La tarea estaba aceita. Un día antes a concretar el robo, interrumpían el servicio de cable o internet de la casa marcada. Luego, llamaban a la vivienda e informaban que había habido un corte general en la zona y que una cuadrilla de empresas como Cablevisión o Telecentro, dependiendo el caso, se encontraba por el lugar. De este modo, las víctimas sin saberlo dejaban ingresar a la banda de falsos operarios a sus domicilios. Una vez adentro, cuando estaban seguros de que el terreno era fértil para concretar la faena, lanzaban una señal en código entre ellos: “trae la caja de herramientas”. En ese momento, desenfundaban sus armas, maniataban a los propietarios y se hacían de todas sus pertenencias. El fiscal del caso, Alejandro Musso, titular de la fiscalía descentralizada de Vicente López, luego de una minuciosa investigación, logró detener a los cinco miembros de este grupo de ladrones a los que acusó de al menos 10 robos y les imputó el delito de asociación ilícita en concurso real con robo agravado.
La banda de falsos técnicos operó entre enero y mayo pasado y se habría hecho de un botín cercano al medio millón de dólares y 11 millones de pesos. Los robos acreditados se llevaron a cabo en Vicente López y en diferentes barrios de la ciudad de Buenos Aires.
Uno de los detenidos, según indicaron fuentes judiciales a Infobae, fue arrestado en un lujoso departamento en Puerto Madero. Se cree que además sería miembro de la barra de San Lorenzo de Almagro. Incluso, el sospechoso estaba construyendo una casa en country ubicado en Canning y según indicaron solía vacacionar en la ciudad norteamericana de Miami.
En los allanamientos concretados por el Departamento Lucha Contra el Crimen Organizado de la Policía de la Ciudad se secuestraron autos de alta gama, entre ellos una camioneta Mecedes Benz GLE400. También se encontraron armas de fuego, herramientas, vehículos, indumentaria de empresas de cable, equipos telefónicos y elementos para realizar las conexiones y empalmes.
De acuerdo a la información que surge del expediente, la primera vez que el grupo apareció en el radar de la Justicia fue el 21 de enero pasado, cuando una de las víctimas denunció un robo de estas caracterizas en su casa ubicada en el partido de Vicente López. En esa oportunidad, los falsos operarios disfrazados de técnicos de la empresa Cablevisión se llevaron un botín millonario: 100.000 dólares y 10.000.000 millones de pesos.
Así la causa cayó en la fiscalía a cargo del doctor Musso, quien comenzó la investigación rastreando el número telefónico por el cual se había hecho la supuesta llamada de la empresa de cable para solucionar la falla. Cuando detectaron el número, lo ubicaron tras en un trabajo minucioso llamado disección territorial, que incluye entrecruzamiento de antenas telefónicas y cámaras de seguridad del día del hecho.
“Se movilizaba con una camioneta marca Renault, modelo Kangoo robada, a la cual le cambiaban regularmente la chapa patente con la finalidad de evadir los detectores de patentes -tanto del municipio de Vicente López como de la Ciudad-. También le colocaban un imán con el logo de la empresa, el cual era retirado una vez que se iban del domicilio, para evitar ser localizados y no alertar a la Policía”, indicó uno de los investigadores a este medio.
Pero la tarea comenzaba el día anterior, cuando entre las 12 y las 15, dos miembros de la banda asistían al domicilio marcado. Una vez frente a la propiedad, vestidos con las ropas originales de Cablevisión o Telecentro, plantaban una escalera, cascos, guantes y todo el instrumental apropiado. Se subían hasta el poste de luz y allí generaban un corte preciso, dejando a la víctima sin cable ni internet. Según indicaron fuentes del caso, la maniobra no tardaba más de 5 minutos y luego de ello se retiraban.
Tras el corte, llegaba el llamado de telefónico de la supuesta empresa. “Hola, buenos días, te habla Luis de Cablevisión, cómo estás. Te llamaba por lo siguiente: quería saber si tenían servicio en el domicilio”. Luego, la víctima, sin saberlo, le respondía que efectivamente se había interrumpido. “Bueno, porque tengo una cuadrilla trabajando por la zona y quería saber si querrían que la mande en estos momentos al domicilio”. La víctima, rápidamente aceptaba. Después se presentaban en el lugar dos falsos técnicos y la feroz faena comenzaba.
“Entraban siempre solo dos de ellos, quienes se encargaban de revisar cada cuarto de la casa buscando un supuesto problema en la conexión, ello con el fin de ver quienes estaban en la casa y si tenía cámaras instaladas. En el caso de que haya cámaras de filmación, siempre se llevaban el DVR (dispositivo de almacenamiento de las filmaciones). Luego de corroborar ello, le decían a la víctima que el problema era del modem, y que debían llamar a su supervisor, y allí es cuando uno le decía al otro ‘decile que traiga la caja de herramientas. Eso ya era señal de que estaba todo controlado como para reducir a las víctimas. Una vez que entraba el supuesto supervisor con la caja de herramientas, sacaban del interior las armas de fuego y reducían a las víctimas, a quienes ataban con precintos y con sábanas del propio hogar”, relató un investigador a Infobae.
Y siguió:”Después, ingresaba el resto de la banda, quedándose afuera un sólo integrante, quien mediante Walkie Talkie indicaba el tiempo que quedaba para retirarse del domicilio. En los domicilios que robaban, se quedaban entre una hora y media y dos horas, tiempo en el cual revisaban cada habitación, llegando incluso a romper paredes y placares. En ese tiempo, buscaban dinero en efectivo -sobre todo dólares-, joyas, dispositivos electrónicos, los propios celulares de las víctimas, tomándose el tiempo de reiniciarlos a su configuración de fábrica para poder utilizarlos”.
Tras concretar el robo, se subían a la camioneta, retiraban el imán de la empresa y se sacaban las ropas utilizadas para el asalto. En el vehículo, para no ser captados por las cámaras de seguridad de los peajes, se subían los barbijos y bajaban los parasoles de la camioneta, así evitaban todo tipo de reconocimiento facial.
Luego, guardaban la camioneta en un garaje del barrio de Boedo y escapaban del lugar a bordo de sus autos. Hasta el momento, los investigadores lograron acreditar 10 de este tipo de robos. Así, el fiscal Musso ordenó el seguimiento de la Kangoo desde el garage en Boedo y la banda fue interceptada en los últimos días, cuando se cree que se dirigían a concretar otro hecho. Por estas horas, los miembros de la banda se encuentran encerrados en calabozo a la espera de que la causa calificada como asociación ilícita en concurso real con robos agravados y retirados, se eleve a juicio oral.
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