Picada mortal en Rosario: corría a más de 130 km/h, chocó otro auto y mató a un padre y su hijo

Se dio a conocer el video de un episodio gravísimo que sucedió en marzo. El hombre que ocasionó la doble muerte fue imputado ayer de homicidio simple con dolo eventual tras recuperarse en un hospital y quedó detenido. El otro conductor que competía en la carrera ilegal ya había sido acusado del mismo delito y también permanece bajo arresto. El video

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Así fue la impactante picada mortal en Rosario

En una audiencia realizada ayer en el Centro de Justicia Penal de la ciudad de Rosario, imputaron por homicidio simple con dolo eventual a Germán Schoeller (36), uno de los dos conductores que protagonizaron la impactante picada en la que le ocasionaron la muerte a un padre y su hijo, identificados como David Pizorno, de 42 años, y Valentino, de 8. El acusado quedó detenido.

Las imágenes del choque, ocurrido el pasado 20 de marzo en la zona sur de esa ciudad, se dieron a conocer en las últimas horas y muestran la violencia del impacto. Según se puede observar en el video, todo pasó en la esquina de la avenida Del Rosario y Ayacucho cuando Schoeller circulaba a bordo de un Renault Sandero e impactó de lleno contra el Citröen C3 en el que viajaba David, su pareja Cintia y el nene de 8 años. La mujer se salvó de milagro aunque resultó seriamente herida.

De acuerdo con la información del Ministerio Público de la Acusación (MPA), el imputado transitaba a una velocidad de 132 kilómetros por hora realizando “una prueba de velocidad y destreza” con otro automóvil: el Citröen C4 de su amigo Pablo Mancini, otro hombre de 36 años que también está imputado y detenido por el mismo delito desde que ocurrió todo hace más de 50 días. En las imágenes que trascendieron se observa cómo Macini evitó por milímetros el contacto con el vehículo en el que viajaba la familia.

En ese momento, los fiscales Walter Jurado y Valeria Piazza sostuvieron que Macini “actuó con dolo eventual en razón que se trasladaba a alta velocidad en una intersección transitada por peatones, no frenando en ningún momento al cruzar calle Ayacucho y haciendo caso omiso a la intermitencia de dicho semáforo”. Por eso, la Fiscalía solicitó para el hombre la prisión preventiva efectiva y el juez de primera Instancia, Facundo Becerra, avaló el pedido.

En el caso de Schoeller la imputación y la detención se formalizaron recién ayer porque permaneció durante más de un mes internado en un hospital debido a las heridas que le ocasionó el impacto contra el auto de Pizorno y su familia.

“Se lo imputó por homicidio simple con dolo eventual que prevé una pena en expectativa de 8 a 25 años y se solicitó prisión preventiva sin plazo. Pudimos rebatir, a través de evidencias objetivas, lo que argumentaba la defensa de que él estaba siguiendo el otro vehículo y no se dio cuenta de la velocidad”, detallaron ayer los fiscales a los medios de prensa rosarinos.

El auto de Mancini esquivó
El auto de Mancini esquivó por milímetros el vehículo de la familia

Los funcionarios judiciales contaron con distintas pruebas y testimonios de testigos. Según consigna el diario Rosario 3, fue clave la versión de un amigo de ambos conductores que iba de acompañante en el auto de Mancini, quien, según explicaron, quedó con daños psíquicos que podrían ser irreversibles.

Con respecto al estado de salud de Schoeller, los representantes del MPA señalaron que fue el juez el que determinó que, si ya contaba con el alta hospitalaria y podía estar en su casa, también iba a poder cumplir con esos requisitos dentro del sistema penitenciario. Por eso concedió el pedido de detención y avaló la grave imputación por la que ahora deberá responder.

La versión del imputado

“No tomé dimensión de la velocidad”, afirmó Schoeller durante la audiencia de imputación, de acuerdo con lo que señala el diario La Capital de Rosario. En su declaración, el imputado se disculpó por ocasionar la muerte del padre y su hijo, indicó que la noche de la tragedia había tomado un vaso de cerveza dos horas antes de salir y que no tenía “ánimo de picar ni de correr carreras, ni mucho menos; perdí noción de la velocidad”.

“Esa noche nos juntamos con unos amigos a comer, era algo frecuente, lo hacíamos una vez por mes. Yo tomé un vaso de cerveza unas dos horas antes de salir más o menos, sin ninguna idea de que iba a suceder algo tan grave como lo que pasó”, señaló. “Salimos de ahí alrededor de las 12 porque el dueño estaba cansado, y nos dirigimos rumbo a la casa de Pablo. Salimos por Castro Barros y yo lo sigo porque yo no conozco el barrio. Él empieza a acelerar y no tomo dimensión de la velocidad, pero sin ánimo de picar ni de correr carreras, ni mucho menos”, relató.

“Perdí noción de la velocidad”, justificó, al tiempo que sostuvo que “estaba atento a lo que él hacía porque lo estaba siguiendo para su casa”. En ese sentido, también comentó que el Sandero es su primer auto y que lo compró hace dos años por “una necesidad”, porque tiene una nena de dos años con una discapacidad. “No suelo ir a picadas, no me interesa, no me gustan las carreras”, relató.

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