La Justicia de Córdoba confirmó hoy la elevación a juicio de los 13 policías acusados por el crimen de Valentino Blas Correas, el joven de 17 años que fue baleado por agentes de la fuerza policial provincial cuando circulaba en un auto con cuatro amigos en la capital cordobesa.
Entre los oficiales que afrontarán el debate se encuentran el cabo Lucas Gómez, señalado como el autor material del asesinato, y el cabo Javier Alarcón, quien, de acuerdo a la investigación, también disparó contra el Fiat Argo en el que viajaba la víctima. El auto recibió al menos cuatro balazos: uno de ellos ingresó por la luneta trasera e impactó en la espalda de Correas.
Tanto Gómez como Alarcón están imputados por los delitos de homicidio calificado agravado por ser funcionarios judiciales, y de homicidio calificado agravado en grado de tentativa -reiterado en cuatro hechos-. Esta última imputación se debe a que unos de los amigos de Correas también fue alcanzado por un proyectil y resultó herido.
Por otra parte, los once policías restantes están acusados de encubrimiento y omisión de deberes del oficio de funcionario público. El fiscal de Instrucción del Distrito I Turno 3, José Mana, los acusó de haber sido quienes plantaron un revólver en cercanías de donde sucedió todo, a fin de desviar la investigación. Se trata del subcomisario y jefe del operativo Sergio Alejandro González; los comisarios inspectores Walter Soria y Jorge Galleguillo; el subcomisario Enzo Quiroga; y los cabos Rodrigo Toloza, Leonardo Martínez, Leandro Quevedo y Ezequiel Vélez.
También las agentes Yamila Martínez y Wanda Esquivel, cuyo testimonio en calidad de arrepentida fue fundamental para esclarecer lo sucedido en aquella madrugada del 6 de agosto pasado. Ante el fiscal del caso, Esquivel admitió que se “plantó” un arma con la intención de justificar un “tiroteo” cuando los efectivos policiales dispararon contra el automóvil, ocupado por la víctima y cinco amigos, porque presuntamente habían evadido un control en la capital de Córdoba. Dijo, entre otras cosas, que cuando se trasladaban en un móvil policial, Alarcón sacó un arma de su chaleco y le pidió que la tirara por la ventana, en una zona cercana donde presuntamente los chicos evadieron el retén.
Actualmente, todos se encuentran detenidos con prisión preventiva, algunos cumpliendo el arresto de forma domiciliaria.
La causa penal tiene dos desgloses: por un lado se investiga lo sucedido en la Clínica Aconcagua, donde los amigos de Blas acudieron en busca de auxilio, y les fue negado. En este caso están imputados por abandono de persona tres profesionales de la salud: Fernando Casalino, Guadalupe Moya y Andrea Mezzacapo. A diferencia de los policías, su situación todavía está en investigación: restan pericias médicas para establecer qué condición estaba Blas cuando llegó trasladado al sanatorio.
Por otra parte, el policía Ezequiel Henot está imputado por lesiones leves calificadas: lo acusaron de agredir al amigo de Blas y conductor del Fiat Argo en el último retén donde fue finalmente detenido el vehículo en que circulaban las víctimas.
A su vez, el fiscal Mana dispuso la remisión de antecedentes al fuero Penal Económico y Anticorrupción para que se investigue la responsabilidad penal de parte del Tribunal de Conducta Policial, que en su momento habían levantado la situación pasiva policial a Gómez y Alarcón y los habilitó para cumplir sus funciones normalmente, incluida la portación de un arma reglamentaria, a pesar de registrar antecedentes penales.
Cabe recordar que Gómez y otros tres colegas están acusados de encubrir a Leandro Raúl Castañares, condenado a 15 años de prisión por haber abusado sexualmente de varias mujeres en la localidad de La Calera. Según esa investigación, los cuatro policías habrían desalentado a una de las víctimas a realizar la denuncia contra el violador. Ese caso está cerca de ir a juicio.
En tanto, a Alarcón se le inició una causa en 2013 por los delitos de privación ilegítima de la libertad y lesiones leves en la ciudad de Río Segundo. El policía, sin embargo, con el tiempo, fue ascendido a cabo primero.
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