Desde el Estado Mayor Conjunto sospechan que detrás del frustrado robo de armas en la Unidad Militar VII Brigada Aérea de Moreno, hay un entregador interno.
“Lo que estaría acreditado es que alguien de adentro les dio la data de donde estaban guardadas las armas de refuerzo que habían llegado como parte del despliegue que tienen que hacer para las elecciones”, precisaron las fuentes consultadas por Infobae. “En eso están ahora, viendo quien es el ‘topo’”, dijeron en alusión a la persona que actuó como entregador de esa información.
De acuerdo a la denuncia -radicada este domingo en la Comisaría 4ta de Morón por uno de los custodios en turno- cerca de las cinco de la mañana una detonación activó el sistema de seguridad del lugar. El personal de guardia se puso en estado de alerta rápidamente y, en ese momento, dos vigiladores vieron a dos hombres que huían corriendo del lugar.
“Estos individuos se dieron a la fuga, salieron a perseguirlos pero había otros más”, relataron a Infobae miembros de dicha base aérea. “Fue un movimiento de distracción y engaño”, dedujeron, debido a que los sospechosos intentaron ingresar a la sala de armas por una puerta de emergencia.
Si bien no se descarta ninguna hipótesis, la más firme señala que pudo haber complicidad desde la propia unidad militar para perpetrar el ataque y describieron lo sucedido como “un robo de una banda común sin connotaciones políticas” descartando que se haya tratado de un acto guerrillero.
El hecho ahora es investigado por el Juzgado Federal N°3 de Morón. De acuerdo a los primeros datos de la investigación, al menos dos hombres intentaron distraer con explosivos a los guardias de la unidad militar, ubicada sobre la calle Marchena, como parte del plan para luego ingresar a la sala de armas del destacamento.
Frustrado el ataque, desde la Unidad Militar dieron aviso a las Secretarías de Seguridad de los municipios de Moreno y José C. Paz para que incrementen los patrullajes por la zona.
Pasado el mediodía, la Fuerza Aérea Argentina sacó un comunicado en Twitter donde informó que “no se registraron daños en instalaciones, ni faltantes de material”.
Lo que más le preocupa al Estado Mayor Conjunto “es el poco personal que tienen muchas unidades militares los fines de semana, donde por razones presupuestarias se restringe la presencia militar al máximo”, remarcaron a este medio; lo que allanaría el terreno para los robo de este tipo y más teniendo en cuenta que no es la primera vez que sucede.
Semanas atrás, en La Matanza, se produjo el robo de 67 pistolas recién salidas de la fábrica de armas Bersa que debían ser entregadas a armerías de distintas partes del país. El robo ocurrió cerca de las 9 de la mañana luego de que una camioneta Mercedes Benz Sprinter saliera desde la fábrica ubicada sobre la calle Magallanes con un total de 67 pistolas calibres 9. 380 y 22.
Diez cuadras más adelante, en la esquina de Alvear y 25 mayo, un Chevrolet Corsa interceptó el vehículo. Descendieron dos delincuentes armados que tras amenazar al conductor, secuestraron la camioneta y escaparon con el arsenal. Tras alejarse un kilómetro y medio bajaron las ocho cajas en las que se encontraban las 67 armas y las pasaron al auto en el que iniciaron el golpe.
Pocos meses atrás ocurrió otro robo de armas, pero dentro de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) de la Policía Bonaerense en Puente 12. En total, el faltante fue de 15. Así, los investigadores detuvieron a dos delincuentes con antecedentes acusados de vender por Facebook dos de las pistolas Bersa Thunder calibre 9 milímetros con kits RONI (adaptadores para darles el aspecto de un fusil de asalto) que serían parte del lote desaparecido.
Otro ataque de gran impacto sucedió en julio del año pasado. Un grupo comando de tres hombres encapuchados ingresó en la Planta Receptora de Comunicaciones de la Prefectura Naval Argentina, ubicada en el kilómetro 24,5 de la Autopista Ricchieri, en la localidad bonaerense de Ezeiza y, tras reducir a tres efectivos, los delincuentes se fugaron con armas, municiones y chalecos antibala.
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