Ya pasaron 13 años y aún poco se sabe. En el triple crimen de General Rodríguez, en el que fueron asesinados Leopoldo Bina, Damián Ferrón y Sebastián Forza, los investigadores todavía buscan al autor intelectual del hecho tras la falta de méritos y liberación del principal acusado, Esteban Ibar Pérez Corradi.
Entre tanto, los familiares de las víctimas persisten con su reclamo de justicia hasta conocer “toda la verdad del caso”. Aseguran que “es difícil rebobinar cada fecha, ante cada aniversario o cada noticia empezamos de cero; lo vamos a llevar hasta que terminen nuestras vidas”.
Por su parte, Diego Ferrón, hermano de Damián, reconoció que después de tanto tiempo será “muy difícil saber quién fue el verdadero autor intelectual”.
Desde la investigación indicaron que se está tras la pista de otro comprador de efedrina que podría haber planificado el triple crimen ya que la jueza federal María Servini considera que no hay pruebas suficientes para atribuirle ese rol a Pérez Corradi, quien había sido acusado de la autoría intelectual porque Forza le debía dinero.
“Las deudas entre ambos estaban compensadas hace años. No tiene el perfil de haber sido el que planeó todo”, aclaró el abogado de la familia de Ferrón, Miguel Ángel Pierri, a Télam. Para el letrado, los hermanos Cristian y Martín Lanatta, y Víctor y Marcelo Schillaci, quienes fueron condenados a prisión perpetua como los autores materiales del hecho, son “solamente un eslabón en la cadena de responsabilidad”.
Sobre ello, Diego Ferrón agregó que “evidentemente faltan más partícipes necesarios” y que “todavía quedan cabos sueltos; todo eso no lo hicieron solamente cuatro personas”.
Mientras analizan múltiples cruces telefónicos entre los Lanatta y los Schillaci, el foco de la investigación se centró en Bina y sus vínculos con el mexicano Rodrigo Pozas Iturbe (condenado por otro caso de narcotráfico), quien supuestamente le proveía efedrina que luego era enviada por encomienda a México y a Guatemala en potes de polvo de helado y suplementos dietarios.
Además, se continúa intentando localizar al jefe de la ex comisaría 50ta porteña, José Fernando Gabela. Él le habría dicho a Diego Ferrón 72 horas después de los asesinatos que Pérez Corradi había sido quien planeó el triple crimen.
Ante ello, Ferrón explicó que “el policía nos mostró una foto de Pérez Corradi y que tenía todo preparado para arrestarlo, pero le dijeron que se corra de la causa. Hoy lo quieren encontrar para que vaya a declarar pero no lo pueden encontrar. Actualmente no se sabe su paradero”. Agregó que en la causa “reina el miedo”, ya que “se va muriendo gente, los testigos desaparecen, otros se mueren y nadie quiere hablar”.
Y sobre una posible resolución del caso, Ferrón reconoció que “es posible que no se revelen cosas muy firmes” pero que “quizás algo más se pueda avanzar en la investigación”. “Personalmente no creo que tengamos más detenidos por el triple crimen además de los Lanatta y los Schillaci. Es muy difícil probar ciertas cosas”, concluyó.
El triple crimen ocurrió el 7 de agosto de 2008, cuando Forza, Ferrón y Bina desaparecieron tras haber ido a una reunión en el hipermercado Walmart de Sarandí.
Los tres fueron asesinados a balazos y sus cuerpos guardados y preservados en frío hasta que los arrojaron en un zanjón del partido de General Rodríguez, donde fueron encontrados el 13 de agosto, con signos de haber estado maniatados.
Por este hecho fueron condenados en un juicio oral los Lanatta y los Schillaci como partícipes necesarios de privación ilegítima de la libertad y triple homicidio agravado con ensañamiento, y alevosía.
Entre los últimos días de diciembre de 2015 y los primeros de enero de 2016, tres de esos condenados protagonizaron una fuga de película de la cárcel bonaerense de General Alvear y tras un sangriento raid fueron recapturados en Santa Fe.
Por su parte, Pérez Corradi fue detenido en junio de 2016 en Foz de Iguazú y luego extraditado a la Argentina, donde quedó a disposición de la justicia local que lo requería en varias causas penales, no solo la del triple crimen. La semana pasada, Estados Unidos retiró el pedido de extradición que tramitaba para el empresario en una causa por tráfico de oxicodona previa a los asesinatos de Forza, Ferrón y Bina, por lo que el detenido recuperó la libertad.
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