El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 61 elevó a juicio la causa contra el presunto femicida Patricio Reynoso, acusado de haber asesinado a su novia, Pilar Riesco, la joven que murió en marzo de 2020 tras caer de un balcón en el barrio porteño de Nueva Pompeya.
El hombre de 32 años es el único sospechoso que tiene la investigación y se encuentra bajo prisión preventiva desde junio pasado, cuando se entregó a la Justicia luego de haber permanecido cerca de 70 días prófugo. Se cree que fue él quien arrojó a la joven al vacío en medio de una discusión.
Ahora, la jueza del caso, Graciela Angulo de Quinn, dio por concluida la etapa de instrucción y resolvió elevar el expediente, tal como lo habían solicitado dos semanas atrás el Ministerio Público Fiscal (MPF) y la querella.
En una resolución de ocho páginas, la magistrada consideró que “se encuentra reunida la prueba suficiente” contra Reynoso, imputado por el “delito de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por haber mediado violencia de género”, que prevé una pena de prisión perpetua y por el que “deberá responder en calidad de autor”.
En ese sentido, la jueza Angulo de Quinn dispuso la elevación de la causa a la Cámara Federal de Casación Penal para que sortee al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) que estará encargado de conducir el debate oral.
Esta medida había sido solicitada el pasado 3 de agosto por el fiscal de la causa, Martín López Perrando, que estuvo acompañado por Mariela Labozzeta, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia Contra las Mujeres (UFEM), y la querella, conformada por la madre de Riesco y su abogado, Roberto Damboriana.
En el requerimiento del fiscal, al que tuvo acceso la agencia Télam, se dejó constancia que “el día 15 de marzo del año 2020, entre las 16 y las 17 horas, en el interior del departamento sito en la calle Alagón N° 305, piso 4to., departamento “E”, de esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el que se domiciliaba Patricio Leonel Reynoso, éste mantuvo una discusión con Pilar Lucía Riesco, con quien tenía una relación de pareja desde hacía aproximadamente tres años, en el marco de la cual le propinó golpes varios”.
Según la investigación, ese día la joven, que tenía 21 años, murió al caer del balcón del departamento. Si bien fue trasladada en grave estado al Hospital Penna, los médicos del establecimiento no pudieron salvarle la vida.
A través de testimonios aportados a la causa y el análisis de la prueba recolectada, como así también de la autopsia, tanto la Fiscalía como la querella consideraron que quedó acreditada “la existencia del delito y la responsabilidad del imputado”.
En su declaración indagatoria, Reynoso contó que ese día volvió de bailar a la madrugada y se fue a dormir junto a Pilar. Relató que se despertaron cerca de las 14 y que discutieron. Explicó que hubo insultos y amenazas. Luego, aseguró que la joven se trepó a la baranda y se arrojó al vacío.
Sin embargo, hay varias pruebas que lo contradicen: en el balcón no se encontraron huellas de Pilar en la baranda y en el cuello de la víctima se detectaron marcas de ahorcamiento. En este último punto no hay dudas, el acusado ahorcó a la víctima antes de que cayera.
Para el fiscal, las lesiones que presentaba la joven “revelaban que el imputado habría ejercido una fuerza mayor a la desplegada por Riesco durante la agresión física previa al desenlace fatal, que excedía la que podría esperarse en el marco de una acción de defensa”.
Además, junto a la querella coincidieron en resaltar que en la pericia realizada por la Unidad Móvil Criminalística de la Policía de la Ciudad a las pocas horas del hecho indicó que “no había rastros papilares sobre la superficie de la baranda del balcón”, lo que “acredita la versión de que en realidad fue empujada”.
Con todos estos indicios, el 30 de marzo del año pasado la jueza Angulo de Quinn procesó a Reynoso con prisión preventiva y le trabó un embargo por 931.500 pesos. Pero al mes siguiente, la sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional revocó el procesamiento y lo liberó por falta de mérito, al considerar que no había pruebas suficientes para atribuirle un femicidio.
Con el correr de la pesquisa se sumaron elementos probatorios que llevaron al MPF a solicitar nuevamente su arresto y una ampliación de la declaración indagatoria, lo que fue acompañado por la magistrada, pero para ese entonces el sospechoso ya estaba prófugo.
El 5 de abril último se libró su captura nacional e internacional, que incluyó una búsqueda por parte de Interpol, y también se ofreció una recompensa de un millón y medio de pesos por datos sobre su paradero. Finalmente, Reynoso se entregó a la Policía el pasado 9 de junio.
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