Rolando Juan Vallejo, alias “Kilo”, fue encontrado muerto en su casa del barrio 500 Viviendas de la ciudad chaqueña de Barranqueras a comienzos de mayo del año pasado, ahorcado en una habitación. Uno de sus hijos lo vio pender de una soga y llamó a la Policía provincial, que determinó un aparente suicidio. “Kilo”, de 53 años, se quitó la vida en su casa, aunque irónicamente estaba a la fuga: la jueza federal Zunilda Niremperger había firmado un pedido de captura en su contra a comienzos de marzo. Las notificaciones con pantalla con la marca oficial de most wanted para Vallejo circulaban entre los teléfonos de personal judicial y policías, hubo allanamientos, su cara era publicada por los diarios locales.
Así y todo, “Kilo” no se había ido a ninguna parte. Elida Mambrín, su mujer, ya había sido detenida tiempo antes, acusada del mismo delito que su pareja.
Elida y “Kilo” habían ocupado un rol particularmente sensible durante la última década en la trama de la pobreza del Chaco. Habían encabezado su propia asociación civil en Resistencia, llamada No Me Olvides, con Vallejo como presidente y su mujer como tesorera. Estaba dirigida a mujeres jóvenes pobres, vulnerables, madres de familia que llegaban a la sede de la asociación pintada de celeste en la calle Posada a buscar bolsones de comida, a participar de actividades comunitarias, a pedir trabajo. Vallejo y Mambrín tenían en sus manos planes sociales como el Foco, una beca del Ministerio de Desarrollo Social destinada a estimular estudios y emprendimientos. Así, las mujeres se volvían parte de la asociación, en parte de su staff como becarias, por llamarlas de alguna forma.
Luego, según la acusación de la Justicia, fueron parte de otra cosa.
Hoy, más de un año después, Elida Mambrín enfrenta un juicio en el Tribunal Oral Federal de Resistencia: enfrenta un pedido de pena de 15 años de cárcel, formulado por el fiscal Federico Carniel y la PROTEX, el ala de la Procuración dedicada a investigar delitos de trata de personas, representado en el expediente por la fiscal Alejandra Mángano. Para los fiscales, Mambrín es coautora del delito de trata de personas con fines de explotación sexual en perjuicio de setenta víctimas, además de un caso de abuso sexual gravemente ultrajante y de un caso de abuso sexual simple, todos en concurso real. “Kilo” Vallejo también había sido acusado de ese mismo caso de abuso simple.
Las mujeres que se acercaban a la asociación No Me Olvides, de acuerdo a sus relatos, eran finalmente prostituidas. Los clientes, según confirman fuentes del expediente, estaban ligados al poder en el Chaco. Por otra parte, existe una causa que se encuentra en etapa de instrucción en el Juzgado Federal de Resistencia en la que se investiga la participación de funcionarios.
En su alegato, explicó que, una vez que las incorporaban, los directores de la asociación civil les decían que debían abonar 300 pesos y que luego las sacaban a pasear en auto para “exhibirlas” en distintos actos públicos e incluso cumpleaños. El fiscal remarcó que las víctimas estaban bajo la amenaza de quedar “en la calle” o de perder el único ingreso que tenían: la beca. “Ambos, Mambrín y Vallejo, hacían gala de que tenían muchos contactos en el mundo de la política y el Poder Judicial. Si las mujeres se negaban a algo había reacciones violentas porque supuestamente ‘los dejaban mal parados’”, afirmó Carniel. No Me Olvides “vivía de los aportes que realizaban el Ministerio de Desarrollo Social de Chaco, la Lotería Chaqueña y distintos organismos del Estado”, continuó Carniel.
Mángano, por su parte, remarcó algo más oscuro: “No podemos olvidar las distintas formas de corrupción pública en este caso. Se cruzan bienes, servicios, insumos, mercadería y salarios públicos para garantizar deseos sexuales de funcionarios”, afirmó. Lorena Elisabeth Quintana, ex secretaria de No Me Olvides, también es considerada parte de la trama. Los fiscales pidieron tres años en suspenso para ella como partícipe secundaria.
