El temerario narcotraficante Ariel Máximo “Guille” Cantero, líder de Los Monos, de 32 años, este viernes comenzó a transitar junto a parte de su banda un juicio en su contra por balaceras a jueces, policías y edificios judiciales, donde afronta un pedido de 24 años de prisión, que se sumarían a los 62 años que acumula en distintas causas provinciales y federales. Por su declaración ante el tribunal –”contrato sicarios para tirar tiros a jueces”– afrontará una nueva causa por amenazas. Además, en otra audiencia que comenzó a desarrollarse esta tarde es imputado por instigar un crimen perpetrado en el casino City Center de Rosario en enero del año pasado y por ataques a tiros a integrantes del Sindicato de Peones de Taxis.
Para los fiscales Matías Edery, Gastón Ávila, Miguel Moreno y Aníbal Vescovo, el líder de Los Monos empezó a planificar balaceras después de ser condenado en primera instancia a 22 años de prisión por asociación ilícita y asesinatos ocurridos en venganza al crimen de Claudio “Pájaro” Cantero, por entonces jefe de la banda.
El punto de inflexión, según la teoría de los acusadores, fue cuando la Justicia federal determinó que “Guille” Cantero debía ser sacado de la cárcel de Piñero para ser llevado a una unidad penitenciaria federal en el marco de una causa por narcotráfico conocida como “Los Patrones”.
Antes de que el fiscal Miguel Moreno comenzara con el alegato de apertura, la presidenta del tribunal Hebe Marcogliese pidió a cada uno de los siete imputados que dijeran su nombre completo, de su madre y padre, dirección, instrucción educativa y trabajo u oficio. En ese marco, “Guille” se presentó como “Ariel Cantero, de 32 años”, domiciliado “en Rosario” y con “oficios varios”. La magistrada le consultó cuáles eran esos oficios: “Contrato sicarios para tirar tiros a jueces judiciales (sic)”.
La declaración fue asentada y elevada a la fiscal regional María Eugenia Iribarren para una nueva formación de causa penal para el líder de Los Monos, en este caso, por amenazas.
Todo no quedó ahí. El fiscal Moreno relató en forma cronológica cómo se llegó a las balaceras a los jueces, empezando por el crimen de Martín “Fantasma” Paz –cuñado del “Pájaro” Cantero– ocurrido el 8 de septiembre de 2012, ya que esa investigación no se esclareció, pero mutó en la famosa “Megacausa Los Monos”, donde fueron llevados a juicio 25 personas, 13 policías y 12 civiles, por la conformación de una asociación ilícita dedicada a cometer balaceras, extorsiones, usurpaciones y homicidios.
Cuando el fiscal mencionó que la hipótesis de ese crimen no esclarecido es que fueron Los Monos por una “traición” de Martín Paz a esa organización, “Guille” Cantero comenzó a levantar la mano para pedir la palabra –por videoconferencia– desde el penal federal de Marcos Paz. Esa situación desconcertó a Moreno, que al cabo de unos segundos continuó con su alocución y repaso de los 14 atentados.
De las 14 balaceras, cuatro fueron dirigidas a la jueza Marisol Usandizaga y dos al juez Ismael Manfrin, ambos del tribunal de primera instancia que condenó a Los Monos. Sin embargo, cuando se sortearon los camaristas que iban a revisar ese fallo también hubo tiros como forma de influenciar la decisión del tribunal de alzada, de acuerdo a la teoría del caso. Atacaron una casa en la que vivió la magistrada Gabriela Sansó y otra que habitó años atrás Carolina Hernández.
Otros dos atentados fueron contra la sede de Fiscalía y contra el Centro de Justicia Penal, edificio que fue baleado cuatro veces –la última vez fue el miércoles pasado–, aunque solo el primero de ellos (del 4 de agosto de 2018) es el enjuiciado.
La acusación también comprende el lanzamiento de una granada de gas lacrimógeno a la sede de la Agencia de Investigación Criminal (ex Policía de Investigaciones) ubicada en Lamadrid al 500 bis, en la zona sur de Rosario. Y a los domicilios de los policías Ariel Lotito y Luis Quevertoque, quienes investigaron a Los Monos y posteriormente declararon en el juicio contra la banda.
El decimocuarto ataque investigado no tiene relación con el Poder Judicial ni con policías: es una balacera contra la casa de un prefecto retirado cuyo hijo debía plata a la banda por consumo de droga.
Los fiscales pidieron una pena de 24 años de cárcel para Ariel Cantero, que ya acumula 62 años entre las sentencias provinciales y federales. También solicitaron 24 años para Lucía Estefanía Uberti y Matías César, quienes recibían órdenes de “Guille” y ejecutaban los planes para los atentados, según la causa.
Otro de los imputados es Daniel “Teletubi” Delgado, a quien le pidieron 13 años de prisión más la unificación con otra condena que pesa sobre él, el triple crimen de Villa Moreno. De recibir ese monto, tendría una pena de 34 años de cárcel.
Uno de los cabecillas acusados fue noticia nacional en su detención: Leandro “Chulo” Olivera, arrestado por la Policía Federal en un hotel del centro de Rosario implicado por estas balaceras y también en la investigación por el asesinato del casino City Center, de enero del año pasado. Para él, pidieron 13 años de prisión.
Los otros son Leonel Fernández (pedido de 12 años de prisión) por balear la sede de Fiscalía y Damián Chávez (9 años y 6 meses) por tirar la granada en Lamadrid al 500 bis.
Había otras cuatro personas acusadas en la investigación, pero aceptaron ir a juicios abreviados y ya están condenadas: Claudio “Churro” Canavo, a 17 años; Tobías Barrios, a 5 años y 6 meses; José Alberto Casillo, a 5 años y 6 meses; y Aldana Mazzeo, a 3.
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