El policía federal de la División Drogas Peligrosas Sergio Aquino, que la noche del jueves 3 de junio disparó desde su auto a un limpiavidrios en plena avenida porteña 9 de Julio, seguirá detenido. El Juzgado Nacional en lo Criminal 26 dispuso su prisión preventiva y no sólo eso: le trabó un embargo por medio millón de pesos.
Simultáneamente, el juez a cargo de la causa, Damián Kirszenbaum, se declaró incompetente para continuar con la investigación y aceptó el cambio de jurisdicción propuesto por la defensa de policía federal, por lo que la causa fue remitida a la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para que defina por sorteo el juzgado que tendrá la tarea de continuar con la causa.
Una semana atrás el propio Kirszenbaum había desestimado el pedido de excarcelación que había hecho el abogado del agente, Jorge Alfonso. Fue tras la declaración indagatoria al policía, en la misma audiencia en la que el magistrado cambió la carátula, que dejó de ser tentativa de homicidio para convertirse en lesiones leves y abandono de persona. Es que Aquino disparó al muslo izquierdo desde su Volkswagen Gol con su arma reglamentaria pero la bala rozó en la pierna de la víctima y rebotó en el asfalto de la avenida porteña.
Ante la consulta de Infobae, Alfonso se mostró satisfecho por el cambio de carátula y de competencia pero cuestionó la decisión del juez de confirmar la prisión preventiva contra Aquino. “Es un bochorno que el juez esté reteniendo al policía porque dice que hay elementos que él puede entorpecer la investigación, por eso apelamos y deberá resolver la Cámara”, consideró el defensor del agente.
El miércoles las partes tendrán una audiencia con la Cámara de Apelaciones para sostener este pedido de excarcelación. El juez Kirszembaum tomó la decisión de no otorgarle la libertad al policía Aquino luego de que considerara que el agente podría interferir en la instrucción de los hechos o fugarse.
Se basó en que durante los primeros días de su detención, el agente recibió la visita de varios jerarcas de la Policía Federal Argentina, aunque desde el Ministerio de Seguridad nacional cuestionaron el accionar de Aquino y le quitaron la representación jurídica. Y, sobre todo, que su actitud de fugarse inmediatamente después de dispararle al limpiavidrios implica que, una vez liberado, podría ser capaz de lo mismo.
La defensa de Aquino remarca estratégicamente que no se fugó sino que abandonó el lugar para resguardarse. Aquino iba en el auto hacia un hospital con su esposa -también policía federal- y su bebé de diez días, que, de acuerdo a lo que declaró el agente detenido, había levantado fiebre y tenía convulsiones.
Según Alfonso, en su indagatoria, el agente dijo que el limpiavidrios le pidió dinero y lo amenazó a él y su familia: “Dame la plata o los mato”, le dijo en la versión del acusado. Por eso Aquino sostuvo ante la Justicia que primero le tiró un golpe de puño y luego hizo un “disparo imaginario hacia abajo para amedrentarlo”, pero se le “escapó” el tiro verdadero.
El hecho ocurrió a las 23 del jueves 3 de junio en el cruce de la 9 de Julio y Venezuela, pleno centro porteño. Los hechos quedaron registrados por una cámara de seguridad del Centro de Monitoreo Urbano porteño, que dio el alerta a la Policía de la Ciudad. Fue así que cuando Aquino disparó y escapó, todo fue detectado en el mismo momento y un móvil de la fuerza de seguridad porteña lo detuvo unas cuadras más adelante, en la calle Tucumán y 9 de Julio.
Aquino, que estaba de licencia anual en la PFA, fue separado preventivamente de la fuerza y se le inició un sumario interno. Con el procesamiento dictado este lunes, seguramente el policía será castigado con el pase a disponibilidad, tal como fijan los protocolos de violencia institucional del Ministerio de Seguridad nacional.
En tanto, la víctima del disparo, un hombre de 40 años, fue asistido por el gabinete de psicólogos de la Policía Federal. Después del incidente, el hombre, que es oriundo del barrio porteño de Mataderos pero durante la semana vive en situación de calle en la zona del centro porteño donde ocurrieron los hechos, recibió de parte de la PFA zapatillas, abrigo y muletas.
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