El nombre de Matías Morla fue el primero en ser pintado en el Obelisco cuando los fans de Diego Armando Maradona salieron a marchar para pedir justicia por su muerte, en medio de una megacausa penal en trámite que hoy, en julio de 2021, a 8 meses de la muerte del astro, tiene siete imputados. El vínculo con Morla es evidente: entre ellos están Leopoldo Luque y Agustina Cosachov, neurocirujano y psiquiatra, así como Carlos Díaz, psicólogo, todos imputados por el delito de homicidio simple con dolo eventual del mayor ídolo de la historia argentina, todos ya indagados, a la espera de un nuevo avance de una causa de más de 20 cuerpos de expediente. Los tres llegaron a Maradona, precisamente, a través de Morla, su apoderado que mediante la empresa Sattvica SA controlaba en un 100 por ciento las marcas y la imagen de Maradona a nivel global.
También había una aparente paradoja: Morla también es abogado en la causa de Diego, constituido como particular damnificado en representación de cuatro hermanas del astro.
Dalma y Giannina Maradona, enfrentadas a Morla en varios fueros judiciales, también son parte de la causa por el homicidio simple. Sus abogados Federico Guntín y Marcelo Sverlik Warschavsky hicieron dos semanas atrás un pedido. para que Morla ya no fuera parte del expediente investigado en San Isidro. Ayer por la tarde, en un breve escrito de cuatro páginas, los fiscales Patricio Ferrari y Cosme Iribarren lo aceptaron.
“Consideramos acertado efectivamente desde ésta acusación pública expedirnos al respecto y, como adelantamos, el planteo ostenta viabilidad peticionando expresamente el apartamiento del letrado cuestionado”, afirmaron los investigadores en el escrito al que accedió Infobae.
“Así, hallándose la encuesta en un estado preliminar, y estando las responsabilidades de los involucrados en constante evaluación por parte de quienes suscriben, lo que bien podría derivar, como otrora se sostuvo, en futuras imputaciones sumadas a las ya realizadas, el apartamiento del letrado aparece como la solución más prudente, razonable y atinada al caso”, continuaron: ”En ese contexto, su intervención en el proceso como patrocinante de las particulares damnificadas, bien podría darle laposibilidad, en un futuro, de obstaculizar, impedir o imposibilitar la reconstrucción de los hechos.
La decisión, en todo caso, deberá ser avalada por el juez de garantías del caso, Orlando Díaz, una decisión que podrá ser apelada, ratificada o rechazada en diversas instancias.
La pregunta, que se hizo en varios sectores a lo largo de estos meses, se vuelve obvia. ¿Esta nueva decisión abre una puerta para el apoderado y jefe del entorno final de Maradona? ¿Morla puede ser imputado por la muerte criminal de Diego? La respuesta, hoy, desde los tribunales de San Isidro, es: casi no.
“Por default, ninguna posibilidad está cerrada. En sí, se avala el pedido de apartamiento de Morla por los chats con Luque, donde le dice ‘quedate tranquilo’, etcétera, es un conflicto de intereses, si buscás la verdad histórica no podés haber estado cerca de un acusado por ese delito, pero imputarlo por el homicidio simple es difícil”, asegura una fuente clave en el expediente: “En otros expedientes, vemos. Pero en el de la muerte de Diego, reitero, es difícil”.
Existe una cuestión de responsabilidad subjetiva que marcó a la investigación en San Isidro. Más allá de quién haya puesto a Luque, Cosachov y Díaz en su lugar, la responsabilidad del tratamiento recae en los médicos. Históricamente, se sostuvo dentro de la marcha del expediente que Morla no tenía, en principio, un deseo de causar la muerte de Diego o una negligencia prevista y tolerada. Ese pensamiento entre los fiscales se sostiene hasta hoy. No hay pruebas que lo indiquen, confirman fuentes del caso a Infobae. Los responsables finales del tratamiento, en todo caso, serían los médicos. Por otra parte, aportar a un médico, incluso uno malo, irresponsable, criminalmente ineficiente, no es un delito. Por ahora, en la narrativa de la muerte criminal de Diego, a pesar de los reproches, Morla se salva.
Sin embargo, el escrito firmado ayer en San Isidro deja al apoderado de Diego en una posición incómoda, en una causa todavía sin detenidos, con una calificación que le valió a Eugenio Veppo una condena nueve años de cárcel efectiva por atropellar y abandonar a una agente de tránsito. Mientras tanto, la pelea entre el abogado y las hijas mayores de Diego sigue en otros frentes, incluso hasta en Comodoro Py.
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