“¡Mamá! Recuerdo de tu esposo, hija y yerno 1971 - 22 - 5 - 1972”, reza una de las tantas placas conmemorativas que había arrancado de una tumba un grupo de delincuentes. Ocurrió en el Cementerio de la Chacarita, que no se salva de la ola de robos de metales que invadió a la Ciudad en pleno auge de la pandemia y que aún continúa.
En las últimas horas, pescaron in fraganti a cuatro ladrones en ese cementerio porteño. Los capturaron al anochecer, con el predio cerrado al público: se llevaban casi 50 kilos entre placas, cruces y otros ornamentos de las tumbas.
Los detenidos tienen entre 18 y 21 años y fueron arrestados por los agentes de la Comisaría Vecinal 15A de la Policía de la Ciudad luego de que los vigiladores del cementerio sospecharan de la actitud del cuarteto en la zona de bóvedas.
Fuentes policiales indicaron que el robo se descubrió cuando uno de los custodios se encontró con un joven que circulaba sin sentido por el sector N°5 de las bóvedas, junto a uno de los panteones más importantes de la Chacarita.
“El vigilador le indicó al joven que debía retirarse, ya que el cementerio estaba cerrado al público. Así, el sospechoso se sentó en una escalera y le dijo que tenía el auto a unas dos cuadras”, detallaron las fuentes.
El agente de seguridad no le creyó y por eso lo escoltó hasta el auto, un Volkswagen Gol Trend. Claro que, cuando estaban llegando hasta el vehículo, el joven le manifestó que había perdido la llave. Y, entonces, ambos volvieron al panteón.
Paralelamente, otros dos vigiladores, un hombre y una mujer, se acercaron a la zona y vieron a otros tres sospechosos merodeando las mismas bóvedas. También escucharon ruidos de metales.
Por ello, enseguida dieron aviso a la Policía de la Ciudad. Cuando llegaron los efectivos al lugar, se entrevistaron con los vigiladores y, luego, demoraron a los sospechosos. Les encontraron una bolsa con cruces, placas y otros elementos de bronce y aleaciones metálicas.
“Todo tenía un peso aproximado a los 50 kilos”, detallaron las fuentes. Hay que recordar que el precio promedio por kilo de metálico es de uno mil pesos.
Lo cierto es que el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°47, a cargo de Luis Alberto Schelgel, y ante la Secretaría 136 de Juan Pablo Strifezza, ordenó el traslado de los delincuentes por “robo en grado de tentativa” y el secuestro de los elementos de bronce robados, como también del Volkswagen Trend de color gris y de sus teléfonos celulares.
Antecedente
El antecedente más cercano de robos de este tipo es del 10 de agosto pasado, cuando cayó el “patrón de los picaportes”: lo detuvieron en Caballito con 34 herrajes. Lo pescaron in fraganti los agentes de la Comisaría Vecinal 6 B de la Policía de la Ciudad que hacían recorridas de prevención en la zona.
Justo cuando pasaban por Valle al 200, a uno de los policías les llamó la atención un hombre que tanteaba los picaportes de las casas. Cuando quisieron identificarlo se escapó. No llegó muy lejos: tiene 38 años y vive en situación de calle. Incluso, los vecinos lo señalaron como conocido de la zona.
Las casas y los cementerios no son los únicos lugares elegidos para robar este tipo de metales: hubo denuncias de sustracción de placas de plazas, monumentos e iglesias.
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