La investigación por el faltante de 15 armas dentro de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) de la Policía Bonaerense en Puente 12, la base de operaciones de Sergio Berni, avanza con resultados claros. En los últimos días, los investigadores detuvieron a dos delincuentes con antecedentes acusados de vender por Facebook dos de las pistolas Bersa Thunder calibre 9 milímetros con kits RONI (adaptadores para darles el aspecto de un fusil de asalto) que serían parte del lote desaparecido.
Los operativos para concretar las detenciones estuvieron a cargo del fiscal Fernando Garate, titular de la UFI Nº1 de Gregorio Laferrere. Garate ordenó a la Dirección Contra el Crimen Organizado de la Bonaerense, con sede en La Plata, que allane los domicilios marcados en Quilmes, a varios kilómetros de la UTOI, ubicada en la Autopista Ricchieri y Ruta 4, en La Matanza. Uno de los delincuentes detenidos cumplía condena con prisión domiciliaria, según confirmaron fuentes del caso a Infobae.
“Los detenidos pertenecerían a una banda de ladrones que actúan en la zona sur del conurbano”, describieron investigadores a este medio. Así, estas nuevas detenciones, en una causa donde ya se ordenó la desafectación de tres efectivos que se desempeñaban en el sector Armería en la UTOI, brindan un nuevo capítulo dentro de una posible trama de relaciones espurias entre policías y ladrones: no es la primera vez que se encuentra en la localidad de Quilmes una de las pistolas desaparecidas en manos de delincuentes.
En septiembre pasado, cinco ladrones ingresaron a un domicilio ubicado en la calle 848 al 2700 en San Francisco Solano, partido de Quilmes. En el lugar se encontraba su propietario, un jubilado de 91 años, junto a su hijo, de 61, dueños de un colegio y de varias pinturerías, junto a su la empleada doméstica, de 58.
Tras insultarlos y preguntarles dónde escondían “el dinero”, comenzaron a revisar la casa con un dato certero. Sabían que dentro de esa propiedad había un botín de 400 mil dólares y dos millones de pesos. Una vez que se hicieron del botín, escaparon en un Volkswagen Gol Trend blanco. Luego del robo, la investigación quedó a cargo de la fiscal Mariana Curra Zamaniego, titular de la UFI Nº6 de ese distrito.
Tras cinco meses de una ardua investigación que incluyó entrecruzamientos de llamados, el análisis de las cámaras de seguridad y datos callejeros, se logró identificar a dos de los sospechosos: Jonatan Meddis de 29 años y Braian Coronil, de 21.
Estos dos presuntos delincuentes, según los investigadores, no contaban con los clásicos perfiles de ladrones de casas. En particular Meddis, ya que su familia posee una importante empresa dedicada a la construcción de casas rodantes, trailers y food trucks en la zona sur del conurbano bonaerense. El joven se hacía ver en redes sociales a bordo de camionetas 4x4, motos y cuatriciclos de alta gama, cenando en restaurantes caros con ropa de marca.
De acuerdo a los investigadores, Meddis supuestamente utilizaba su estilo de vida para conocer a sus víctimas, marcarlas y luego robarlos en sus casas. Así, la fiscal Curra Zamaniego requirió siete allanamientos para dar con los sospechosos. En medio de los operativos, la DDI de Quilmes ingresó al domicilio de Coronil y encontró una pistola Bersa Thunder 9mm, acondicionada, también, con un kit Roni, fabricado por Bersa.
Aquel hallazgo sorprendió a los investigadores: “Lo extraño fue que no tenía la numeración suprimida y que no tenía ningún pedido de secuestro. Y lo que más nos llamó la atención fue que ese número comenzaba con un 13, número que identifica a las armas que pertenecen a la Policía Bonaerense. En general cuando son armas robadas a policías, lo tapan. Después informamos la situación a Asuntos Internos”, relató una fuente del caso a Infobae.
Una vez que se contó con la información, personal de la UFI Nº1 de Garate junto a personal de Asuntos Interno de la Policía Bonaerense se dirigió a la UTOI. Los detectives requirieron los libros de registros donde había quedado asentado qué efectivos de esa división habían retirado armamento para ser usado en servicio. Los investigadores buscaban un dato puntual: cuándo y quién había retirado esa pistola Bersa Thunder 9mm con numeración 13-H57500, encontrada en la casa de Coronil.
Con esa información, luego, los agentes realizaron un arqueo del armamento dentro del destacamento y el resultado los sorprendió: además de la 9mm había un faltante de 14 armas más y dos mil municiones.
De este modo, comenzaron con el análisis de los libros de retiro para identificar a los agentes que habían tomado armas de la Unidad: el caso, por el momento, llevó a la desafección de tres agentes.
Mientras tanto, el fiscal Garate les tomó declaración a los nuevos delincuentes detenidos. Los sospechosos negaron la acusación y no dijeron cómo habían conseguido esas armas. Lo único que aceptaron fue que entre ellos se conocían. Así, los detectives continúan con la investigación para dar con el resto del armamento. Por su parte, el fiscal Garate aguarda un informe de Asuntos Internos para llamar a declarar a los efectivos desafectados.
Según fuentes del caso, el Ministerio de Seguridad bonaerense aportó toda la información requerida para que la Justicia “pueda trabajar y así determinar qué fue lo que pasó”. Por el momento, lo que se sabe es que el armamento fue retirado por efectivos para ser empleado en servicio, quedando asentado en un libro de registros sus fechas de salida: nunca fue devuelto.
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