El 1° de junio pasado, un grupo de delincuentes ingresó a la casa de una mujer de 60 años en Ciudad Evita, partido de La Matanza. La víctima se encontraba junto a uno de sus empleados. En ese momento, los delincuentes los comenzaron a golpear y luego los redujeron. Revisaron toda la casa en busca de dinero y elementos personales, pero no encontraron nada.
Así, uno de los ladrones, tomó su celular y realizó un llamado frente a la mujer. “No nos dice donde está la plata, dimos vuelta todo. No lo quiere largar. Ya sabe que su hijo está con nosotros. Sí, ya sabe que si no entrega, lo vamos a matar por ahí”, dijo el ladrón al teléfono con otro miembro de la banda. Era simplemente una finta para llevarse el dinero: no tenían al hijo secuestrado, pero contaban con la información suficiente como para poder intimidarla.
Tras escuchar la amenaza, sin saber que era mentira, la mujer les entregó todo el dinero en efectivo que tenía en pesos y en dólares. Luego, los delincuentes escaparon. Sin embargo, lo que la banda no sabía era que la DDI de La Matanza de la Policía Bonaerense ya les había interceptado sus comunicaciones y que estaban siendo escuchados por los detectives.
De este modo, el fiscal federal de Morón Sebastián Basso junto a la UFESE -el ala de la Procuración dedicada a investigar secuestros extorsivos encabezada por el fiscal Santiago Marquevich- una serie de órdenes de allanamiento para dar con los sospechosos. Basso los acusa de varios delitos: secuestros, entraderas y robos de autos para después adulterarlos y utilizarlos para salir a robar.
Así, la Bonaerense detuvo a Raúl Orlando González, alias “El Rubio”, de 42 años, señalado como el líder de la banda. Luego fueron tras sus cómplices identificados como Pablo Ezequiel Monte, de 24, y Jonathan David Rojas, de 26.
En los operativos realizados en las localidades de Virrey del Pino y Gregorio de Laferrere, los efectivos secuestraron: una pistola Bersa 9 mm con la numeración suprimida, otra Bersa calibre 22 con pedido de secuestro activo. También, vestimenta policial, dos celulares, un Chevrolet Corsa, que también tenía una orden de secuestro activa emitida dos días atrás por la UFI Nº1 de La Matanza. Incluso encontraron juegos de patentes y llaves de más automóviles, todos elementos difíciles de explicar y que revelan la logística de la banda.
La investigación de Basso comenzó el 31 de marzo pasado. Ese día González, Monte y Rojas abordaron cerca de las 21:30 a un hombre cuando salía de su comercio en González Catán. El grupo lo interceptó a bordo de una camioneta Volkswagen Suran. Armados, lo obligaron a subir a la camioneta. Le robaron todo lo que tenía encima, pero no les alcanzó. Tomaron su celular y llamaron a la esposa: el hombre fue secuestrado.
En ese momento, pactaron un lugar de entrega y una suma elevada de dinero a cambio de no matarlo. La mujer rápidamente accedió y se encontró con los delincuentes. En un lugar que no fue especificado por los investigadores, se concretó la entrega y la víctima fue liberada. Cuando concluyó la secuencia, la pareja realizó la denuncia que recayó en la fiscalía de Basso, quien dio inicio a la investigación.
En las últimas horas, los delincuentes fueron trasladados a un calabozo y se espera que brinden su declaración indagatoria.
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