Este miércoles comenzaron a ser juzgados los nueves imputados en la causa por el doble asesinato del diputado Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón, ocurrido en la plaza del Congreso Nacional en mayo de 2020. Juan José Navarro Cádiz, uno de los principales acusados por el crimen, le pidió “perdón” a los familiares de las víctimas.
El Tribunal Oral en los Criminal (TOC) 9 dio inicio ayer por la mañana al debate oral con la lectura del requerimiento de elevación a juicio de la fiscal de instrucción Estela Andrades, mediante un sistema mixto, presencial y virtual.
En la audiencia estuvieron presentes los dos principales imputados: los primos Juan Jesús “Mohamed” Fernández (44) y Cádiz (27). Ambos integrantes de la comunidad gitana están acusados del delito de “doble homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía y por placer, y por el empleo de una arma de fuego, en concurso real con portación de arma de guerra”. Los mismos prevén la pena de prisión perpetua.
El crimen de Olivares y Yadón ocurrió el 9 de mayo de 2019, cuando el diputado radical por La Rioja y su asesor salieron a hacer su caminata matutina habitual por la plaza del Congreso Nacional. A las 6.50, al pasar por segunda vez delante de un Volkswagen Vento estacionado detrás de un micro, sobre Avenida de Mayo entre Luis Sáenz Peña y Virrey Cevallos, les efectuaron varios balazos. Yadón cayó muerto de tres disparos –uno en cuello, otro en axila y el tercero en la pelvis-, mientras que Olivares recibió un tiro en el abdomen que lo dejó herido de gravedad y falleció tres días después.
“El homicidio no fue más ni menos que una práctica de tiro sobre dos blancos móviles indefensos, derivada del placer por desahogar el instinto de matar sin otro motivo que el de probar el arma y su mira láser”, sostuvo la fiscal Andrades en el requerimiento que realizó el año pasado.
Además de Fernández y Cádiz -ambos con prisión preventiva- hay otros siete imputados en la causa. La mayoría de ellos familiares directos o allegados de los principales acusados del doble crimen, quienes llegaron en libertad al juicio están señalados por delitos menores como “tenencia o suministro de armas”.
La requisitoria fue leída a través de la secretaria del TOC 9 -el mismo que en 2015 condenó a prisión perpetua al portero Jorge Mangeri por el femicidio de Ángeles Rawson-, que está integrado por los jueces Ana Dieta de Herrero, Fernando Ramírez y Luis Salas, mientras que el fiscal de juicio es Ariel Yapur. La lectura demoró cerca de una hora, luego de ella la mayoría de los imputados se negaron a declarar en la jornada inicial. Ángel Moyano, abogado de Fernández, adelantó que su cliente lo hará a lo largo del debate.
Uno de los imputados se declaró inocente. Fue Felipe Quevedo, comerciante de antigüedades de la ciudad de Tandil, acusado de venderle a Cádiz la pistola del crimen sin los papeles reglamentarios.
Navarro Cádiz se negó a declarar, pero pidió la palabra para pedirle “perdón” a los familiares de las víctimas, revelaron fuentes judiciales a la Agencia Télam.
Según las pericias, el joven de 27 años que se encuentra privado de su liberad en el penal de Marcos Paz, fue el presunto autor material de los disparos homicidas. Era el dueño de la pistola Bersa Thunder calibre .40 con mira láser usada en el doble crimen. Se detectó residuos de disparos en una mano y en tres prendas de vestir. Además quedó grabado huyendo a pie de la escena del crimen, descartando balas y casquillos en un tacho de basura. Se fugó y fue detenido a 48 horas del hecho, en la ciudad uruguaya de Paysandú.
Por su parte, “Mohamed” Fernández es primo de Cádiz y dueño del Volkswagen Vento desde donde se efectuaron los disparos. En las imágenes de las cámaras de seguridad se lo vio bajando del vehículo para mirar a las víctimas y luego subirse nuevamente al auto para escapar. También quedó filmado en el garaje de la calle Bartolomé Mitre 1444, a tres cuadras del lugar del hecho, donde dejó abandonado el rodado minutos después del ataque. Fue detenido días más tarde en la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay. Lo acusan como coautor de “doble homicidio agravado por alevosía y por placer” y también está preso en Marcos Paz.
Además de los principales acusados y de Quevedo, la causa tiene otros seis imputados. Entre ellos, las hermanas María Rosa y María Argentina Cádiz Vargas, la madre y la tía de Cádiz, y Juan Jesús Fernández Cano, hijo de “Mohamed”. A los tres se los acusa por haber participado del retiro del arma del auto de Fernández, en el garage de Mitre al 1444, y trasladarla hasta la casa de Navarro Cádiz donde se la secuestró. No obstante, la madre de Cádiz quedó demorada unas horas en Uruguay porque acompañaba a su hijo en la fuga cuando lo detuvieron en Paysandú. Pero solo la imputan por “tenencia de arma de guerra” y se encuentra en libertad.
La esposa de Cádiz, Rocío Michel Montoya, está imputada por “tenencia ilegal de armas”, a raíz del secuestro en el allanamiento en su casa. Se encuentra en libertad.
Miguel Navarro Fernández, es el padre Navarro Cádiz y fue detenido en Concepción del Uruguay junto a su sobrino Fernández. Al inicio de la causa se investigó si también había estado dentro del auto al momento del hecho, pero luego esta hipótesis fue descartada. Está libre e imputado por “tenencia ilegal de armas”, secuestradas en el allanamiento de su casa.
El último de los involucrados es Luis Cano, un amigo de Fernández. La noche del hecho estuvo bebiendo con él en las horas previas pero se fue a su casa cuando apareció Navarro Cádiz. Estuvo unos días detenido pero luego fue liberado por falta de mérito. Quedó imputado solo por “tenencia ilegal de armas”, por un revólver incautado en otro de los operativos. Su defensa pidió una “probation”.
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