A pesar de las restricciones vigentes por el COVID-19, se siguen organizando eventos clandestinos y este fin de semana no fue la excepción. Hoy a la madrugada la Policía de la Ciudad desarticuló una fiesta que tuvo lugar dentro un boliche de Flores y otra en un karaoke chino en el barrio de Belgrano.
En un trabajo articulado con la Agencia Gubernamental de Control (AGC) y el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ), los efectivos de la División Operaciones Especiales Requeridas por el Ministerio Público, de la Superintendencia de Investigaciones, recorrían la calle Vallese al 3100 cerca de la medianoche del sábado, cuando visualizaron un boliche con las puertas cerradas a la mitad, desde donde se escuchaba música fuerte y se veía movimiento de gente.
Rápidamente se solicitó la presencia de la AGC para ingresar y, momentos después, constataron que dentro del local había 102 personas consumiendo bebidas alcohólicas sin cumplir el distanciamiento social, ya que se trataba de un lugar cerrado.
Ante esta situación, la Fiscalía de Flagrancia, a cargo de la Dra. Sánchez, solicitó la detención del dueño del boliche, un ciudadano boliviano, y ordenó el secuestro de un proyector y equipos de sonido. Las personas presentes, en tanto, fueron notificadas por infracción a los artículos 205 y 239, mientras que el lugar fue clausurado por la AGC.
En tanto, el otro hecho se registró en horas de la madrugada, cuando los policías de la División Operaciones Especiales Requeridas por el Ministerio Público, con intervención de la Unidad Fiscal Delitos, Contravenciones y Faltas, a cargo del Dr. Ponce, realizaron un allanamiento en un domicilio ubicado Olazábal al 1600, en Belgrano, donde se realizaba un karaoke.
Cuando el personal ingresó al lugar, encontró a 26 personas, 18 hombres y 8 mujeres todos de nacionalidad china, quienes escuchaban música alta y consumían bebidas alcohólicas.
Además, uno de los presentes, de 30 años, fue demorado por la Ley de Drogas (23.737), ya que tenía en su poder cinco envoltorios con ketamina, dos pastillas de éxtasis y 47.320 pesos en efectivo.
Estos operativos se suman a otro realizado dos semanas atrás en el barrio porteño de Palermo donde la policía desbarató una multitudinaria fiesta clandestina de la que participaban varios DJs famosos.
Sucedió el 20 de junio en la terraza del Post Street Bar, ubicado en la calle Thames al 1800, donde unos 110 invitados estaban un espacio de apenas 90 m2 violando el distanciamiento social.
En ese contexto, la Dirección General de Fiscalización y Control procedió a la clausura inmediata y preventiva del local por los motivos mencionados y por no tener habilitación para funcionar como casa de fiestas privadas.
El fiscal a cargo dispuso labrar actuaciones al responsable del local por infracción al Artículo 205 del Código Penal, notificarlo de los derechos que le asisten y de su comparendo el día miércoles 23 de junio a los efectos procesales de rigor. Asimismo, dispuso la clausura judicial del local a los efectos del inmediato cese de la actividad y el desalojo pertinente.
Frente a este tipo de eventos que no cesan, el Gobierno Nacional y cada Gobierno Provincial y Municipal, activaron distintos mecanismos de control que van desde el patrullaje policial hasta invitar a los ciudadanos que denuncien a sus propios vecinos a través de las líneas telefónicas habilitadas para tal fin (147 en la Ciudad y 134 en Provincia).
El delito más grave con penas de prisión en estas causas por fiestas clandestinas se penaliza a través del artículo 205 del Código Penal de la Nación que estipula que “será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia”. Pese a esto, las decisiones del Poder Judicial con los eventos clandestinos quedan en multas, que en el caso de la Provincia pueden llegar hasta 3,3 millones de pesos.
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