La causa, de acuerdo a la elevación a juicio del expediente a la que accedió Infobae con la firma del fiscal Patricio Sabadini, comenzó en marzo de 2020, luego de que cuatro mujeres denunciaron ante la Secretaría de Derechos Humanos y Género de Chaco que un grupo de 70 de estas “becarias” habrían sido víctimas de Mambrín y Vallejo. En la acusación formulada en el requerimiento de elevación a juicio a la que accedió Infobae, los fiscales aseguraron que la pareja que regenteaba la asociación hacía una suerte de casting con las mujeres que venían a pedirles ayuda, que se enteraban de las actividades de No Me Olvides por un aviso en un programa de radio local, o comentarios en boca en boca. Mambrín o Vallejo les preguntaban por su situación familiar y sentimental, les decían que debían cuidar su imagen, que debían “trabajar con políticos” según el documento. Las convertían en “socias activas” y les cobraban una cuota de 300 pesos que luego, supuestamente, la pareja se metía en el bolsillo.
Así, eran presentadas como “secretarias”, como “las chicas de ‘Kilo’ y Eli”, paseadas por diversas dependencias oficiales, la intendencia de la ciudad de Puerto Vilelas en Chaco, según los relatos de las víctimas. El escrito enumera: Vialidad, Casa de Gobierno, Correo Argentino, una comisaría, entre otros puntos. En esas visitas, en las que participaba supuestamente Lorena Quintana, Mambrín y Vallejo les hacían preguntas de índole sexual a las mujeres.
De vuelta en la sede de la calle Posada, siempre según los relatos de las víctimas, Vallejo hacía alarde de sus contactos políticos, que todo quedaría en nada si lo acusaban; Mambrín “saludaba” a las víctimas con un beso en la boca, tocamientos genitales a cargo de Vallejo. Otra víctima, incluso, asegura que fue citada a la misma casa en el barrio 500 Viviendas en donde “Kilo” se quitó la vida, con el pretexto de ser una “secretaria” de la asociación. Declaró que fue una emboscada. Allí, fue violada supuestamente por el dirigente social. En ese abuso, con un hijo menor de edad de la pareja en la casa, también participó Mambrín.
La amenaza era constante: si no accedían, otra mujer vulnerable y que necesitaba dinero para sus hijos lo haría.
Los relatos de las víctimas hablan de encuentros a solas con un alto jefe político provincial, que la dejaron con el funcionario, que le pidió su número de teléfono. Los testimonios también involucran a un empresario local, dueño de un galpón que le entregaba colchones a la asociación. Luego, un periodista local fue mencionado, con un particular interés por una víctima, que se negó a mantener un encuentro con él. La víctima luego tuvo que enfrentar los reproches de Mambrín. Hablaron de “presencias”, eran llevadas a cumpleaños de hombres mayores, con los que debían bailar.
Una de las secretarias incluso aseguró que tuvo sexo con un funcionario público a cambio de “un beneficio y plata”, afirmó que “Kilo” se encargó de organizar el encuentro, que no sería el único.
En su indagatoria, Mambrín relató la historia formal de No Me Olvides, negó los hechos de abuso y trata. Aseguró que No Me Olvides tenía convenios con el área de Transporte para sus “secretarias”, entre otras áreas. “Todo lo que hacíamos era legal”, aseveró.
Tiempo después, Mambrín, con una larga historia de empleo en el Estado provincial chaqueño, con trabajos registrados en la Jefatura de Gabinete de Ministros y la Dirección de Administración de la Gobernación según sus registros, amplió su declaración. Dijo que, básicamente, había caído por una vendetta, un berrinche de una chica que había perdido “una beca”, que la habían amenazado con exponerla, pero que no le había dado importancia.
José Galassi, defensor de Lorena Quintana, reveló la semana pasada a la radio chaqueña Facundo Quiroga que pedirá al Tribunal que se difunda la lista de clientes.
Hoy lunes por la mañana, se realizó la última audiencia del proceso: el veredicto para Mambrín y Quintana se espera para después del mediodía.
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