Darío Rubén Dening está detenido desde el agosto de 2020 como el principal sospechoso en el expediente que busca saber qué pasó con su mejor amigo, el abogado desaparecido desde hace un año, Salvador Altamura. Mientras se continúa en la búsqueda de su cuerpo, Dening se negó a declarar hoy ante la Justicia, durante una audiencia en la que la fiscal del caso le agravó la imputación y le notificó los nuevos cargos en su contra.
La fiscal Ximena Santoro, titular de la UFI Nº 7, decidió ampliar la acusación del hombre de robo calificado y privación ilegal de la libertad, a robo calificado y homicidio criminis causa, pese a que por el momento no fue hallado el cuerpo del abogado. Según las fuentes, esto implica que se le imputa haber matado a la víctima para ocultar o lograr la impunidad de otro delito, en este caso el robo.
Para la fiscalía, este agravamiento de la imputación se fundó en nuevos elementos que surgieron luego de una reconstrucción del hecho que abona la hipótesis de que la desaparición de Altamura fue un homicidio que se dio en un contexto de un robo.
La investigación, que comenzó a cargo del fiscal Ariel Rivas de la UFI Nº 1 y que luego pasó a manos de Santoro, tiene como único imputado a Dening, quien fue detenido el 26 de agosto del año pasado en la provincia de Entre Ríos, cuando fue encontrado con una gran suma de dinero en dólares y más de 780 mil pesos entre sus piernas, mientras intentaba ingresar a esa provincia en bicicleta, tras cruzar el puente de Zárate-Brazo Largo y llegar a la Isla de Ibicuy. Allí intentó coimear a los agentes para que lo dejaran seguir, pero lo arrestaron.
Dening, empresario en los papeles, que integró en 2016 una firma dedicada al negocio de los plásticos, en pocos meses pasó de testigo a acusado. En un principio se había presentado a declarar como el mejor amigo del abogado, pero su relato fue puesto en duda. Luego, tras los allanamientos donde se evidenció su nuevo estilo de vida con gastos abultados, quedó apuntado como el principal sospechoso
Altamura fue visto por última vez la tarde del 13 de julio de 2020, cuando pasó por la puerta de su departamento del centro de la localidad de Quilmes manejando una moto Honda y fue captado por las cámaras de seguridad.
Pero detrás de la detención de Dening, la historia que enlaza a estos dos amigos es compleja. Según informaron fuentes del caso a Infobae, Dening y Altamura tienen una relación de amistad desde hace muchos años. “Eran amigos del barrio”, asegura un investigador.
Dening se dedicaba a la reparación de motos de competición y además corría en forma amateur, como Altamura. Debido a esto, Dening había armado un taller mecánico al lado de su casa exclusivamente para reparar motocicletas, era su pasión.
Pero el negocio venía mal y Dening necesitaba dinero. “Ya no le voy a prestar más plata, le voy a llevar comida”, solía decir Altamura sobre la difícil situación que atravesaba su amigo. Pocos meses atrás, el abogado le había prestado 5 mil dólares para ayudarlo.
Sin embargo, su relación no siempre fue la mejor. Según detallaron, el primer conflicto que tuvieron fue hace varios años, cuando Dening le presentó a su novia de ese momento. Al poco tiempo, la mujer lo dejó y comenzó una relación sentimental con Altamura. En 2009, Dening necesitaba una gran suma de dinero porque había quebrado. Mientras, Altamura crecía como prestamista. Las fuentes lo describen como una persona con gran habilidad para los negocios.
Entonces Altamura lo conectó con su tío, quien le prestó 50 mil dólares, pero Dening nunca se los devolvió y el hombre le inició una demanda. Dening tuvo que entregar su casa y un galpón que usaba como taller para pagar el juicio que perdió.
Su relación estaba atravesada por deudas y traiciones. Pero continuaban siendo amigos. Para la familia de Altamura, su vínculo con Dening es “inexplicable”.
El 13 julio pasado cerca de las 17, Altamura se cree que ingresó al taller mecánico de Dening con su Honda CRF 250. Durante varias horas ninguno de los dos pudo ser ubicado. Hasta las 23, cuando Dening volvió a utilizar el celular. Luego, a las 4 de la mañana un hombre a bordo de la moto de Altamura entró con el casco al edificio del abogado. Ese hombre, según describieron las fuentes del caso, era de distinta contextura física a la de Altamura, ya que el desaparecido mide 1,90 metros y el que llegó en su moto era más bajo y más robusto, similar al físico de Dening.
A las 7 de la mañana se fue del edificio, siempre con el casco puesto, según quedó registrado por las cámaras de seguridad. Luego, en el expediente consta una denuncia de una vecina de Villa Itatí que relató que habían abandonado una moto como la de Altamura con las llaves puesta en un pasillo del barrio. Pero cuando los efectivos fueron a buscarla ya no estaba. Ese era el objetivo, que la roben. La moto aún no fue encontrada. Más tarde, a los pocos metros, encontraron el casco de la moto tirado junto a un arma de propiedad de Altamura. El domicilio de Dening se encuentra a 15 cuadras del lugar de los hallazgos.
Mientras tanto, falta la pieza clave del caso: el propio Altamura o saber qué pasó con él.
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