Una investigación llevada adelante por la Justicia Federal de Morón sobre una organización narco que comercializaba drogas en el barrio Villa Libertad, en Hurlingham, terminó con la detención de un comisario retirado de la Policía Bonaerense, acusado como uno de los miembros de la banda. El hombre fue arrestado esta sábado cuando entregaba 200.000 pesos a policías a cambio de que “liberaran la zona”.
La caída del ex jefe policial, identificado como Carlos Villavicencio, se concretó gracias a las tareas del llamado agente revelador: efectivos que con autorización judicial simularon aceptar la propuesta del ex policía y acordaron un encuentro.
Según indicaron fuentes del caso a Infobae, el momento en que el hombre intenta hacer la transacción quedó filmado. El hombre, mientras era investigado antes de su detención, ya había concretado una serie de estos encuentros.
La investigación la lleva adelante la fiscalía federal de Hurlingham, a cargo del fiscal Santiago Marquevich. Colaboró la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), con la intervención de control del juez federal de Morón Jorge Rodríguez. Así se llegó hasta el ex policía.
“El dato apareció en medio de la investigación que se está llevando a cabo en ese barrio, donde hay una gran cantidad de compra y venta de drogas. Tenemos filmadas filas de personas esperando para comprar. Lo lleva adelante la Justicia Federal porque creemos que lo que está ocurriendo en el lugar es más grande que una causa de narcomenudeo”, indicó uno de los investigadores a este medio.
A pesar de su ex cargo como comisario, se corroboró que Villavicencio no solo intentó hacer un acuerdo con los policías del lugar para que liberaran la zona, sino que el hombre sería parte de la organización. “Hay hasta relaciones familiares del comisario con gente de la banda”, siguió el mismo detective. Así, con toda la evidencia en su contra, se ordenó su detención.
Según indicaron, Villavicencio prestó servicio hasta fines de marzo de 2015, como jefe de la Jefatura Distrital Centro de la Bonaerense. Luego del arresto del ex policía, se realizaron más allanamientos en los que se detuvo a otra persona y se secuestraron elementos de interés para la causa. De este modo, según indicaron fuentes de la investigación, por estas horas la causa se encuentra en secreto de sumario.
Pocos días atrás ocurrió una situación similar, cuando el subjefe de la Policía de Santa Fe, Ariel Zancocchia –que asumió ese cargo el 3 de septiembre del año pasado–, fue desplazado de su función después de que fuera allanado en el marco de una causa donde está investigado junto a otros uniformados y civiles por presuntas maniobras irregulares vinculadas a las reparaciones de patrulleros que estaban en la base del Comando Radioeléctrico. En la investigación se detectó que la proveedora más importante de autopartes de la fuerza de seguridad era la firma “Genarino Mecánica”, cuyo socio fue Zancocchia antes de ser alto mando provincial.
La historia de su caída es amarga, algo grotesca. Todo en el expediente de la Justicia suena a impunidad, a robo miserable, en la atmósfera de una de las fuerzas de seguridad más cuestionadas de la Argentina. Fue iniciado en febrero del año pasado. Tomó su tiempo, pero fue eficiente. El hoy ex subjefe cayó rápido. La Agencia de Control Policial (ex Asuntos Internos) hizo 19 allanamientos en Rosario, Villa Gobernador Gálvez y Zavalla por pedido de los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra de la Agencia de Criminalidad Organizada. En la misma jornada, pero por la tarde, el ministro de Seguridad Jorge Lagna le pidió la renuncia a Zancocchia y por la noche lo pasó a disponibilidad.
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