Hay dos hombres que saben qué pasó con Tehuel De la Torre. Están presos. Pero no hablan. Hay dos bocas cerradas por un código maldito que entorpecen la búsqueda de este joven trans de 22 años que fue visto por última vez el 11 de marzo a la tarde, cuando salió para la casa de uno de los detenidos con la idea, o bajo el engaño, de que iba a conseguir trabajo como mozo.
La investigación, a cargo de la fiscal de San Vicente, Karina Guyot, lleva dos meses de rastrillajes sin éxito en busca del cuerpo. Recorre varios espineles de hipótesis sobre quiénes están implicados en la desaparición, cómo fue, y dónde está el chico, bajo una reserva de virtual secreto de Estado. La causa mantiene su calificación original: averiguación de paradero. No se sabe si Tehuel está vivo o muerto. El expediente podría pasar, en algún momento, a desaparición forzada. No por ahora.
La familia de Tehuel exige respuestas. La fiscalía por ahora no las tiene. Esta tarde, dese las 16, se reunirán junto a amigos del joven frente al palacio municipal de San Vicente. “Se cumplen dos meses de la desaparición de Tehuel y la familia está muy angustiada, lo queremos encontrar cuanto antes. Queremos a Tehuel en casa”, reclamó su hermana, Verónica Alarcón, tajante: “Necesitamos que lo encuentren ya”.
El hermetismo del devenir de la causa no permite a los familiares ubicar en qué zona del camino hacia la verdad está la Justicia. El Ministerio de Seguridad bonaerense ofreció semanas atrás entre 1.500.000 y 2.000.000 millones de pesos de recompensa para quien aporte datos certeros sobre el paradero de Tehuel.
La hipótesis principal, lamentablemente, es la de un asesinato. Luis Alberto Ramos (37), el hombre que lo había convocado por un trabajo y que, según fuentes de la investigación, tiene antecedentes de violencia y por venta de drogas, es el principal implicado. Aunque por ahora no está imputado y detenido por un homicidio sino por encubrimiento y falso testimonio.
Su intervención en la desaparición de Tehuel es clara. En una excavación realizada en la casa del sospechoso se encontró un teléfono incendiado y una campera que vestía Tehuel aquella tarde. Ramos reconoció haberse encontrado con De la Torre ese 11 de marzo a las 16:30. Sostuvo que no fueron a ningún evento y que cada uno se fue por su lado. Sin embargo, los investigadores comprobaron que pasadas las 19 el joven estaba en la casa de Ramos y, según geolocalización de los teléfonos celulares, el aparato emitió señal desde la casa del detenido hasta la hora cero del 12 de marzo.
Gracias al peritaje del teléfono de Tehuel también se supo que el día de su desaparición se tomó una foto junto a Ramos y a Oscar Montes, el otro detenido, un chatarrero amigo y vecino de Ramos, imputado, por ahora también por el mismo delito que Ramos ya que dijo que nunca vio a De la Torre y para la fiscal, dada la foto, está probado que sí.
Guyot pidió la prisión preventiva de ambos detenidos. El juez de Garantías de Cañuelas Martín Rizzo concedió ambas detenciones. Los abogados de Montes apelaron la decisión del juez y deberá definir en las próximas horas la Cámara de Apelaciones. Los detenidos siempre se negaron a declarar. Los investigadores están convencidos de que ellos saben qué pasó.
También en las próximas horas la fiscal recibirá las pericias hechas sobre los teléfonos celulares de ambos sospechosos y espera, aunque para octubre o noviembre (un trámite considerado “rápido” dentro de los tortuosos tiempos de la Justicia bonaerense), el resultado del cotejo de ADN de una mancha de sangre hallada en la casa de Ramos que, se sospecha, correspondería a Tehuel.
Con el apoyo de 500 agentes de la Policía Bonaerense, Guyot ordenó rastrillar todo el área alrededor de la casa de Ramos, una zona semi rural y de construcciones precarias. El resultado, como se sabe, fue negativo. “Tampoco es un no definitivo”, comentó una fuente de la investigación, que recordó el caso de la familia Pomar, ocurrido hace más de una década, y que constituyó un papelón para los investigadores de aquel momento, los fiscales Carlos Stornelli (era secreterio de Seguridad del gobierno de Daniel Scioli) y Paul Starc. “No queremos que eso nos pase, por eso somos detallistas y trabajamos callados”, fue lo que comentó una fuente judicial vinculada al caso.
La fiscal Guyot dirige la investigación pero cuenta desde hace varias semanas con el apoyo de entidades de prestigio en este tipo de casos: el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) revisó todo el expediente y aportó estrategias; el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) también apoya el trabajo de la fiscal en relación a la búsqueda del posible cuerpo y las pistas que pueda haber en hipotéticas escenas del crimen.
También participa la Comisión Permanente de Derechos Humanos, la PROTEX y el equipo de trata de personas de la Policía Bonaerense. “Muchos ojos ven más que dos”, comentaron a este medio desde los Tribunales bonaerenses.
Sobre la aparición de Tehuel, Guyot piensa ahora en un posible recorrido de un eventual del cuerpo dentro de la hipótesis del asesinato. Por eso la fiscal pidió al municipio de San Vicente que le detalle cuál es el camino que hacen los residuos que tiran los vecinos de ese Partido hasta el depósito final en el Ceamse. Quiere seguir con perros esa traza, otro camino posible. El camino a la verdad.
Tehuel tiene contextura robusta, tez blanca, cabello corto de color oscuro y mide unos 1,56 metro. Las autoridades pidieron que quien tenga alguna información sobre su paradero se comunique con la UFI Descentralizada de San Vicente, al 0221-429-3015 o escriba a perdes@mseg.gba.gov.ar.
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