La Policía Bonaerense detuvo a una pareja de jóvenes acusada de asesinar a golpes en la cabeza a su beba recién nacida en San Nicolás. Los investigadores encontraron el cuerpo de la menor en una planta de residuos de esa ciudad.
El hecho ocurrió el viernes pasado, cuando la Policía fue alertada acerca del hallazgo de un bebé fallecido en la planta de residuos de la empresa Entre S.A. Una vez en el lugar, un forense determinó que se trataba de una beba, nacida entre las 48 y 72 horas previas, y que presentaba una herida en la cabeza, que en principio habría provocado su muerte.
Tras el hallazgo, la causa quedó en manos de la fiscal María Belén Baños, titular de la UFI Nº 12 de San Nicolás, quien inició una investigación por homicidio. Poco después, se presentó en sede judicial una joven de 25 años quien aseguró ser la madre de la beba y se puso a disposición de la Justicia.
La fiscal Baños, luego de tomarle declaración, la aprehendió a la joven y allanó su domicilio, donde se secuestraron prendas de vestir con manchas de sangre. De este modo, la fiscal avanzó con la investigación y ordenó la detención del padre de la beba, de 22 años.
Así, la DDI de ese distrito comenzó tareas para dar con el hombre, que fue encontrado en las últimas horas mientras caminaba por el barrio Villa Esperanza de San Nicolás. Ambos quedaron detenidos imputados del delito de homicidio calificado por el vínculo.
Pocos días atrás ocurrió un hecho similar, cuando efectivos de la Comisaría 7A de la Policía de la Ciudad llegaron, tras un llamado al 911, a una casa del barrio porteño de Flores y se toparon con una trágica escena: M.V, un hombre de 38 había asesinado a su hijo de 18 meses y luego se quitó la vida con un disparo en la cabeza.
El dramático parricidio seguido de suicidio ocurrió en una casa de la calle Bonorino al 600, donde los efectivos encontraron la puerta cerrada y sin signos de violencia. La dueña del departamento fue quien les permitió el ingreso.
Dentro de la casa, la policía encontró los cadáveres dentro de una habitación, junto a un revólver calibre .32. En el descanso de la escalera, el hombre había dejado una nota, donde explicaba que había tomado esa determinación porque se encontraba bajo una “profunda depresión” tras la muerte de su padre.
La investigación del hecho quedó ahora a cargo de la jueza Alejandra Provítola, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 42 de Capital Federal, que dispuso la realización de una toma de testimonio gabinete psicológico a la madre, a quien tomará declaraciones en las próximas horas. También ordenó pericias criminalísticas. M.V, con domicilios también en Morón y Haedo, estaba registrado como empresario para operar comercialmente. Había sido parte de una empresa familiar dedicada al rubro inmobiliario a mediados de la década pasada: había también trabajado para una firma de calzados.
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