en la hierba de Biazuz.
Gorilas en el humo: el sticker en la hierba de Biazuz.

En abril de 2017, Oscar Ramón Cardozo, alias “King Kong”, presunto traficante, oriundo de Paraguay, fue detenido en Rio Negro tras ser vinculado a otro cargamento de cuatro toneladas hallado ese año en La Matanza. La PSA lo encontró en el departamento de Catriel, a donde se había refugiado y donde pensaba reunir a su familia. Cardozo fue finalmente procesado, pero su sombra sigue, en cierta forma: los detectives de la Policía de la Ciudad creen que el sticker del gorila puede ser un señuelo de sus viejas segundas líneas todavía activas que podrían jugar para echarle la culpa al viejo jefe. Esto, por lo pronto, es solo una hipótesis policial. El Juzgado Federal N°4, que procesó y elevó a juicio a Cardozo no recibió nuevas versiones en las últimas semanas según fuentes en Tribunales. Su historia, por lo pronto, parece terminada.

Mientras tanto, ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, sintetizó sobre el operativo: “Estas bandas operan con camiones que vienen de Brasil, en este caso en Paso de los Libres, realizan la carga para luego traerla a la Ciudad de Buenos Aires y así poder comercializarla. Son meses de investigación en los que se hace un seguimiento con brigadas que están encubiertas, con un trabajo muy profesional. Y este es el resultado que queremos: miles de dosis sacadas de la calle y el delincuente que está donde tiene que estar, preso”.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar