Tres hermanos y un primo muertos por inhalar monóxido de carbono en San Cristóbal: la denuncia que complica al consorcio

Ocurrió el sábado por la mañana en un edificio de la calle La Rioja. Las víctimas tienen entre 4 y 27 años. Los peritos del caso investigado por el fiscal Marcelo Solimine creen que el problema pudo originarse en un calefón

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Los bomberos de la Policía de la Ciudad en el edificio de la tragedia.
Los bomberos de la Policía de la Ciudad en el edificio de la tragedia.

La niñera tocó el timbre en el departamento del edificio ubicado en la calle La Rioja al 1100 el barrio de San Cristóbal cerca de las 9 de la mañana del sábado, pero nadie le contestó. Debía abrirle, como cada inicio de fin de semana, alguna de las hijas de la mujer dueña de casa que ese día salió a trabajar a las 5:30. Como no obtuvo respuesta, llamó justamente a la madre de los chicos, que cuando volvió se encontró con un fuerte olor a gas y la puerta del departamento cerrada por dentro.

Algunos minutos después, un grupo de Bomberos de la Policía de la Ciudad derribó la puerta para encontrarse con una tragedia: tres mujeres de 27, 16 y 4 años y un varón de 14 sobre sus camas asfixiados aparentemente por una fuga de monóxido de carbono. Sólo una chica, que vive con una discapacidad y también tiene parentesco con las víctimas, pudo sobrevivir: la encontraron inconsciente sobre su cama. Los familiares denunciaron, según confirmaron fuentes del caso a Infobae, que la semana pasada el consorcio contrató a un plomero para que hiciera una obra y revisara las instalaciones de gas.

La dueña de casa, una mujer peruana de 49 años, confirmó a los efectivos policiales que las víctimas eran sus tres hijas y un sobrino, que la noche anterior se quedó a dormir. La sobreviviente es su cuarta hija.

Además, la madre y tía de las víctimas relató, como pudo, que esa mañana se despertó a las 5 para ir a trabajar y antes de irse levantó a las dos mujeres más grandes para que alguna recibiera a la niñera. Ambas le dijeron que les dolía mucho la cabeza pero tomaron un analgésico y no le dieron mayor importancia.

Se cree que todos estaban durmiendo hasta que murieron asfixiados por el monóxido: las víctimas del gas no sienten olor ni lo perciben de inmediato.

Según la inspección realizada en el departamento de dos ambientes bajo las órdenes del fiscal Marcelo Solimine, los investigadores detectaron que no había estufas para calentar la casa pero sí un calefón ubicado en el baño. Se cree que la pérdida de monóxido de carbono que habría causado las muertes pudo originarse en ese artefacto, aunque todavía restan las pericias correspondientes.

Una familiar de las víctimas se acercó esta mañana a la puerta del edificio para denunciar al consorcio por haber contratado a un plomero para que chequeara los artefactos de gas: “Todo esto es culpa de los que hicieron mal su trabajo. Lo único que quiero es justicia para mi familia. Esa persona no estaba habilitada. Le pagaron mil pesos para que venga a hacer un trabajo. Era plomero y no estaba habilitado y revisaba el gas”, afirmó.

Desde el consorcio, aseguraron que los trabajos a los que hace mención la denunciante eran efectivamente en el departamento de la tragedia pero que eran tareas relacionadas con una cañería y no con respecto al gas.

El monóxido de carbono se origina cuando la cantidad de oxígeno es insuficiente para la correcta combustión de elementos. Según datos oficiales, en la Ciudad de Buenos Aires más del 80% de las intoxicaciones con el gas son generadas por las fallas de artefactos de gas en el hogar. Entre los que más fallan están los calefones ubicados en ambientes no aptos, mal ventilados o con las rejillas de ventilación tapadas.

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