El empresario Leonardo Hisa fue condenado esta tarde a la pena de prisión perpetua luego de que un jurado popular lo responsabilizara de haber sido el instigador del femicidio de su ex esposa, Norma Carletti, asesinada de 55 puñaladas en la localidad mendocina de Tunuyán.
Por el mismo crimen, ocurrido el 5 de marzo de 2018, también fueron condenadas otras tres personas, dos de ellas a la máxima pena.
La presidenta del jurado le comunicó este sábado al juez técnico David Mangiafico que la decisión fue unánime y que el ex senador provincial por la UCR fue hallado culpable “como instigador por el delito de homicidio agravado por el vínculo, por precio o promesa de pago y femicidio”.
En tanto, a Kevin Guerrero el jurado lo declaró culpable por el delito de “homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria y femicidio”.
Alexis Guerrero, hermano del acusado mencionado, fue condenado como “partícipe secundario del robo con homicidio”; y el padre de ambos, Juan Carlos Guerrero, como “partícipe primario del delito de homicidio agravado por precio o promesa remunerativa”.
“El acusado sabía que ese lunes se iba a presentar el divorcio y que iba a perder la mitad de su patrimonio, se trata de un asesinato por encargo a mano de los cuatro imputados”, había indicado Fernando Guzzo, jefe de fiscales de Mendoza, en su alegato presentado a fines de abril.
Tras conocerse el veredicto de culpabilidad de los 12 jurados, cerca de las 15 de este sábado el juez técnico condenó a Hisa a la pena máxima y dejó sin efecto la prisión domiciliaria que se había ordenado en la previa del juicio.
Guerrero y su hijo Kevin también fueron condenados a prisión perpetua, mientras que Alexis fue condenado a “cinco años de prisión como responsable penalmente del delito de robo seguido de muerte en calidad de participe secundario”.
Hisa, ex legislador radical de la provincia de Mendoza, llegó al juicio imputado del delito de “femicidio, homicidio calificado por el vínculo, y homicidio por ser cometido por precio o promesa remuneratoria en calidad de instigador”.
La hipótesis presentada por Guzzo y el fiscal Jorge Quiroga apunta a que Hisa, quien se encuentra con prisión domiciliaria, pagó una importante suma de dinero para que Guerrero y dos de sus hijos mataran a su ex mujer.
De hecho, los asesinos no se llevaron $40.000 en efectivo y otros elementos de valor que estaban a su alcance en el interior de la vivienda de la víctima al momento del crimen.
Las condenas fueron bien recibidas tanto por la fiscalía como por la querella ya que el fiscal Quiroga y Guzzo sostuvieron en sus alegatos de clausura que los cuatro eran culpables por el delito de “homicidio agravado por el vínculo, por mediar violencia de género y por promesa de pago”.
En el juicio oral que comenzó el 27 de abril intervinieron 12 jurados populares y el juez Mangiafico, por el cual desfilaron decenas de testigos, entre expolicías, forenses, vecinos y familiares de la víctima.
El suceso, ocurrido hace más de tres años, causó una gran conmoción en Mendoza, dado que Carletti fue asesinada en su casa y sufrió la mayoría de las heridas en la espalda y el tórax.
Tras el crimen, el fiscal adjunto Gonzalo Nazar imputó a Hisa a partir de una serie de declaraciones testimoniales y peritajes además detuvieron a Juan Carlos Guerrero y a sus dos hijos, Kevin y Alexis, respectivamente.
Por su parte, el defensor de Hisa, Daniel Sosa Arditi -quien intervenía en el debate junto a su hija Sofía-, pidió que no declaren culpable al empresario y, si bien aclaró que le duele la muerte de Carletti, afirmó que el imputado “no cometió este hecho” y cuestionó que “es injusto condenar sin fundamentos”.
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