La Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal confirmó este miércoles por unanimidad las condenas impuestas a los acusados por los hechos considerados crímenes de lesa humanidad registrados en el centro clandestino de detención conocido como “Sheraton”, que funcionó en una comisaría ubicada en Lomas del Mirador, partido bonaerense de La Matanza. Allí permaneció secuestrado Héctor Germán Oesterheld, artista creador de “El Eternauta” que aún continúa desaparecido. Militares y policías habían recibido penas de entre 8 y 25 años.
La decisión fue tomada hoy por los integrantes de la Cámara, Mariano Hernán Borinsky -Presidente-, Javier Carbajo y Gustavo M. Hornos, de manera remota y mediante firma electrónica y digital. Hubo unanimidad en el fallo.
La medida quedó firme sobre los acusados: Juan Alfredo Battafarano, Leopodo Luis Baume, Manuel Antonio Cunha Ferré, Rodolfo Enrique Godoy y Roberto Obdulio Godoy. Todos, acusados por los hechos que tuvieron lugar en el centro clandestino de detención conocido como “Sheraton”, donde permaneció privado de la libertad, entre otros, el guionista y escritor desaparecido Héctor Germán Oesterheld.
El centro clandestino de detención “Sheraton” funcionó entre diciembre de 1976 y abril de 1978 en la Subcomisaría de Villa Insuperable, partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires, a cargo de los Subcomisarios Baume y Battafarano y operó bajo el control del Grupo de Artillería 1 de Ciudadela (GA1) al mando del entonces Coronel Antonino Fichera, de los segundos jefes de la unidad militar y jefes de la Plana Mayor, Juan Manuel Costa y Rodolfo Enrique Godoy, del oficial de Inteligencia Manuel Antonio Luis Cunha Ferré y del oficial de Operaciones Roberto Obdulio Godoy, según precisa el comunicado oficial del fallo.
El Fallo
Fragmento del fallo: Caso en que resultó víctima Héctor Germán OESTERHELD (caso n° 13)
“Héctor Germán OESTERHELD (alias ‘Viejo’ o ‘El Viejo’), de 57 años de edad, de nacionalidad argentina y con actividad militante en la ‘Juventud Peronista’ y luego en la organización ‘Montoneros’, fue privado ilegítimamente de su libertad, a fines de abril de 1977, en circunstancias de tiempo, modo y lugar desconocidas.
Posteriormente, fue trasladado al CCD ‘El Campito’, ubicado en el predio de ‘Campo de Mayo’; luego fue llevado al CCD ‘El Vesubio’, y desde allí, en lo que a este pronunciamiento interesa, fue conducido a la Subcomisaría de Villa Insuperable, donde funcionaba el CCD ‘Sheraton’; ello en diversas oportunidades, por lo menos entre mediados de junio de 1977 hasta mediados o fines de julio del mismo año y entre mediados de octubre hasta el mes de noviembre del igual año, pero sin permanecer en el CCD ‘Sheraton’ de manera continuada, entre ambos períodos antes consignados.
A la fecha, Héctor Germán Oesterheld permanece desaparecido.
Por este caso, concretamente por la privación ilegítima de la libertad, corresponde atribuir responsabilidad penal a los imputados Manuel Antonio Luis Cunha Ferré, Roberto Obdulio Godoy y Juan Alfredo Battafarano…”
En abril de 1977, Oesterheld era un escritor consagrado. Tenía 57 años y desde los 21 había empezado a publicar en distintas editoriales. Desde cuentos infantiles hasta divulgación científica, ya que estaba cursando Geología en la UBA. Sin embargo, el gran aporte de Oesterheld había sido el de narrar para que las historietas cobraran vuelo literario, con personajes muy diversos de los cuales, sin duda, El Eternauta, sobresalía. Una historia de ficción basada en una invasión de extraterrestres donde un hombre común, Juan Salvo, adquiere un papel protagónico.
Oesterheld fue secuestrado el 27 de abril de 1977. Para ese momento, dos de sus hijas habían caído víctimas de la dictadura, y durante su cautiverio en tres centros clandestinos, le informaron que habían matado a las dos restantes. Su cuerpo sigue desaparecido, pero su obra dejó una huella imborrable en la cultura argentina.
En el texto “El secuestro del autor de “El Eternauta” y el martirio de cuatro hijas, sus parejas y dos nietos, todos asesinados o desaparecidos por la dictadura”, de Eduardo Anguita y Daniel Cecchini, se detalla la vida del artista desaparecido.
En 2019, al cumplirse el centenario del nacimiento de Héctor Germán Oesterheld, Elsa y sus dos nietos, Martín Mórtola Oesterheld y Fernando Araldi, donaron a la Biblioteca Nacional el contenido de una valija con historia.
En esa valija, durante años, Elsa guardó -y escondió de la represión dictatorial- cuentos, guiones, microrrelatos, sueltos informativos, apuntes e ideas apenas insinuadas, índices y sumarios, posibles cronogramas de entrega, proyectos (muchos de ellos finalmente sin concretar), algunas frases ininteligibles, textos sin título, sin referencias ni fecha, que Héctor había escrito. Con ellos se realizó la muestra “Palabra de Oesterheld”, donde por primera vez el público pudo verlos.
Años antes de ser secuestrado, en una entrevista, Oesterheld explicó cómo había surgido la idea de su historieta más famosa. Respondió: “El Eternauta comenzó siendo un cuento corto, de apenas 70 cuadros. Luego se transformó en una larga historia, una suerte de adaptación del tema Robinson Crusoe. Me fascinaba la idea de una familia que quedaba sola en el mundo, rodeada de muerte y de un enemigo ignorado e inalcanzable. Pensé en mí mismo, en mi familia, aislados en nuestro chalet y comencé a plantearme preguntas”.
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