“Son tres los datos que tenemos corroborados: que a la nena se la llevaron el 14 de junio, que fue a las 19.45 y que lo hizo una mujer. Es lo mismo que teníamos al principio”.
A un mes de la desaparición de Guadalupe Lucero Cialone, de 5 años, en San Luis, la frase que pronuncia uno de los principales investigadores es demoledora, sobre todo por la sinceridad del final. Es que en los últimos 20 días, la Justicia sólo sumo testimoniales y allanamientos negativos al expediente. En total fueron 300 las personas que desfilaron por el Juzgado Penal N°2 y más de 250 los lugares que se inspeccionaron en la provincia, entre operativos y casas y rastrillajes por extensiones, sin que surja ninguna información relevante. La principal línea investigativa sigue sobre la familia: la creencia histórica es que su desaparición se debe a un ajuste de cuentas que habría salido mal.
“Continuamos con los rastrillajes pero en menor medida. Son, por lo general, lugares donde se rastrilla cada vez que hay una desaparición, algo de rutina digamos. Mientras tanto la investigación sigue con el análisis de teléfonos de personas de la familia y analizando cada llamado que llega al 911”, cuenta a Infobae una fuente de la causa.
Los testimonios de los nenes que jugaban con Guadalupe aquella tarde en la puerta de la casa del barrio 544 Viviendas, son los que le permiten a la justicia hacer una especie reconstrucción del momento de la desaparición. La palabra más valiosa con la que cuentan es la de A. de 11 años que señaló que minutos antes vio a una mujer extraña merodeando la zona. Eso reforzó lo dicho por E, de 3, que desde un comienzo habló de “la mujer monstruo que se llevó a Guadi”.
Para completar el rompecabezas de ese momento, los investigadores determinaron que la desaparición fue a las 19:45 por una foto de la nena que encontraron en el teléfono de la tía donde se la ve merendando segundos antes de salir a la vereda.
Allí encuentran un freno los datos concretos. No hay más que eso. El resto son conjeturas y especulaciones en base a los testimonios que se recolectaron y los mensajes que se encontraron en los distintos teléfonos. Como al principio, todo apunta a la familia: “La nena tenía un círculo íntimo bastante complicado”, señala un policía que conoce la zona. La PSA encontró una filmación de la zona donde se ve a una mujer de negro caminando con lo que parecería ser una nena, minutos después de la desaparición, a siete cuadras de la casa, pero sus caras no se ven.
Si bien tanto el juez Ariel Parrillis como la fiscal Virginia Palacios llevan la investigación con mucho recelo, con el apoyo de la PROTEX, el ala de la investigación que investiga delitos de trata -aunque las hipótesis de trata de personas y secuestro extorsivo fueron descartadas hace semanas- varias fuentes aseguran que el foco no está puesto ya en los padres sino más bien en otros parientes un poco más lejanos.
“Encontramos que hay familiares con deudas y relacionados al narcomenudeo. Esa es una línea de trabajo aunque aún no tenemos ningún elemento que vincule esto directamente con la desaparición”, afirman. Mientras tanto, su búsqueda continúa activa en el programa Alerta Sofía del Ministerio de Seguridad de la Nación, con la línea 134 aún abierta para recibir información y una recompensa de dos millones de pesos todavía pendiente. Se enviaron escuadrones de Gendarmería, la PSA peritó cámaras, especialistas del MPF de Córdoba hicieron aportes forenses. Nada.
En los últimos días comenzó a rondar por la cabeza de quienes llevan adelante la causa una nueva hipótesis: “Quizás la nena estaba en el lugar incorrecto en el momento equivocado y no fue a ella a quien estaban buscando”, aventura alguien con acceso a la causa. La conjetura de un posible error de cálculos por parte de un grupo de secuestradores la sostienen en el hecho de que era infrecuente que Guadalupe visitara a su tía y, mucho menos, que estuviera jugando en la puerta de ese barrio, que no era el de ella.
Por ahora es solo una hipótesis, aseguran en la sede del juzgado. Sin embargo, empieza a tomar fuerza más que nada porque las otras líneas de investigación se van caen por la falta de pruebas.
Hubo callejones sin salida, pistas falsas que venían desde México, llamados de posibles estafadores. En los 30 días que lleva Guadalupe como desaparecida, se realizaron algunas detenciones. En distintos allanamientos en San Luis se aprehendieron casi una docena de persona pero todas por tenencia de droga. En ningún caso se pudo comprobar una vinculación con el secuestro y todos fueron liberados. Algo parecido sucedió en Misiones, donde la policía local detuvo a una banda que llamaba a los padres haciéndose pasar por supuestos secuestradores y exigían un rescate. Tampoco tenían que ver con el hecho.
Otro dato que fue descartado tuvo que ver con la pista del playero de una estación de servicio de Mendoza que aseguró en varios medios televisivos que, supuestamente, había estado frente a una nena igual a Guadalupe que le dijo “soy famosa”. Sin embargo, algunos días después se encontró a la nena que había visto el hombre y no era la víctima.
En los próximos días continuarán escuchando el testimonio de familiares aunque algunos ya hablaron ante la Justicia más de tres veces. Incluso seguirán declarando los padres de la nena, Eric Lucero y Yamila Cialone, que son convocados ante cada duda que les surge a los investigadores.
En cuanto a rastrillajes, ayer varios efectivos policiales rastrillaron las inmediaciones de Río Gómez, en la localidad de San Francisco del Monte de Oro, ubicada 100 kilómetros al norte de la capital.
La tarde de hoy martes puede ser un día muy especial para Eric y Yamila, los padres de Guadalupe. Quizás no por algún avance en la causa pero si por la marcha que se está preparando para las 17 y que contó con el apoyo de la monja Martha Pelloni. Se espera que una multitud se convoque en el barrio donde desapareció la nena y marche al juzgado para pedir por su aparición con vida.
A un mes exacto de que la nena de 5 años falta de su casa, la Justicia tiene pocas explicaciones, pocas pruebas, pocas pistas y muchos interrogantes.
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