Ángel “Pato” Cabrera fue extraditado esta mañana desde Brasil a Argentina.
El golfista multicampeón, que pasó los últimos meses preso en una cárcel de Río de Janeiro y acusado de múltiples causas de violencia de género contra sus ex mujeres, llegó esta mañana a Iguazú, provincia de Misiones, en un operativo comandado por el ala de Interpol Argentina a cargo de la Policía Federal. Cabrera se quedará esta noche en una celda de la delegación de PFA en la ciudad misionera, confirmaron fuentes del operativo.
Cuando las condiciones climáticas mejoren, será en una celda en la cárcel cordobesa de Bouwer donde aguardará el desarrollo de los juicios orales pendientes y del avance de las nuevas denuncias que tiene en su contra por amenazas, maltratos y hostigamientos a sus antiguas parejas. Debido al cierre de fronteras aún vigente por la emergencia sanitaria entre los dos países, el ex campeón del Masters de Augusta deberá tomar dos vuelos antes de aterrizar en su provincia natal.
Según informaron fuentes judiciales a Infobae, luego de varios meses de exhortos entre los juzgados y fiscalías de los dos países, el 10 de mayo la jueza brasileña Débora del Valle Brito había aceptado el pedido de extradición que allanaba el camino para que Cabrera sea enviado a su país. El único escollo pendiente era el cierre de fronteras que aún existe entre Argentina y Brasil, aunque eso logró destrabarse mediante un pedido especial.
Cabrera, que permaneció prófugo de la Justicia argentina durante varios meses escondido en Estados Unidos, llegó a Brasil clandestinamente en un vuelo de línea el 31 de diciembre pasado. A pesar de que pesaba sobre su cabeza una alerta roja de Interpol, logró pasar todos los controles e ingresar a tierra brasileña. Permaneció escondido durante 14 días en Leblon, un distinguido barrio del sur de Río de Janeiro, hasta que finalmente fue detenido y enviado a la cárcel federal Plácido de Sá Carvalho.
En una celda, el deportista esperará el inicio de dos juicios orales que están por comenzar. De hecho, lo que motivó que la Justicia de Córdoba pidiera su captura internacional fue que el golfista no acudió a las audiencias previstas para mediados del año pasado cuando se confirmaría la fecha del debate oral.
Además deberá responder por la violencia cometida contra sus ex parejas. La primera en denunciarlo fue S.R., ex esposa y madre de sus dos hijos, que radicó una denuncia en la fiscalía de Violencia Familiar de Córdoba por amenazas. En el mismo sentido, M.E., con quien estuvo en pareja dos años, hizo otra presentación por amenazas y coacción.
La otra mujer que también lo demandó fue la agente policial C.T.M., que estuvo en pareja con Cabrera durante tres años. En sus declaraciones testimoniales de 2016 relató que su entonces novio la atacó a golpes de puño e, incluso, intentó atropellarla con una camioneta. Luego, el deportista de élite sumó cuatro causas más porque supuestamente siguió amenazándola, a pesar de que el juez había impuesto una prohibición de contacto.
La última de las demandas fue a principios de mayo, también por C.T.M., a raíz de un video que la mujer logró recuperar de su teléfono en el que se ve a Cabrera acostado en medio de una videollamada y le dice a su ex: “Yo voy a salir, pero vos del cementerio no”.
Luego de haber pasado el encierro en Río de Janeiro, en absoluta soledad y comunicándose con el exterior solo a través de un teléfono público, ya en su provincia natal podrá recibir las visitas de sus allegados. Se estima que las personas que irán a verlo serán su hijo, su abogado Carlos Hairabedian y su manager Manuel Tagle.
El nuevo hogar de Cabrera, la cárcel de Bouwer, es un complejo penitenciario dividido en cuatro módulos compuestos por pabellones y celdas individuales que alberga a detenidos procesados (el caso de Cabrera) y condenados. En el Servicio Penitenciario de Córdoba confirman que a medida que la situación del COVID-19 mejore se retomarán distintos talleres en los que el golfista podrá anotarse: estarán disponibles el de herrería, tornería, tapicería y hasta puede aprender a hacer una huerta.
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