Esta semana, la división Operativa Oeste de la Policía Federal arrestó a tres sospechosos de cometer una serie de robos a mano armada de particular violencia. Lucas Urbano, Carlos Lazartes y Sol Ayerdi, todos ellos domiciliados en Ituzaingó, cayeron tras una serie de seguimientos y escuchas telefónicas requeridos y dirigidos por el fiscal Leandro Ventricelli.
Les encontraron una serie de plantas de marihuana con una cosecha de cogollos, armas, balanzas, una escopeta con siete cartuchos, chalecos antibalas y gorras de la Policía Bonaerense, así como un viejo ariete oxidado para romper puertas, una herramienta policial que, aparentemente, no estaba en desuso.
El primer ataque que se les imputa data del 16 de septiembre de 2020. Abordaron a un comerciante, dueño de una importante pollería, que salía de su casa en la calle Maza al 2000 en Moreno a bordo de su Ford Ranger blanca, según información policial. Lo persiguieron para interceptarlo y bajarlo de la camioneta. Allí, le robaron a punta de pistola un millón de pesos que llevaba. Cuatro hombres le exigieron a gritos que entregue el dinero, destinado al pago de empleados.
Evidentemente, estaba marcado. En el medio, intervino la Policía Bonaerense. Tras un enfrentamiento armado, escaparon.
Tres meses más tarde, le robaron a la mujer del comerciante, en un golpe delirante, un falso allanamiento. En el ataque participaron “dos vehículos de los cuales descendieron aproximadamente once hombres, algunos con uniformes símil a los policiales, quienes redujeron a la víctima, conduciéndola privada de su libertad con armas al interior de la propiedad, donde también maniataron a la empleada, al técnico que se encontraba realizando reparaciones y a sus tres hijas, exigiendo un millón de pesos”, según fuentes del caso. Al final, bajaron las pretensiones y le robaron 50 mil.
Había una menor también allí. “Dame la plata o le llevo a la nena”, gritaron.
Los seguimientos con cotejos de cámaras de seguridad llevaron a reconocer a Ayerdi, que contaba con antecedentes penales. Luego, entraron a sus redes sociales: Lazartes y Urbano fueron identificados por sus teléfonos, en una investigación original de la Bonaerense.
Los cotejos con el Centro de Monitoreo del Municipio de Moreno lograron establecer que dicha banda utilizaba diferentes domicilios entre Ituzaingó, San Antonio de Padua, Moreno y Trujui para ocultarse y planear sus robos.
Así, se ordenaron finalmente cinco allanamientos. Los tres sospechosos encontrados no fueron los únicos: Jonathan B., pareja de Ayerdi, sospechado de revender objetos presuntamente robados en Facebook, había sido allanado veinte días antes. Se le secuestraron una serie de teléfonos también: uno de ellos pertenecía a sus víctimas.
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