Un preso detenido en el penal de Olmos está acusado de encabezar una asociación ilícita dedicada estafar a adultos mayores que viven en la Ciudad de Buenos Aires, con cuentos del tío realizados de manera telefónica, según informó la agencia Télam. Dos cómplices, un hombre y una mujer, fueron arrestados en operativos realizados esta semana.
La Policía Federal realizó ocho procedimientos, en la Ciudad, Campana y Garín: también se presentó en el penal platense de Olmos. Allí se le notificó de la imputación al presunto líder de esta banda, algunos de cuyos integrantes pertenecen a la comunidad gitana.
Otros tres imputados –dos hombres y una mujer-, ya identificados y con orden de detención, aún no fueron localizados y permanecen prófugos.
Se trata de una compleja investigación de tres años dirigida por la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 22, a cargo de Carlos Alberto Vasser, y en la que intervinieron detectives del Departamento Unidad Federal de Investigaciones Especiales de la Policía Federal, a cargo ayer de los allanamientos ordenados por el juez Luis Schelgel, quien subroga el Juzgado 47.
Si bien son siete los hechos concretos denunciados en Capital Federal que se le imputa a la organización delictiva, de algunas escuchas surge que concretaron o intentaron realizar decenas de estafas más, siempre con la misma modalidad.
El “cuento del tío” consistía en que una mujer o un hombre llamaban a un anciano haciéndose pasar por su hijo, nieto u otro familiar, para decirle que había que cambiar los billetes de sus ahorros porque perderían valor y que un “contador amigo” iba a pasar por el domicilio a retirar el dinero para el canje.
De esa manera, el 5 de diciembre de 2018 la primera víctima les entregó 50.000 dólares y 100.000 pesos. Fue luego de que una mujer que se hizo pasar por su hija le dijera que los billetes viejos iban a perder “el 85 por ciento de su valor”.
El mismo día pero por la tarde, otro anciana les entregó 10.500 dólares y 60.000 pesos, e incluso se comunicaron al día siguiente para ofrecerle ir a sacar los dólares de la caja de seguridad, pero la mujer les advirtió que ya había hecho la denuncia.
El 25 de octubre de 2019, el estafado fue un anciano a quien le inventaron que un “inminente acontecimiento económico” iba a hacer depreciar el valor de sus billetes.
El cuarto hecho fue el 19 de noviembre de 2019 y la víctima en este caso les entregó 25.000 dólares, mientras que el 23 de diciembre de ese mismo año, otra anciana le dio sus ahorros a dos hombres que pasaron por su casa de parte de otro que la engañó y se hizo pasar por su nieto.
Ya en 2020, el 2 de enero la estafa tuvo como víctima a una mujer que dejó ingresar a una supuesta conocida de un familiar a su casa y le dio 3.000 pesos, y el 11 de marzo a otra anciana que entregó sus ahorros en su vivienda.
Según las fuentes, de las escuchas surge que todos los miembros de la banda detenidos, prófugos y aún no identificados, trabajaban bajo las órdenes del recluso que desde Olmos les advertía: “Estando yo acá, igual mando yo”.
La causa incluso tiene un incidente tramitando en la Corte Suprema de Justicia por una incompetencia planteada ante la posibilidad de que la causa esté vinculada al lavado de activos, ya que se investiga si el dinero obtenido de las estafas fue empleado para construir viviendas y templos religiosos, o para comprar y o hacer figurar ventas de alta gama.
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