Fue una primicia exclusiva de Infobae. Se publicó el 2 de febrero de 2018, unos días después de que Luis Oscar Chocobar fuera procesado por el asesinato de Juan Pablo Kukoc y unas semanas antes de que el ex presidente de la Nación Mauricio Macri lo recibiera en la Casa Rosada casi como a un héroe.
Y resultó una prueba determinante para que la Justicia pudiera entender cómo ocurrieron los hechos aquel diciembre de 2017: en las imágenes, tomadas por una cámara de seguridad de una propiedad sobre la calle Irala, en el barrio porteño de La Boca, se ve el momento en que el ladrón cae por el impacto de una de las dos balas que disparó el policía bonaerense contra su cuerpo. De espaldas.
Chocobar fue condenado este viernes por el Tribunal Oral de Menores 2 de Capital Federal a dos años de prisión en suspenso por matar a Kukoc, un adolescente de 17 años que venía de robar y acuchillar al turista estadounidense Frank Joe Wolek.
La estrategia de su defensa, guiada por el ex asesor de Patricia Bullrich, Fernando Soto, quien había pedido que se lo absolviera por “legítima defensa” se centró en dos cuestiones puntuales: que Kukoc intentó atacar a Chocobar microsegundos antes de que el policía le disparara y que el agente de la Bonaerense apuntó con su arma hacia abajo y no al cuerpo del joven ladrón.
“Estuvimos tres años analizando los testigos y él tuvo tres segundos desde que hace los disparos y tres décimas de segundo con diez centésimas. En esas centésimas tuvo que decidir, con esa decisión, pese a estar con la adrenalina, el estrés y el miedo, él disparó hacia abajo y eso está permitido por la ley”, dijo este viernes por la mañana Soto, al entrar a Tribunales, antes del veredicto.
El video que mostró por primera vez Infobae muestra a Kukoc corriendo, de espaldas al tirador, que luego cae al asfalto. Segundos más tarde aparece Chocobar, armado, vestido con una remera verde y una mochila sobre su espalda. La secuencia fílmica fue clave en una de las últimas audiencias del juicio, la que declaró el policía acusado y finalmente condenado por el delito de homicidio agravado en exceso del cumplimiento del deber.
Chocobar les dijo a los magistrados Jorge Ariel Apolo, Fernando Pisano y Adolfo Calvete que disparó de frente a Kukoc porque vio amenazada su vida, porque el joven se le venía encima. Los jueces le preguntaron cómo explicaba entonces las imágenes registradas en las cámaras de video, donde se ve claramente que el asaltante cae mientras corre hacia adelante, de espaldas al policía. Y le pasaron la secuencia en una pantalla. “No lo pudo explicar”, contaron fuentes del caso.
Tampoco fue consistente su ampliación de esa escena. El acusado dijo que el ladrón corrió 30 metros después de que él disparó cuatro veces y que una bala impactó en el fémur de la víctima. Nuevamente, le mostraron las cámaras, donde se observa que Kukoc cae inmediatamente al suelo y queda inmóvil.
Chocobar aseguró que disparó porque Kukoc se le venía encima. El Tribunal le preguntó si tiró por la espalda y/o a matar. “Yo le disparé en el mismo momento que se vino hacia a mí pero en el mismo momento vuelve a girar, como un amague, todo en un mismo momento, todo a la vez, y yo disparo a los pies, hacia abajo porque no quería matarlo”, sostuvo, y agregó: “Después se me nubla la vista y lo veo correr y ahí cae”.
Infobae accedió a fragmentos de la pericia balística incorporada al expediente que muestra la secuencia de los -al menos- siete disparos que ejecutó Chocobar mientras corría a Kukoc. Un informe hecho por la Policía de la Ciudad -firmado por el oficial mayor Carlos Segura- indica las ubicaciones de las vainas servidas encontradas tras el hecho y las marcas de otros balazos (“improntas”), ocurrido el 8 de diciembre de 2017 en la esquina de Irala y Suárez.
Sobre el suelo se hallaron siete vainas y las dos “improntas” se detectaron en el frente de una casa ubicada en la ochava del cruce de estas calles: una a 1 metro de altura, sobre la calle Suárez, a una distancia de 8 metros de la esquina, y la otra, a 2,40 metros de altura y casi en la ochava. También sobre la vereda de esa esquina se encontró el fragmento de un encamisado, que es lo que recubre al proyectil. Eso indicaría que se trata de un pedazo de bala que se desprendió en un rebote.
Según indicaron los peritos, Kukoc recibió dos disparos por la espalda potencialmente mortales. La primera bala conserva la forma cónica propia de un proyectil y se observa un desgaste, consecuencia de tocar el asfalto y elevarse. Eso se condice con la trayectoria de la figura donde se observa un ingreso de abajo hacia arriba.
En cambio el otro proyectil no tiene la forma de cono truncado de una bala, sino que tiene una forma de hongo, que sería producto del impacto directo en el fémur (el hueso más duro del cuerpo). Ese impacto hace que la bala se abra como una flor. Es proyectil que entra por el muslo izquierdo, el primero que dispara Chocobar contra el cuerpo de Kukoc. El otro ocurrió después y para los especialistas, que haya impactado en la mitad superior del cuerpo habla de que Chocobar tuvo tiempo para dejar de disparar dado que el ladrón huía y no representaba un peligro para él ni para nadie, ya que no había otras personas en la cuadra.
Una pericia hecha durante el juicio indicó que ambos proyectiles habían tocado el suelo antes de impactar en el cuerpo de Kukoc. A los fines de la sentencia, eso ayudó a los jueces a determinar que no hubo, como planteó la querella, una “ejecución extrajudicial”, pero no significó un atenuante de la irresponsabilidad de un policía, ya que una bala que rebota en una superficie adquiere una trayectoria inmanejable.
Dos de las balas dieron en la pared de una panadería. ¿Qué hubiera ocurrido si el local estaba abierto? ¿Qué hubiera pasado si una bala que tras rebotar en el suelo entraba por la ventana en una casa?
Los disparos de advertencia, como los que dijo que tiró Chocobar, están prohibidos para las fuerzas de seguridad, excepto que su vida o la de un tercero corra peligro. ”El policía no es héroe. Ser héroe implica el un autosacrificio. Antes de perder su vida puede disponer de la vida de otro por cumplimiento de un deber pero es en una situación de urgencia”, explicó un especialista en balística que prefirió no dar su identidad, para quien los disparos fueron “certeros”, aunque consideró que “claramente no hay intención homicida y la muerte es consecuencia de un actuar impropio de un policía”.
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