M., una adolescente de 15 años de la localidad cordobesa de La Carlota, ubicada a 250 kilómetros de la capital provincial, no aguantó más y pidió ayuda. Después de pasar los últimos dos años de su vida sometida a constantes abusos sexuales por parte su padre biológico, acudió a un policía local, amigo de la familia. Sin embargo, el horror que arrastraba desde 2019 estaba lejos de terminar: el efectivo, de 39 años, se aprovechó de la confianza de la menor y luego de escuchar lo que le había contado acerca del papá, también la violó.
Hoy, tanto el padre como el uniformado están detenidos.
Según pudo reconstruir Infobae de fuentes con acceso al expediente, los abusos comenzaron cuando tenía 13 años. De un día para el otro, su padre tomó contacto con ella con la intención de retomar el vínculo después de no haberla reconocido como su hija durante toda la vida. Era una suerte de nuevo comienzo. Sin embargo, al poco tiempo, el padre (hoy de 34 años) comenzó a atacarla. “Lejos de cumplir su rol, la violó. Se acercó a ella cuando tenía 13, nunca legalizó la paternidad y luego abusó de ella”, detalló un investigador.
Su familia materna nunca advirtió la situación. Nunca notaron que el padre que se había ausentado por tantos años supuestamente la violaba cada vez que tenía la oportunidad.
Fue entonces que M., agotada, se acercó al policía amigo de la familia materna. Creyó, lógicamente, que al haber un vínculo con una autoridad en una localidad que no supera los 15 mil habitantes, le sería más fácil poder denunciar al papá. Pero nunca imaginó el dramático giro que tuvo su historia.
Finalmente, el grupo familiar de M. advirtió lo que había pasado e hizo la denuncia. Fue así que la Fiscalía de Instrucción de La Carlota, subrogada por el fiscal de Cámara Walter Guzmán, decidió hacer una rápida investigación en la que le practicaron distintas pericias a la adolescente y ordenar la inmediata detención tanto del papá de M. como del efectivo de la policía de Córdoba.
“Lo peor de la especie humana se reunió en este caso: una padre que no la reconoce, cuando tiene que cumplir su rol de padre, la viola varias veces y el policía que podía ayudarla, también la viola”, no dudó en calificar la fuente consultada por este medio, quien aclaró que el abuso por parte del uniformado no se produjo en sede policial.
El padre de la adolescente está acusado de abuso sexual con acceso carnal, reiterado, agravado y calificado por el vínculo. El efectivo policial, por su parte, fue imputado por abuso sexual con acceso carnal, agravado por la edad de la víctima, informó el Ministerio Público Fiscal cordobés. Por el momento, ninguno de los imputados brindó declaración, ya que aún no tienen un defensor designado. Sus indagatorias podrían producirse la semana que viene.
En cuanto a la menor, brindará su testimonio en el contexto de una cámara Gesell. “Después de esto se podrá definir si se les mantiene la prisión preventiva a los acusados”, añadió. Por el momento, el fiscal Guzmán obtuvo ya los resultados preliminares de varias pericias.
Antes del violento caso de M., la misma localidad fue escenario de otra violación a una niña. Se trata de una nena de 12 años que luego de ser abusada varias veces dentro de su casa quedó embarazada. Fue gracias a su abuela, quien denunció el caso, que la menor pudo ser rescatada.
Por el hecho, la mamá y otros tres hombres fueron detenidos. Todos quedaron alojados en la cárcel de Río Cuarto y ya fueron indagados vía Zoom por el fiscal Guzmán.
La madre, de 35 años, está imputada del delito de promoción de la corrupción de la menor agravada, mientras que en el caso de los varones, la imputación es por abuso sexual en diferentes grados. Fuentes del caso contaron al diario Puntal que uno de los acusados es el concubino de la mamá de la víctima, un hombre de 51 años de edad; mientras que los otros dos, de 46 y 22 años, serían amigos de la familia.
“Todos sus derechos fueron vulnerados, hasta su alimentación, educación y cuidados de su salud”, indicó María Amelia Moscoso, abogada de la abuela de la víctima a FM Sol de Río Tercero. La abuela, después de recibir a la niña para cuidarla, advirtió los abusos. A los pocos días se enteró de que su nieta estaba embarazada. “Estamos hablando de algo silenciado, invisibilizado o algo que nadie advirtió”, agregó la abogada.
En cuanto al embarazo, la abogada indicó que la menor aparentemente quiere tener al bebé y no someterse a una interrupción médica del proceso de gestación. “Los agentes sanitarios del sistema plantean la posibilidad del aborto pero deben entender que no es obligatorio, la niña quiere continuar con el embarazo y no sería lo más conveniente en ese estado de vulneración de derechos sumarle una situación más, esa niña necesita paz”, aseguró Moscoso. “Ella siente que algo se mueve en su panza y les planteó a sus abuelos ´no quiero que lo maten por lo que me hicieron los otros; yo no sé cómo ser mamá pero puedo aprender si me ayuda mi abuela´”, agregó.
SEGUIR LEYENDO: