Quienes hablaron temen porque el jefe anda suelto. Varios vecinos señalaron los aguantaderos y las casas de transas a la Policía de la Ciudad luego de que la guerra explotó a tiros en el barrio Padre Mugica de Villa Lugano, cuando el miércoles por la noche las bandas se enfrentaron sobre la avenida Castañares al 6600, la zona cero del complejo habitacional.
Los vecinos mismos se habían hartado. Luego de que los narcos balearan a un perro cortaron la colectora de la General Paz y levantaron una barricada, con dos jornadas de protesta que terminaron en arrestos y represión. Y al hablar, arriesgaron su vida. La regla porteña para cualquiera que vive a metros del negocio de la muerte es no hablar. Que el barrio no colabore en la causa es la norma. Ayer por la noche, el barrio Mugica rompió las reglas.
Con una fuerza de choque y personal de Infantería, la Policía porteña bajo las ordenes de la fiscal Celsa Ramírez golpeó la platea 11, el edificio del complejo que es señalado como uno de los epicentros del comercio de cocaína y pasta base en la zona. Inteligencia con la que cuenta la Justicia habla de una confluencia: traficantes de la villa 21-24, de la 1-11-14, del Pasillo Bermejo, una lonja de ranchos cercana al complejo, todos agitados en una nueva mezcla que pelea por el poder.
Durante los últimos cinco años, diversos traficantes menores, principalmente de origen peruano, se asentaron en los edificios para menudear con armas cortas al cinto. Hubo algunos más fuertes que otros: llegó a oídos de la fiscal Celsa Ramírez que elementos que fueron parte de la banda de “Marcos” Estrada González, el histórico capo de la 1-11-14, segundas líneas que cobraron vida con “Marcos” ya condenado a 24 años de cárcel, preso y desgastado. Y entre ellos, hay un hombre inquietante, Raúl Martín Maylli Rivera, oriundo de Lima, parte de la vieja historia de Estrada González en el Bajo Flores. Su alias: “Dumbo”.
Ayer, precisamente, fue a la banda de “Dumbo” a la que fueron a buscar. 44 puntos fueron allanados, cuatro bunkers quedaron tapiados con planchas de metal, encontraron teléfonos y balas, pero “Dumbo” no estaba. Había tenido tiempo para diseñar una posible fuga. Lo cierto es que Celsa Ramírez lo investigaba hace meses. Fuentes judiciales aseguran que la fiscal pidió allanar el barrio Mugica en ocho ocasiones, con magistrados como Pablo Casas que registraron los procedimientos. Fue el juez penal y contravencional José Beguelin que finalmente autorizó el avance sobre la banda de la platea 11.
Los allanamientos se habían planeado para el día 26 de este mes, sin embargo, el tiroteo del lunes por la noche aceleró la situación. El martes por la mañana, Ramírez insistió con el pedido. Beguelín se encontraba de licencia, subrogado por la jueza Natalia Ohman: la nueva magistrada tardó un día en autorizar los pedidos que ya habían sido estudiados.
Por otra parte, rechazó un pedido de detención de Ramírez para arrestar a “Dumbo” mismo. Hoy, el capo de la platea 11 no tiene pedido formal de captura.
En el barrio Mugica, aseguran que no es “el único” ni tampoco el narco supremo, que hay otros, pero que “Dumbo” tiene un mayor poder que el resto. La Justicia lo señala por replicar el negocio de Estrada, con un sistema de transas y soldados, de menores de edad empleados como campanas. Luis Ezequiel Álvarez, de 23 años, su aparente segundo al mando, fue arrestado por la Policía de la Ciudad en octubre del año pasado en Villa Lugano con un pequeño arsenal y un stock de bolsas.
La vieja historia judicial lo retrata como una especie de sicario del Bajo Flores. Investigadores memoriosos lo recuerdan de las viejas causas de “Marcos” Estrada, antes de que fuera investigado por el Juzgado Federal N°11: el nombre de Maylli Rivera no figura en las decenas de fallos y requerimientos producto de la investigación a Estrada.
En 2006, pidió ser trasladado a una cárcel de Lima, un pedido avalado por el Estado. “Cumple condena en Argentina por los delitos de homicidio, privación ilegítima de la libertad agravada y amenazas”, asegura un documento de su país, que detalla cómo fue encerrado en una cárcel federal argentina. Otras investigaciones judiciales revelan que empezó a cobrar más relevancia en la banda de “Marcos” cerca de 2017. Lo ubican cerca de Fernando, alias “Pity”, hermano de Estrada, que heredó el control del negocio.
Luego, supuestamente, “Dumbo” rompió el vínculo y se dirigió a las plateas del barrio Mugica, sin un dueño aparente, con pequeños transas que subían y caían.
También hay una coincidencia por el apellido paterno. Anatolio Maylli Flores hoy tiene 70 años, “El Viejo Cuadra” o “El Viejo Menem” lo apodaban. Lo detuvieron en septiembre de 2012 en la 1-11-14, le secuestraron su celular, con contenidos incriminadores. Era parte de un contingente, hombres de la vieja banda de “Marcos”, con nombres como Nelson Nike Huamanchumo o Jhon Paul Revilla Estrada, con quien “Dumbo” tendría lazos más estrechos, con un intercambio de mensajes por teléfono.
Así, fue condenado en 2014. Registros penitenciarios revelan que Anatolio estuvo en una cárcel federal entre 2013 y 2015. Medios peruanos revelaron que fue detenido con un pedido de captura internacional de vuelta en su país en 2016, marcado por Interpol. Un testigo de identidad reservada que fue parte de una causa en la Justicia federal lo señaló en una foto en 2013: aseguró que “‘Cuadra’ es el padre de ‘Dumbo’, que está preso en Perú”.
El rastro de papeles sobre el nuevo capo se enfría: se desconoce a ciencia cierta si tiene DNI o si es un indocumentado, la Justicia cuenta con uno que, cotejado con registros, resulta ser el de un chico rionegrino de 13 años.
Por lo pronto, “Dumbo” está suelto sin un pedido de captura.
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