Este martes, cerca de la medianoche, sonó el teléfono en la casa de un vecino de la localidad bonaerense de Ituzaingó: la sobrina de su vecina de al lado llamaba preocupada porque su tía, de 88 años, no contestaba el teléfono y se había ausentado a un cumpleaños familiar. El vecino y su hijo fueron a comprobar que estuviera todo bien, pero notaron que la puerta de la casa de la anciana estaba cerrada sin llave y decidieron llamar a la policía.
Dentro de la vivienda, ubicada sobre la calle Posadas al 1300, el hombre, su hijo y los efectivos de la Comisaría 1° de Ituzaingó encontraron el cuerpo sin vida de Dora Elena Marinic: la mujer estaba tirada en el piso de su casa, atada de manos y amordazada con pedazos de una sábana, según confirmaron fuentes policiales a Infobae.
“Estaba todo cerrado, todo oscuro. Le dije a mi hijo que pasara la rejita y vea la puerta. Cuando tocó el picaporte notamos que estaba abierta, así que llamamos a la policía. Dora ni de casualidad hubiera dejado la puerta abierta”, explicó el hombre en diálogo con Canal 13.
La casa de la mujer estaba toda revuelta. Los efectivos de la Policía Bonaerense encontraron desorden, muchos objetos y pertenencias de la anciana tiradas por el living y las habitaciones. También se detectaron algunos faltantes. De sus tres perros -que ella, que no tenía más familia que dos sobrinos, cuidaba cómo “hijos”- dos la rodeaban como custodiando el cuerpo y un tercero estaba metido debajo de la cama. Asustado, se resistía a salir.
La muerte ahora es investigada por el fiscal Patricio Ventricelli, a cargo de la UFI N° 2 de Ituzaingó, que dispuso la realización de la autopsia de rigor para determinar con precisión las causas de muerte ya que, en principio, de acuerdo al relato del hombre que la encontró, el cuerpo no tenía signos evidentes de violencia.
La principal hipótesis de los investigadores es, hasta el momento, que la mujer haya sido víctima de un robo bajo la modalidad “entradera”, teniendo en cuenta que la puerta de la casa no había sido forzada. Sobre una mesa en el living estaba el carnet de PAMI de Dora, que vivía de su jubilación y de la pensión que cobraba de ANSES tras la muerte de su marido.
“Cuando entramos estaba atada en el piso boca arriba, atada. La dejaron morir o se murió de un síncope, la verdad no sé”, señaló el hombre. En ese caso, los presuntos asaltantes también podrían ser acusados de homicidio.
Los vecinos que la trataban reconocen que la mujer era independiente, que se manejaba sola y se preservaba dentro de su casa. Desconocen, sin embargo, si Dora Marinic guardaba objetos de valor o mucho dinero dentro de su casa.
Otra precisión que dará la autopsia es la data de la muerte. Los vecinos de la cuadra no saben cuándo pudo haber sido atacada. “Yo vivo al lado de ella y tengo cuatro perros. No escuchamos nada ninguno de estos días y estamos todos encerrados”, agregó Jorge. “Adentro no había olor, ni nada, pero nos dijeron que puede ser porque estos días hizo mucho frío”.
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