Una mujer fue detenida en Olivos, acusada de haber drogado y asaltado a un hombre en su departamento de la localidad bonaerense de Vicente López. Le robó dinero en efectivo y electrodomésticos. Infobae accedió a las cámaras de seguridad del edificio, que registraron el momento en que la presunta sospechosa se lleva las pertenencias de la víctima.
El hecho ocurrió el 31 de julio en el domicilio del hombre, cuando después de cenar solo por su cumpleaños regresó a su casa a pie. En ese momento se cruzó presuntamente con Carla Soledad Carballo Romero, de 39 años, en la calle. Según confirmaron fuentes judiciales a Infobae, ambos intercambiaron miradas y comenzaron a dialogar. El hombre la invitó a su domicilio y ella le respondió que antes tenía algo que hacer y después podía ir.
Y así fue. Intercambiaron teléfonos y Carballo Romero a las pocas horas descendió de un vehículo en la puerta de su casa. De acuerdo a los detectives del caso, ambos subieron al departamento del hombre y allí ella sacó de entre sus pertenencias una petaca de licor. Él le dijo que solo tomaba vino, entonces prefirió tomar agua. En ese momento, él se dirigió al baño y rápidamente volvió a la escena. Ella le propuso brindar. Brindaron.
Según indicaron las fuentes del caso, tras beber el agua, el hombre se desvaneció y mientras estaba dormido, la mujer le robó varios electrodomésticos, una TV 32 pulgadas, celulares, las llaves de la casa y 30 mil pesos en efectivo. Luego escapó del departamento y se llevó los objetos arrastrándolos con una manta, según se observa en las cámaras de seguridad a las que accedió Infobae.
Al día siguiente, la víctima radicó la denuncia en la comisaría 5.ª de Vicente López, donde intervino la UFI Descentralizada de esa localidad, a cargo del fiscal Martín Gómez. La investigación derivó en el allanamiento de un domicilio ubicado en Ramón Castro al 3300, en Olivos, donde se detuvo a Carballo Romero, quien fue identificada por la víctima y, además, tenía rasgos fisonómicos compatibles con los captados por las cámaras de vigilancia.
Además, en la vivienda allanada se secuestró la manta utilizada en el hecho, junto a varias pastillas de Clonazepam, de las cuales se sospecha que la ladrona utilizó para sedar a la víctima. Finalmente, la mujer quedó detenida y fue imputada por el fiscal Gómez por el delito de robo simple.
El martes 11 de mayo, Adrián Enrique Muñoz, de 74, distribuidor de quesos, jubilado, pensionado y tenista, fue encontrado muerto por su hija en su habitación en su departamento de la calle Ciudad de la Paz en Núñez con dos cuchillos en su espalda y una inusual serie de heridas en todo su cuerpo, golpes y lesiones compatibles con un filo serrado. La saña para asesinarlo fue particular.
Un video de cámara de seguridad lo había captado en la noche del día anterior, acompañado de dos mujeres jóvenes de baja estatura, sus caras tapadas por barbijos. Las asesinas le habían robado al parecer, con un faltante de cien mil pesos, un revólver cromado calibre 22, hasta sus raquetas de tenis. Un billete con restos de cocaína quedó en la escena, con el cuarto de la víctima revuelto, no así el resto de su domicilio. Luego, otra cámara las vio irse.
Ariana Belén Domínguez y Rocío Barreto Vera, de 20 y 21 años, las sospechosas del crimen, fueron arrestadas tras una investigación del fiscal José Campagnoli y el secretario Manuel Espinal, con jurisdicción en Núñez-Saavedra. La Policía Bonaerense las capturó en la villa San Petersburgo y en Isidro Casanova, también participó en la investigación la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja de la Procuración, que Campagnoli encabeza.
El rastro para encontrarlas parecía casi imposible, pero las coincidencias estaban allí, una tras otra. Solo había que seguirlas.
Ariana y Rocío, para empezar, cayeron por sus buzos y camperas, una prueba encontrada por la división Homicidios de la Policía de la Ciudad: las sospechosas cometieron el error de no cambiarse la ropa después de matar.
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