Ayer por la tarde, personal de la Policía Bonaerense llegó a la calle Congreso entre Moreno y Peschel, zona de Loma Hermosa, para encontrar un brutal crimen, alertados por vecinos que llamaron al 911: un hombre de 35 años yacía muerto dentro de una camioneta Renault Partner blanca con al menos una bala en su cuerpo.
Tras el retiro del cuerpo, la camioneta con vidrios polarizados fue inspeccionada por Policía Científica, con una causa iniciada por la UFI N°5 de la jurisdicción a cargo de la fiscal Gabriela Disnan. Se encontraron tres impactos de bala en su exterior. Según fuentes policiales, los peritos indicaron que los disparos fueron realizados de adentro hacia afuera y desde el asiento contiguo al de donde fue hallado asesinado el hombre.
Luego, se constató la identidad de la víctima: era un efectivo de la Policía Federal.
Infobae pudo constatar su nombre de fuentes con acceso al caso. Ricardo Ariel González, con domicilio registrado en el barrio Trujui de San Miguel, era un inspector de la delegación Mercedes de la PFA. Al momento del crimen se encontraba de licencia por sus vacaciones anuales.
También se encontró una pistola Bersa, supuestamente reglamentaria de la PFA, así como cuatro plomos deformados y cinco vainas servidas, de acuerdo a información policial a la que accedió este medio. Pero lo más aterrador de todo fue una nota manuscrita junto al cuerpo.
La nota decía, en tinta roja: “RENGO PACHECO 10 MILLONES POR MÍ, ACÁ TENÉS TUS 10 MILLONES, ATENTAMENTE, SAN MARTIN”
La mención es más escalofriante todavía. “El Rengo” es Javier Alejandro Pacheco, uno de los narcos históricos de San Martín, regente de la villa 9 de Julio en el municipio, allanado y detenido semanas atrás junto con todo su clan tras una investigación de la Policía Bonaerense, que ingresó a su mansión de Parque Leloir donde le encontraron un BMW dorado, dos vehículos UTV, pileta, jacuzzi y una mesa de póker. También fue detenido su hijo en el mismo expediente.
Los compañeros del policía muerto se horrorizaron ante la noticia. No podían sospechar, dicen quienes lo conocieron, que González se viese involucrado en una trama así. Empleado de la PFA desde 2014, tenía una serie de pequeñas deudas con agencias de microcrédito, cobraba un beneficio familiar del ANSES según su perfil comercial, signos que contradicen el perfil de un policía que recibe dinero sucio.
Hay, también, otro dato perturbador que se desprende del sumario policial. El propio padre de González, un suboficial mayor retirado de la Federal, se presentó en la escena para decir que su hijo frecuentaba a “un abogado”. Hoy, la fiscal Disnan busca a ese abogado, del que se desconoce su nombre.
Así, la camioneta, que no tenía pedido de secuestro, fue abierta. El cuerpo fue trasladado a una morgue para su posterior autopsia. Hasta ayer se desconocía cuántos disparos tenía el cuerpo de González. Tampoco pudo precisarse la escena exacta del crimen, si efectivamente el asesino condujo la Partner blanca hasta Tres de Febrero y la abandonó allí. La camioneta, según investigadores, estaba registrada en el municipio de San Miguel y pertenecería al policía muerto.
También se buscaban cámaras de seguridad que hayan captado el momento del ataque. Una vecina aseguró a la Policía Bonaerense que el martes por la noche escuchó tres disparos desde su casa, pero que no vio corridas o nada que le llamara la atención.
Fuentes del expediente confirman que la camioneta con el cuerpo estuvo estacionada “desde el martes a la noche” en la calle Congreso, de acuerdo al relato de otro vecino.
El asesinato de González, netamente mafioso a simple vista, con una dedicatoria a Pacheco aparentemente escrita por un enemigo, así como la mención a un vuelto de “diez millones”, complica todavía más un panorama turbulento en el hampa de San Martín. El arresto de “El Rengo” y su clan agitó la interna en el 9 de Julio, con tiroteos que comenzaron tras el arresto del capo, filmados por cámaras de seguridad.
El crimen del inspector, matar a un policía como mensaje, juega en otro nivel. Qué interna o conflicto puede esconder este asesinato, quién es el asesino, si está efectivamente conectado a Pacheco y qué hacía González en esta trama queda por verse.
Se sospecha, por lo pronto, de una rivalidad con otros traficantes en la zona, de una venganza enemiga tras un golpe encargado por Pacheco. Pero en cualquier libro del hampa, matar a un policía es demasiado. Otros en San Martín creen que podría ser un falso atentado, otra pista para despistar, con un nuevo sospechoso de siempre fácil de perseguir como Pacheco. El teléfono Motorola del policía fue encontrado en la escena. Insólitamente, su asesino no se lo llevó. También será peritado.
También, González tenía otra nota escrita, un dato que confirma una alta fuente del caso. Se la encontraron en el bolsillo de su campera. Decía: “BLAS ADRIÁN GÓMEZ M=1 - P 2 GORDO BLAS AVICHO”.
El nombre de Blas Gómez es ampliamente conocido. Tiene también su historia en San Martín, una de polvo y muerte a tiros.
Gómez fue buscado por la Federal en 2017 por el asesinato a tiros de Alan Dolz, el agente encubierto de la Superintendencia de Drogas Peligrosas que fue baleado en el interior de la Villa Loyola.
Días después se entregó frente a cámaras de televisión en los Tribunales de San Martín. Dijo no ser el asesino y aseguró que “si fuera culpable no me voy a venir a entregar porque se que es una cadena perpetua”. La casa del padre de Gómez fue allanada la noche anterior a que se entregara, pero no estaba allí.
¿Acaso la nota encontrada sobre Gómez se relaciona con Pacheco? ¿Es un código? Por lo pronto, Disnan espera que se abra el teléfono del policía asesinado. Tal vez, el aparato diga algo.
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