Lucía Inés Fernández, una adolescente de 15 años de la localidad mendocina de Maipú, se despidió ayer de sus padres hacia el mediodía. Les dijo que iba para el colegio, pero nunca más regresó. Algunas horas después, su cadáver fue encontrado en una finca abandonada, ubicada a varios kilómetros de su casa, con varias marcas compatibles con heridas punzantes que podrían haber sido provocadas por un destornillador y golpes en la cara. Ahora los investigadores tratan de establecer si, además, fue abusada sexualmente.
De acuerdo con lo que revelaron fuentes del caso a Infobae, los investigadores creen que el asesino conocía a la víctima. Es que según pudieron establecer, la adolescente en realidad no debía asistir ayer a la escuela y le mintió a su familia para ir a otro lugar. La relación entre la joven y su familia, suponen los investigadores, era muy conflictiva y se daba en medio de un ambiente de notable precariedad.
A comienzos de la tarde del lunes, según confirmaron las mismas fuentes, la Policía de Mendoza detuvo a un sospechoso por el caso. Es un menor de apenas 14 años y efectivamente tiene un vínculo con Lucía: es su compañero de colegio.
Un testigo aparentemente vio a Lucía junto a otro joven en la zona de Rodeo del Medio, el mismo lugar donde está ubicado el terreno donde fue encontrado el cuerpo sin vida. Ese testigo fue ubicado en el curso de la mañana y fue quien señaló al nuevo aprehendido, lo que llevó al arresto.
Los forenses encontraron diez heridas cortopunzantes en varias partes del cuerpo, aunque no se trataría de lesiones de gran profundidad. Creen que debido a las características de las lesiones, el asesino habría utilizado un destornillador o una tipo de herramienta similar.
Los restos fueron encontrados en la noche de ayer en un descampado ubicado sobre calle Pueyrredón al 4444, a unos 200 metros al sur de la ruta provincial 60. Además de los cortes, la víctima presentaba golpes con un elemento contundente en el rostro, que podría ser una piedra o un ladrillo. Según publica el diario Los Andes, tenía manchas de sangre en las manos e indicios de que quiso defenderse.
De igual forma, los investigadores hallaron otro elemento de importancia para la la causa. Se trata del celular de la estudiante. Los policías que se encontraban en el lugar le pidieron el número a sus familiares y efectuaron una llamada para encontrarlo. De repente, el aparato comenzó a sonar cerca del cadáver y tras un rastrillaje se logró ubicarlo. Las pericias sobre el teléfono y las antenas, creen, podrían ayudar a establecer el recorrido que hizo Lucía desde que salió de su casa.
Fue un vecino el que llamó a la línea de emergencia y alertó a las autoridades sobre la presencia de un cuerpo tendido dentro del terreno. Al parecer se había acercado hasta el lugar para obtener un poco de leña y fue ahí cuando observo el cadáver golpeado. Al poco tiempo, un móvil policial se acercó a la zona indicada y los efectivos constataron la muerte de la menor.
Al lugar acudió personal de Homicidios y peritos de la Policía, quienes cercaron todo el terreno donde fue hallada la víctima. Se trata de una zona de pocas viviendas y de terrenos amplios. Los investigadores realizan desde anoche diversas pericias con el objetivo de encontrar elementos para determinar la mecánica del crimen. La investigación quedó en un comienzo a cargo del fiscal de Homicidios, Carlos Torres, quien dispuso que en las próximas horas se realice la autopsia y activó el protocolo por un posible femicidio.
Sin embargo, la edad del nuevo sospechoso podría llevar a que el caso sea investigado por el fuero penal de menores provincial.
La escuela 4-188 Padre Eduardo Iácono, situada en la ruta 60 en Fray Luis Beltrán, el colegio a donde concurría todos los días, mantuvo sus puertas cerradas hoy en señal de luto por el crimen de la adolescente.
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