Una escena insólita se vivió en las calles de Isidro Casanova, partido de La Matanza durante el martes por la tarde: los dueños de una panadería sufrieron el robo de una camioneta de trabajo. Los delincuentes se llevaron el vehículo justo cuando pasaba por delante un patrullero de la Policía Bonaerense, cuyos ocupantes no se enteraron de la situación y siguieron de largo.
El hecho ocurrió cerca del cruce de las calles Perebebuy y Mi Esperanza, en la panadería Hispano Argentina. El dueño del local, J.J.A., de 54 años, se encontraba dentro del local cuando de repente fue sorprendido por un grupo de al menos dos delincuentes. Justo cuando un proveedor descargaba mercadería, al menos dos delincuentes interceptaron a ambos e iniciaron el procedimiento del robo: atacaron a golpes al proveedor, que se encontraba trasladando artículos desde una camioneta Renault Kangoo hacia dentro del local, mientras que también se llevaron los 19.000 pesos que había en la caja registradora.
Luego de un forcejeo con uno de los empleados, los delincuentes lograron subirse a la camioneta Kangoo, que era propiedad de la misma panadería.
Justo en ese instante se produjo el hecho increíble. Después de subirse al vehículo para iniciar la huida, los ladrones abandonaron la vereda y se incorporaron al asfalto para encarar por la calle Perebebuy.
Sin embargo, en un instante los delincuentes dieron marcha atrás y volvieron a subir la culata de la camioneta a la vereda. ¿Para qué? Para dejar pasar a un patrullero de la Policía de la Zona que circulaba por el lugar.
El móvil de la Policía pasó sin que los dos efectivos ocupantes tomaran conocimiento del delito que se estaba cometiendo delante de sus ojos. Y pese a los gritos y agite de brazos de las víctimas del delito, los policías jamás se enteraron de lo que ocurría. Mientras tanto, los ladrones lograron fugarse con la camioneta robada.
El dueño de la panadería también perdió su teléfono celular y su billetera con dinero en efectivo, tarjetas y sus documentos.
Según informó el medio Primer Plano, el móvil policial que pasó por el lugar era el 21.549 del Comando de Patrullas Centro de La Matanza, que estaba ocupado por un teniente primero y por un oficial.
Según versiones policiales, los dos efectivos no llegaron a enterarse de lo sucedido, ya que las gesticulaciones de las víctimas ocurrieron una vez que el patrullero ya había pasado por el lugar. No pudieron divisar lo ocurrido a través de los espejos retrovisores.
La causa quedó en manos de la UFI Nº 1 de La Matanza, a cargo del fiscal Claudio Fornaro, que caratuló la causa como robo agravado.
En tanto, todavía no pudieron ser encontrados ni los delincuentes que cometieron el robo ni la camioneta de la panadería que se llevaron.
Los vecinos afirmaron que el punto donde se cometió el robo es zona liberada. Asimismo, en las últimas 24 horas surgió otra noticia de un terrible robo en el mismo partido bonaerense.
El último viernes, al menos cuatro delincuentes abordaron a un hombre y su hija de siete años cuando estaban por salir de su casa, también ubicada en Isidro Casanova, y le robaron el auto a punta de pistola.
El hecho ocurrió el viernes 13 en el frente de una vivienda ubicada sobre la calle Los Andes al 2500, entre Malabia y Colombia. Diego y su hija Martina salieron de casa y se subieron a su Volkswagen Gol Trend que estaba estacionado sobre la vereda. Según se observa en el video, parecía una noche tranquila y no se notaba nada extraño. Pero todo estaría por cambiar en cuestión de segundos.
El papá primero acomodó a su hija en la parte trasera y luego se subió él para arrancar el auto. De repente, un auto de color rojo se detuvo detrás del Trend de Diego para evitar que saliera. De su interior descendieron cuatro hombres armados. Uno se dirigió directamente a la puerta del conductor y lo bajó violentamente. Diego no opuso resistencia mientras dos de los ladrones le vaciaban los bolsillos. La víctima sólo se preocupó por poder sacar a su hija de la sillita, que finalmente lo logró después de haber recibido un culatazo en la cabeza.
El robo duró apenas unos minutos y finalizó con el hombre abrazado a su hija, intentando aislarla del horror que vivía.
SEGUIR LEYENDO: