El 27 de junio pasado, Alejandro Martín “El rengo” Cartelli se escapó junto a siete presos más de la cárcel santafesina de Piñero. Corrió todo lo que pudo, hasta que esta madrugada fue encontrado por agentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en una habitación de una pensión en la ciudad bonaerense de Ramallo. De los delincuentes que escaparon, solo resta atrapar a Claudio “Morocho” Mansilla, un narcotraficante con vínculos pesados en Rosario que cuenta con un pedido de captura internacional.
Por su parte, “El Rengo” Cartelli de 48 años cumplía una condena a 13 años de prisión con vencimiento en 2024. Días antes, los investigadores, junto a personal del DDI de Ramallo, realizaron procedimientos similares en el lugar, pero no habían podido localizar a Cartelli.
Esta madrugada, los policías tenían el dato de que Cartelli se escondía ahí. Esperaron dentro del lugar y cuando apareció, lo apresaron. De este modo, en los próximos días, los fiscales a cargo de la investigación, Franco Carbone y Rodrigo Santana, lo llevarán a una audiencia imputativa.
Cartelli era el convicto de edad más avanzada del grupo que se escapó. Estaba encerrado desde 2017. Fue condenado por robo a mano armada, secuestro y lesiones leves en la zona de Rosario. Dos penas de ocho y cuatro años respectivamente. Su conducta, en la ficha penitenciaria a la que accedió este medio, está marcada como “ejemplar”, algo que sin duda pesa en los tribunales a la hora de pedir un beneficio como salidas laborales o transitorias
De este modo, con Cartelli ya son siete los evadidos recapturados, por lo que el único prófugo del escape de la cárcel es Claudio “Morocho” Mansilla, de 38 años, sindicado narcotraficante, sobre quien pesa una captura internacional y, según los investigadores, habría sido el ideólogo de la fuga del domingo 27 de junio.
Los investigadores sospechan que Mansilla pudo haber cruzado a Paraguay por los vínculos que mantiene con personas de ese país a raíz de la venta de estupefacientes. Mansilla, según fuentes del caso, tiene un parentesco con Alejandro Isaías Núñez, alias “Chuky Monedita”, un joven capo narco de 25 años que está preso en una celda del pabellón 4 de Piñero, donde cumple una condena unificada a 15 años y 6 meses de prisión, ya que por un lado fue sentenciado por haber matado a un joven –identificado como Cristian Machuca– el 22 de enero de 2015 en el barrio Tablada. Por otra parte, “Chuky” firmó un juicio abreviado por portación ilegal de arma de guerra, robo calificado y amenazas.
También tendría vínculos en el hampa con René Ungaro, otro temible capo, el matador de “Pimpi” Caminos, quien manejara la barra de Newell’s, asesinado en 2010. Por lo pronto, las autoridades constataron que Mansilla fue soltado por el grupo comando: irónicamente, estaba en juicio por un doble crimen cometido en Rosario y mañana debía enfrentar una audiencia judicial. También está acusado de una violación a la ley de drogas. Tiene casi 19 años de ingresos y salidas del sistema penitenciario santafesino a sus espaldas: su primera entrada data de abril de 2002. En 2007 ya había escapado de una salida transitoria. En su actual fichaje, enfrentaba en juicio por el doble asesinato de Leonel Bubacar (18) y Kevin Neri (16), ocurrido en 2018. El fiscal había pedido 25 años de cárcel.
Además de Cartelli, los presos recapturados hasta el momento fueron identificados como Daniel David Piscione (31), quien hace dos días fue hallado en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (HECA) al cual había ingresado el martes de la semana pasada herido a balazos con una identidad falsa, Ezequiel Rodolfo Romero (20), Alejandro Antonio Schmittlein (40), Joel Rojas (25), Sergio Cañete (35) y Alejando Candia (35).
La espectacular fuga de los ocho internos de la Cárcel de Piñero, ubicada a 30 kilómetros de Rosario, ocurrió el último 27 de junio, cuando la unidad penitenciaria recibió un ataque desde el exterior.
En el ataque participaron tres hombres que estaban a bordo de un vehículo y contaban con subfusiles automáticos FMK3, pistolas calibre 9 milímetros y 11.25 milímetros, con las que se enfrentaron a tiros con el personal penitenciario mientras cortaban los dos tejidos del vallado. En el tiroteo murió uno de los tres atacantes que llegaron desde el exterior, mientras que un interno resultó herido.
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