Este sábado se cumplen 12 días de la desaparición de Guadalupe Lucero y los operativos para dar con su paradero continúan sin éxito. Ayer se realizaron allanamientos simultáneos en distintas locaciones, entre las que se destacaron las casas de la madre y el padre de la nena de 5 años. La hipótesis se centra en el entorno de la menor.
Guadalupe fue vista por última vez el 14 de junio en la casa de su tía, en el barrio 544 Viviendas de San Luis, en medio de un festejo de cumpleaños familiar. Si bien la Justicia sostiene que “no fue un hecho al boleo”, no cuentan con pistas firmes y la investigación se centró en la familia de la niña. Las hipótesis sobre trata de personas o secuestro extorsivo perdieron fuerzas en las últimas jornadas.
Ayer continuaron los rastrillajes y operativos policiales en zonas de diques y ríos, al igual que en viviendas, campos y baldíos de la zona.
Uno de los allanamientos se realizó en el domicilio del padre, Eric Lucero, ubicado en el barrio 208. En el lugar estuvo su abogado defensor, Héctor Zabala, quien en diálogo con A24 se mostró sorprendido por la medida y afirmó desconocer “el fundamento” de la misma.
“Nos sorprende porque aquí ya se allanó dos veces, no le vemos mucho sentido porque son viviendas muy pequeñas”, expresó y agregó que “no hay demasiado que pueda haber quedado sin registrar” en el domicilio.
Por su parte, el padre de la nena dijo que “secuestraron dos celulares: uno es de mi hermana y otro es de mi papá”. “Es un protocolo que hay que respetar porque estamos a 11 días de la desaparición de Guadalupe y hay que hacer los allanamientos necesarios”, declaró ante la prensa.
En paralelo, las fuerzas de seguridad realizaron otro allanamiento en la casa de Yamila Cialone, la mamá de Guadalupe, en el barrio 544 Viviendas, y en otra casa de la misma cuadra.
El inspector Lucas Chacón, de la policía de San Luis, informó que en la zona sur cercana a la casa donde desapareció Guadalupe se llevó a cabo un intenso rastrillaje por cuarta vez, en los mismos lugares donde ya estuvieron efectivos y canes adiestrados. 300 efectivos de la fuerza de seguridad provincial buscaron en las zonas del dique La Florida y Riocito, 45 kilómetros al este de la capital puntana sin obtener rastros o pistas certeras sobre el paradero de la niña.
Luego, otros doscientos uniformados exploraron la reserva floro faunística La Florida, ubicada en la proximidad de estos espejos de agua y los resultados también fueron negativos.
Según pudo saber Infobae, la Justicia mantiene la mirada sobre el entorno de la menor, aunque no hay una pista firme. Hay una certeza: “No fue un hecho al boleo”, sostiene a este medio alguien cercano al expediente. Y, por otra lado, hay dos líneas de investigación que perdieron fuerza en las últimas horas: fuentes del caso descartaron a este medio que se investigue una hipótesis de trata de personas o un secuestro extorsivo.
Tampoco se sospecha de un esquema narco de criminalidad compleja, una de las teorías que surgió en el inicio de las pesquisas. Igualmente, se investiga cualquier posibilidad y la PROTEX, el ala de la Procuración dedicada a delitos de trata que interviene en desapariciones de personas, como en el caso de M., la menor secuestrada en la Villa Cildañez, examina los celulares e impactos de antenas.
Por otra parte, se determinó que las llamadas recibidas por Yamila Cialone, la mamá de Guadalupe, provenían de la provincia de Río Negro, pero se descartó que la niña estuviera allí. Así lo reveló el abogado de la mujer, Santiago Olivera Aguirre, que agregó que se realizaron procedimientos donde secuestraron los celulares e identificaron a las personas, pero aún no hay detenidos.
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