Para los investigadores de la fuga de ocho presos del penal santafesino de Piñero de fines de junio, el escape fue organizado por un ladrón de bancos. Según explican, quien ya fue recapturado orquestó la evasión con seis personas que brindaron apoyo externo, y contó con el “aval del líder” del pabellón, en referencia al todavía prófugo Claudio “Morocho” Mansilla.
Así lo describieron los fiscales del caso, Matías Edery y Franco Carbone. Aseguraron que, de acuerdo “a la prueba objetiva” reunida hasta el momento, no fue Mansilla el “cerebro” de la fuga -como se planteó originalmente-, sino Sergio Cañete, condenado a 19 años de prisión, que logró escapar del penal pero fue atrapado al día siguiente.
“No cabe duda que la fuga la organizó Cañete y gente vinculada con él, una persona con un vínculo sentimental que está siendo buscada”, dijo en rueda de prensa el fiscal Edery, tras una audiencia en la que fue imputado por la fuga el último recapturado, Alejandro Candia, y los que estaban con él.
Además el fiscal señaló que, por el material obtenido de dos teléfonos secuestrados en los vehículos empleados en la evasión, “Mansilla se pliega y da el aval como el jefe”, la persona más fuerte del pabellón 14 del Módulo D de la Unidad Penitenciaria 11 de Piñero.
En un audio a uno de sus cómplices externos, que los fiscales interpretan como el guiño de Mansilla, un narco condenado por un doble homicidio para el que pidieron captura internacional, Cañete expresó: “Yo cuento con el aval del uno”.
Según los fiscales, los audios guardados en los teléfonos secuestrados permitieron determinar que fue Cañete quien financió y diagramó la fuga de los ocho reclusos el 27 de junio pasado, cinco de los cuales ya fueron recapturados.
Por esa razón, ayer fueron imputados por favorecer la fuga Franco Ezequiel Cantero y Rodrigo Leonel Gramajo, que ya habían sido acusados el 30 de junio por encubrimiento al ser detenidos en un Honda Civil en cuyo baúl estaban los evadidos Cañete y Joel Rojas, el día posterior a la fuga.
Edery contó que en uno de los audios analizados Cantero le dice a Cañete “ya estamos adentro” y de fondo “se escuchan los tiros” con los que ingresaron al penal.
Para ambos fiscales, Cantero, Gramajo y Walter Ezequiel Soraire fueron quienes llegaron el domingo 27 de junio en un Peugeot 3008 hasta la cárcel de Piñero, y tras cortar con una amoladora un tejido perimetral ingresaron al penal a los tiros.
Fue Soraire quien murió durante el intercambio de disparos con el personal del Servicio Penitenciario, luego de pasar cinco garitas de seguridad y cortar tres tejidos con la amoladora.
De acuerdo a la investigación, los presos del pabellón 14 del Módulo D de la UP11 hicieron su parte cortando otro alambrado y “arrojando elementos contundentes” a los guardiacárceles, hasta llegar al exterior y allí los aguardaba el Peugeot 3008 al que se subieron once personas, pues en el auto había quedado un cuarto “apoyo externo” como chofer.
Más tarde lo abandonaron y siguieron en otros vehículos, entre ellos el Honda Civic en cuyo baúl fueron detenidos Cañete y Rojas, los dos primeros recapturados. Edery resaltó que la operación de ingreso al penal tuvo puntos de encuentro con “la planificación” que Cañete usó en robos a bancos, en los que “usaban muñecos, pelucas y personas que se hacían pasar por paralíticos”.
En la audiencia de ayer, también fue imputado por la evasión Alejandro Candia –recapturado el lunes-, y por encubrimiento Elisabeth Eliana Astrada y Ángel Ezequiel Ojeda, quienes estaban con él en una vivienda de Quintana al 2000 cuando fue arrestado.
El juez Nicolás Foppiani aceptó las imputaciones de los fiscales y dictó prisión preventiva para todos los acusados, con excepción de Elisabeth Astrada, que quedó en libertad, dijeron fuentes judiciales.
Mientras que siguen prófugos y con pedido de captura internacional, además de Mansilla, Daniel Piscione y Martín Cartelli.
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