Este viernes, el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº15, compuesto de manera unipersonal por el juez Gabriel Vega, dio inicio al juicio contra Ricardo Emanuel Papadopulos, el joven que atropelló y mató al niño de 5 años Isaac Sus en el barrio porteño de Flores, y que le provocó heridas graves a la mamá del chico, Débora Inés Agosti, para luego fugarse a toda velocidad.
Papadopulos, que permanece detenido, fue llamado a declarar pero se negó, aunque dijo que lo hará en otra ocasión. Así, se limitó a responder solo cuestiones particulares y familiares. Entre otras cosas, precisó que es padre de dos niños de 2 y 7 años, y aseguró que no terminó sus estudios primarios.
Debido a la negativa del acusado, en la primera jornada de debate, que se llevó a cabo de manera virtual, se leyó la indagatoria que había brindado durante la etapa de instrucción, donde había manifestado que se enteró de la muerte del niño por la televisión y que no había frenado porque le dio miedo porque iba sin registro.
A continuación, se presentó en la audiencia Débora Agosti, quien relató que no recordaba nada de la escena de aquella noche, solo que había salido a comprar una gaseosa porque estaban celebrando Hanukkah y se habían acabado las bebidas. Sostuvo que se enteró de la muerte de Isaac cuando se despertó en una sala del Hospital Piñeiro, donde aún concurre como parte de su rehabilitación.
La mujer contó que estuvo internada un mes en ese hospital y que actualmente hace terapia física para recuperar la movilidad en ambas muñecas. Detalló que usa un bastón debido a las heridas que le provocó el incidente en su pierna derecha y que también tiene la clavícula izquierda fracturada. Relató que está en tratamiento con una psicóloga especialista en duelos.
“Nada es lo que era antes, ni la casa ni el cuerpo ni nuestra cabeza. El corazón no lo voy a poder arreglar nunca: haga lo que haga, siempre va a quedar así”, manifestó.
Ante las preguntas del fiscal Ignacio Mahiques, sostuvo que espera un fallo “ejemplar” para que nadie sufra ni pase por lo que le pasó a ella. “La justicia ya se hizo arriba, esa persona no va a entrar a ese lugar. Acá en este mundo, quiero que le den una pena que cumpla, que no salga mañana y vuelva a hacer lo mismo. Espero que pase la mayor cantidad de tiempo alejado de las calles”, dijo en referencia al acusado.
Papadopulos está imputado por el delito de homicidio culposo agravado tanto por la “conducción imprudente de un vehículo con motor, como por la fuga de lugar del hecho en concurso ideal con lesiones graves culposas”.
El hecho ocurrió a las 23.02 del jueves 17 de diciembre pasado, cuando Agosti y su hijo Isaac cruzaban la avenida San Pedrito, en la esquina de la avenida Directorio, y fueron atropellados por un Volkswagen Golf GTI blanco que conducía el detenido. Se supo después que el imputado circulaba en ese momento sin registro. Tras embestir a las víctimas, se fugó del lugar y estuvo prófugo nueve días.
Hoy, en la lectura de los requerimientos de la fiscalía, Mahiques sostuvo que el joven de 21 años violó su “deber objetivo de cuidado” y no conservó “el pleno y efectivo dominio de su guiado”, así como tampoco tuvo en cuenta los riesgos de la circulación y no prestó atención hacia lo que ocurría delante suyo. Para el funcionario judicial se dio a la fuga “sin socorrer a las víctimas con total desprecio a la vida”.
El fiscal cuestionó además que manejaba sin la licencia de conducción vehicular autorizante y que no respetó la prioridad de paso de la que gozaban los peatones. Todo ello significó una serie de infracciones a la ley de Tránsito Nacional 24.449 y lo establecido en la normativa en la ley 2148 de la ciudad de Buenos Aires.
A dos días de lo sucedido, se entregó junto a sus abogados Rubén Ariel Papadopoulos, su padre, quien dijo ser el hombre que conducía el auto en la comisaría vecinal 7A de Flores y que era de su propiedad. Pero cuando se advirtió que él no manejaba el auto en el momento del siniestro, se puso en marcha un enorme operativo para encontrar al responsable.
Finalmente, Parasopulos se entregó el 25 de diciembre en la División Homicidios de la Policía de la Ciudad, ubicada en la avenida Scalabrini Ortiz 1350 del barrio de Palermo, luego de varios días de búsqueda y de que se localizara el auto, que había quedado guardado en un garaje de la zona de Ramos Mejía. Un mes y medio más tarde, el pasado 10 de febrero, la Justicia porteña cerró la instrucción y elevó a juicio la causa.
El debate continuará el 17 de mayo y tiene previstas otras dos audiencias para el 18 y el 21 de este mes.
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