Javier Alejandro Pacheco, “El Rengo”, se convirtió en el presunto jefe de la cocaína de la villa 9 de Julio de San Martín tras una guerra de 20 años contra un clan rival de la zona. Por la fuerza, tomó el control de la recaudación transa en los pasillos para hacerse rico él mismo, un dinero que, según la imputación en su contra, nunca tuvo problemas en gastar.
La semana pasada, la Delegación Departamental de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado Ezeiza de la Policía Bonaerense arrestó al “Rengo” junto a siete miembros de su banda, en un operativo de 21 allanamientos a cargo del Juzgado Federal N°2 de Morón que conduce Jorge Rodríguez, con una causa iniciada en noviembre de 2020. Los investigadores lo siguieron durante semanas, lo captaron comiendo en una parrilla de San Martín, grabado por cámaras de seguridad, lo siguieron hasta su casa en la calle Gaucho Güemes: resultó ser una mansión.
Allí le encontraron dos vehículos UVT Honda y Kawasaki esperaban en el garage, junto a un BMW dorado. La mesa de póker en el living, de tres metros de largo, era llamativa también, lo mismo la pileta. Pacheco ni siquiera tenía la casa de Gaucho Güemes registrada como su domicilio fiscal. No tenía una empresa a su nombre, ni siquiera deudas recientes de una tarjeta de crédito.
Tampoco era la única casa que tenía.
Ayer por la tarde, la Delegación Ezeiza golpeó un nuevo objetivo tras detener a la pareja de Pacheco esta semana. Entraron en una casa vinculada al capo en una casa de dos plantas en la calle Laprida al 500 en Ituzaingó. Allí, le encontraron documentación de interés, por ejemplo, su pase para acceder a estadios en el Mundial de Rusia de 2018. En la cochera había dos automóviles. Uno era un BMW. Ya le habían encontrado otro BMW en su casa de Parque Leloir, pintado de dorado.
En Ituzaingó, junto al BMW, estaba su joya más preciada: un Chevrolet Camaro SS coupé modelo 2017 con motor V8. Valor de mercado estimado: 80 mil dólares, si lo quisiera vender como usado.
El Camaro también tenía papeles curiosos: resultó estar a nombre de una sobrina del capo que fue detenida la semana pasada, acusada de ser su testaferro. El seguro, al menos, estaba a nombre de Javier Pacheco.
Fuentes del caso, bajo la firma del juez federal Jorge Rodríguez, hablan de once propiedades ligadas a Pacheco. Rusia no fue su único viaje, también detallan un periplo a París. Su sobrina no sería su única testaferro: hay otros dos detenidos ligados a su banda marcados con el mismo rol.
Así, continúa la investigación contra el hombre que se convirtió en el nuevo capo de San Martín, con “Mameluco” Villalba condenado a 27 años de cárcel. Sin embargo, la guerra en la Villa 9 de Julio no termina.
El lunes por la noche, tres días tras el arresto del “Rengo”, un llamado al 911 alertó sobre varios disparos en la zona de la avenida 9 de Julio y Almirante Brown. Un hombre de pie en la esquina recibió una ráfaga de un Chevrolet Prisma blanco. Luego, un Chevrolet Corsa entra en acción y persigue al Prisma, intercambian balas según fuentes cercanas al caso, y llegan hasta la avenida Márquez. El Corsa aparece poco después, incendiado en la calle Los Olivos. El Prisma también es encontrado abandonado. Se presume que, al menos, se usó una ametralladora.
Poco después, ingresaron dos heridos de bala al hospital Castex, ambos vecinos de la 9 de Julio, uno de ellos de 44 años y otro de 45, que fue ingresado a un quirófano. Uno de los heridos, de acuerdo a fuentes del caso, era un vendedor de Pacheco, baleado en su parada. Se habla del recrudecimiento de una vieja guerra: el conflicto entre la banda de Pacheco y el clan Gómez, otra banda local, que data, literalmente, de principios de siglo.
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