Declaró la monja Kumiko, acusada de abusar de niños en el Próvolo: dijo que sus años en el instituto fueron “los mejores de su vida”

La religiosa japonesa enfrentó la primera audiencia del segundo juicio por los abusos en el instituto bajo prisión domiciliaria

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Kosaka al ser detenida por la Policía Federal.
Kosaka al ser detenida por la Policía Federal.

La monja japonesa Kumiko Kosaka (46) es una de las principales imputadas en el segundo de los juicios por abusos a niños y niñas sordas en el instituto Próvolo de Mendoza; episodios que –por lo menos- datan de entre 2005 y 2016. Por este caso ya hay dos curas condenados como autores de los ataques sexuales, Horacio Corbacho (que recibió 45 años de prisión) y Nicola Corradi, condenado a otros 42, además de otros dos ex empleados.

Luego de varias idas y vueltas técnicas que dilataron dos meses el inicio del juicio, esta mañana en los tribunales mendocinos comenzó formalmente el segundo de los juicios que tiene a Kosaka y a otras 8 imputadas por los abusos. Por medio de una declaración remota –el juicio se desarrolla de esta manera por la pandemia de coronavirus–, Kosaka, hoy en prisión domiciliaria, fue la primera en ser indagada por el tribunal integrado por los jueces Gabriela Urciuolo, Rafael Escot y Belén Salido del Cuarto Fuero Penal Colegiado.

Aunque no se conoció el contenido específico de su declaración (algo que solicitó su abogado y que dictaminó el tribunal), se supo que –una vez más– la monja insistió en su inocencia frente a las duras acusaciones que enfrenta, destacó que no entiende de dónde ni por qué surgen las denuncias en su contra y aseguró que durante los 8 años en que estuvo en el Próvolo mendocino (entre marzo de 2004 y marzo de 2012) no tuvo problemas ni conflictos de ningún tipo ni con nadie. Incluso, habría sostenido que esos años estuvieron “entre los mejores años de su vida”, según confirmaron fuentes con acceso al expediente a Infobae.

La declaración de Kosaka se extendió durante poco más de 30 minutos y no contó con preguntas de las partes, ya que la propia religiosa aclaró antes de comenzar que no aceptaría responderlas.

Kosaka años atrás, junto a alumnos del instituto (El Sol)
Kosaka años atrás, junto a alumnos del instituto (El Sol)

Pasadas las 8:45, Kosaka inició su relato en el que –una vez más, y al igual que lo hizo en las dos oportunidades en que declaró durante la investigación del caso– hizo hincapié en su inocencia, en su función dentro del albergue de mujeres y hasta en la buena relación que tenía con las alumnas que dormían en el instituto religioso.

Consultada sobre el contenido ampliado de la declaración de la monja, una de sus abogadas defensoras, Valeria Corbacho, sintetizó que no podía brindar información ya que se trata de un “testimonio reservado”. En ese sentido, cumpliendo lo solicitado por el abogado de Kosaka y lo que dictaminó el tribunal, los abogados de las víctimas (el segundo juicio cuenta con 36 ex alumnos que denunciaron los abusos en el Próvolo) tampoco hicieron referencia al contenido de la declaración.

Antes del juicio, la religiosa fue indagada durante la instrucción de la causa. Entre otras cosas, en sus declaraciones de hace cinco años, destacó que las denuncias le parecían “aberrantes e increíbles”, que no comprendía el porqué de tantas “calumnias y humillaciones”, que las pocas veces que tuvo algún inconveniente con los alumnos “siempre se acudió al diálogo” para resolverlo y que no es “para nada violenta”. En ese sentido, aclaró que las diferencias que había las resolvían con diálogo y hasta chistes.

Luego de la declaración, el tribunal decidió pasar a un cuarto intermedio para resolver temas relacionados con la prisión preventiva de la religiosa. Durante las audiencias previas, los jueces confirmaron que la monja seguiría arrestada en su casa hasta que el juicio llegue a su fin.

Cuando se reanude el debate, continuarán declarando las otras imputadas. Todos lo harán, a excepción de la ex directora, Laura Gaetán, quien optó de antemano por no declarar.

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