E.C., de 15 años, apodado “Torrejita” por sus amigos, llevaba a la muerte en la piel. Meses atrás se había tatuado una mano esquelética sobre su mano derecha, atado a un rosario que subía sobre su antebrazo. Murió de un tiro certero disparado por su propia víctima, luego de que entró a robar en la noche del martes a una casa en la calle 49 en La Plata donde estaba el peluquero Marcelo Maza junto a dos de sus hijos. Visitaba a Germán Padrón, su amigo, el dueño de la casa. E.C. logró entrar tras patear una puerta. El dueño y Maza veían todo desde un monitor.
Las mismas cámaras de Padrón mostraron cómo E.C. tomó al hijo más chico de Maza, que jugaba con un arma de juguete en la vereda: lo arrebató a punta de pistola e intentó usarlo de escudo humano. El menor, aterrado, forcejeó para soltarse. Así, E.C. pateó la puerta de la casa, entró.
“Cuando veo la cámara de seguridad, veo al tipo encapuchado, que agarra al nene. Entonces, lo primero que atino a hacer es agarrar la alarma vecinal y la prendo. Ahí veo que el tipo ya está pateando la puerta”, relató Padrón. “Nos miramos con Marcelo, que no entendía nada. Y dijimos ‘Este está loco’. El pibe apenas abre la puerta entra y dispara”, continuó.
Maza, que portaba una pequeña pistola, una Beretta 6,35 mm, le disparó. Huyó herido y cayó pocas cuadras después. Su propia madre reconoció su cuerpo al llegar a la vereda. Luego, E.C., oriundo de la zona de Los Hornos, siguió el camino de muchos delincuentes adolescentes en la provincia de Buenos Aires: sus propios amigos lo velaron en Facebook con homenajes. Se habían reunido poco antes del robo. Según ellos, E.C. se levantó y se fue para robar y morir.
“Te dije que te quedaras conmigo, estábamos esperando la comida, hermano Por qué te fuiste, la concha de la gorra, que en paz descanses”, aseguró uno de los últimos en verlo.
“El sábado de caravana en la puerta de casa comimos un pan casero, jajaja, todo duro, ¿te acordás, manito? Estuvimos hablando que querías empezarte tu pieza ahí con tu abuela y tu mamá. Querías juntar plata para tus hermanitos y nos dimos un abrazo”, continuó otro.
“Ayer me diste un abrazo llorando por lo de tu noviecita, me dijiste mirando a la tele ‘se me fue el amor de mi vida, amigo’ llorando y todos los chicos ahí aconsejándote para que no hagas cagadas, querías salir a toda furia y ahora te estuve esperando amigo con las pizzas para comer”, concluyó. Otro de ellos lo recordó como “un cago de risa”.
Ninguno de sus amigos en sus muros hizo referencia al chico usado de escudo humano o al robo en sí.
En entrevistas de esta mañana, Padrón contó que Maza disparó luego de que el adolescente tirara primero. ”Fue legítima defensa y él está libre. Marcelo tenía el arma y el ladrón le dispara y ahí le dispara él”, aseguró. “Fueron 12 segundos de terror”, concluyó.
El caso está en manos de la UFI N° 7 con la fiscal Virginia Bravo.
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